‘TODO UN CLASICO QUE SIGUE ENCANDILANDO LOS PALADARES MÁS EXIGENTES’
Esta emblemática marca de La Rioja Alta S.A pronto cumplirá los 90 años (si no me equivoco, el primer Viña Ardanza es de 1942) y sigue muy vivo y renovándose sin perder una pizca de identidad, porque como dicen en la bodega: “Es un vino que no otorga concesiones, (o eres de Viña Ardanza o no lo eres), porque representa una tipología de vinos por su elaboración y comportamiento en copa que identifica no sólo a La Rioja Alta, si no por lo que ha sido conocido La Rioja en el mundo”.
Que una marca tan clásica como Viña Ardanza avance tan firme hacia sus 9 décadas de existencia continuada arrojando una imagen de modernidad y puesta constante al día no es fácil, quizá por eso muchas otras marcas no lo logran. El vino más conocido de La Rioja Alta S.A, bodega centenaria del Barrio de la Estación de Haro y todo un referente en Rioja, sigue escribiendo páginas y páginas en la historia de esta mítica bodega, con el firme convencimiento de seguir haciéndolo por mucho tiempo más.
Fotos del Archivo de la Bodega
Cierto es, según nos cuentan en la bodega, que este vino ya se elaboraba desde algunos años antes, pero fue realmente el 28 de septiembre de 1942, cuando se le concede a la bodega: “El derecho a la protección de la marca que va adherida al pie, tal como reza en el documento de registro de Viña Ardanza”. Desde entonces, este vino que nació como un ‘estilo borgoña’, (así aparecía en sus primeras etiquetas), y que sigue conservando este tipo de botella en todas sus añadas, ha ido cambiando en su composición, aunque ha mantenido la esencia de vino elegante, moderno y clásico al mismo tiempo. O como alguien lo ha definido: «Una mezcla equilibrada de potencia y finura, personalidad y clase». Esto le ha dado a la Bodega La Rioja Alta S.A no pocas satisfacciones y a los que tenemos a bien llevarlo a nuestras mesas, muchas, muchas más.
También es cierto que alguna de las mejores cosechas de Viña Ardanza no coincide con la calificación dada ese año por el Consejo Regulador, como sucedió con la ‘famosa de 1970′, que oficialmente fue calificada como ‘Muy Buena’ pero que resultó ‘Excepcional’ para Viña Ardanza, que dicho sea de paso, debe su nombre a uno de los miembros de la familia fundadora de La Rioja Alta en 1890, Don Leandro Ardanza, presidente de la compañía en los años 40 y el impulsor de esta ‘Ilustre’ marca.
Según reza en los escritos, Viña Ardanza se elaboró en la bodega de Haro, en la Estación, hasta la cosecha de 1995, cuando pasó a elaborarse en las modernas instalaciones de la bodega en la cercana localidad de Labastida, y en la que La Rioja Alta hizo grandes inversiones para mejorar la elaboración de sus vinos más selectos. En estas instalaciones, inauguradas oficialmente en el año 1996, se han ido incorporado los mejores medios con la tecnología más avanzada para mejorar no solo Viña Ardanza, sino todos los vinos que comercializa la bodega…. A su vez, comenzaron a elaborar por separado las dos variedades que componen Viña Ardanza en la actualidad: Tempranillo y Garnacha. Lo que sí ha permanecido inalterado en todo este tiempo es la crianza del vino en barricas de roble americano, una característica irrenunciable que lo dota de una marcada personalidad y le ayuda a mostrar su finura y elegancia. Otro aspecto a destacar que también se mantiene en el tiempo es que Viña Ardanza se elabora únicamente con uvas procedentes de viñedos propios y solo cuando la calidad lo merece.
Dicen los entendidos y con lo que también coinciden en la bodega que: «Desde la añada de 2001 el vino cambió su carácter hacia tonos más vivos y aromas más frescos, manteniendo, sin embargo, su peculiar toque especiado y de pimienta y esa elegancia natural que satisface tantos paladares».
En la añada del año 2008, (la del 75 en la etiqueta) con la que celebraban el 75 Aniversario, (1942 – 2017), recuerdo que fue cuando incorporaron por primera vez la Garnacha de su magnífica finca La Pedriza, aumentando la tipicidad varietal y su riqueza aromática. Desde entonces, junto a la Tempranillo que se cosecha en las fincas La Cuesta (Cenicero) y Montecillo (Fuenmayor) se incorpora esta excepcional Garnacha de La Pedriza, en el municipio de Tudelilla. Cuentan en la bodega que compraron este terreno, que estaba plantado de almendros, (algo significativo porque el almendro florece pronto en primavera y si estaba en esa finca querría decir que la helada no posaba en ella y sería perfecto para el viñedo), y comenzaron a plantar viña en el año 2000. La Garnacha de La Pedriza se había ido elaborando en años anteriores, pero no fue hasta 2008 cuando alcanzó la calidad suficiente, estimada por los enólogos de la bodega encabezados por Julio Sáenz, para formar parte de Viña Ardanza. Son poco menos de 67 hectáreas de viñedo que Sáenz llama “nuestro pequeño Ródano” por la pobreza del suelo y la densidad de cantos rodados que abundan en su superficie. El viñedo, situado a poco más de 500 metros de altitud, provee desde entonces entorno a un 20% del ensamblaje total de Viña Ardanza, lo que aporta al vino un marcado carácter frutal y silvestre, para seguir aumentando el prestigio y la historia de este tinto que cada año evoluciona a mejor y cuenta con más seguidores. Y como dice Sáenz: “En cada cosecha queremos hacer un Viña Ardanza un poquito mejor. Primero para estar a la altura y luego para agradecer a los vinos más viejos de la enseña el prestigio que todos ellos le han dado a la marca a lo largo de los años y también para que nuestros clientes, (entendidos y/o aficionados al vino), lo sigan disfrutando”.
En mi caso particular, este disfrute lo vengo teniendo, cosecha tras cosecha, desde la del año 1982, (que debió salir, más o menos, en 1987), y que fue realmente cuando descubrí el vino VIÑA ARDANZA y la bodega La Rioja Alta S.A dónde se elaboraba, cuya primera visita me dejó realmente impactado. Desde entonces, en los años que el vino ha salido al mercado, (algunos años no ha llegado a salir por no cumplir la calidad exigida), Viña Ardanza nos ha acompañado en todas nuestras celebraciones. Pero además, también busqué y conseguí probar añadas anteriores al 82 para ratificar algo que ya me imaginaba: ‘que desde siempre esta marca ha salido al mercado con unos vinos de calidad excepcional’. Por supuesto sus cuatro (4) ‘RESERVA SELECCIÓN ESPECIAL’ con las añadas de 1964 (esta no la pude probar nunca), y las de 1973, 2001 y 2010, (que si las pude catar).
Aunque no hablaré de todas las añadas, sí que intentaré dar unas pinceladas de alguna de ellas de las que tengo grandes recuerdos e incluso conservo, no de todas, alguna botella en mi bodega:
- VIÑA ARDANZA Reserva Especial-1964: Estamos ante la Primera añada calificada como Reserva Especial de esta gran marca y que la Bodega La Rioja Alta S.A calificó, no solo como ‘Excelente’, sino que recibió, (seguramente con todo merecimiento), el apelativo de “Añada Perfecta”. Desgraciadamente no puedo hablar mucho de ella porque como ya he dicho, nunca tuve la oportunidad de poder probar ninguna botella, (ni tan siquiera una copa), de este mítico Reserva del 64.
- VIÑA ARDANZA Reserva-1970: Añada Muy Buena para el Consejo Regulador y Excepcional para La Rioja Alta S.A y su Viña Ardanza. Vino elaborado con un porcentaje de Graciano, Mazuelo y Viura que se unen al Tempranillo y la Garnacha de distintas partes de Rioja Alta, Alavesa y Baja. Destacada su elegancia con muchos aromas de pimienta, especias picantes y con recuerdos de fruta. Vino complejo en la nariz con suaves toques ahumados. Vibrante y complejo también en boca, vivaz y con acidez, con taninos vivos y buena estructura y con un final intenso y largo que dejaba buen poso. Este vino fue embotellado en mayo de 1975.
- VIÑA ARDANZA Reserva Especial-1973: El Segundo Reserva Especial que lanzó la bodega desde la mítica cosecha del 64. Un vino elaborado con Tempranillo, Garnacha, Graciano, Mazuelo y Viura. Elegante y balsámico, con toques terrosos y notas torrefactas. Muy buena estructura, una acidez sosegada y con una boca corpulenta y untuosa, aunque de paso fluido y final largo y sedoso. Parece ser que de esta cosecha se llegaron a embotellar vinos con la etiqueta de ‘Reserva Especial’ y también con etiqueta ‘Cosecha 1973’. Siendo al parecer ambos el mismo vino, (aunque desconozco realmente el por qué), todo parece indicar que primero se embotella como ‘Cosecha 1973’, pero seguramente gracias a su gran evolución posterior, es que debieron darle el título de ‘Reserva Especial’ y salió con nueva etiqueta. (Pudiera ser…., aunque tampoco nadie me lo ha confirmado).
- VIÑA ARDANZA Reserva-1982: En lo que a mí respecta he de decir que este de 1982 fue el primer Viña Ardanza que probé, (o al menos que más me impactó), y reconozco que es el culpable de mi afición a esta Marca y a esta Bodega. Igual fue por ser una añada oficialmente calificada como ‘Excelente’, pero desde el primer sorbo, (que aún recuerdo con agrado), me encantó ese perfecto ensamblaje que tenía con las variedades propias de Tempranillo, Viura, Mazuelo y Graciano, conjuntadas con esa Garnacha, ya de Tudelilla, aunque no de La Pedriza. Muy agradables sus marcadas notas picantes y de pimienta en nariz. Elegante y sedoso en boca, potente, equilibrado y muy especiado, redondo y fluido, ligeramente cálido y que tenía un final largo muy, muy agradable. Decir que, aunque ya no mejorará en la botella porque ha superado con creces su momento óptimo de evolución y consumo, es un vino todavía muy bebible, aunque quien conserva alguna botella prefiera dejarla para su colección privada.
- VIÑA ARDANZA Reserva-1985: Según los datos expresados por la bodega, fue un año anómalo, con mucha producción, pero también con algunos vinos de excepcional calidad. Aunque para el Consejo Regulador su calificación fue de Muy Buena, en La Rioja Alta calificaron este año 1985 como uno de los mejores años desde 1970. Este año ya no hay Viura en el ensamblaje y sí se conservaron la Graciano y la Mazuelo. El resultado fue un vino tremendamente expresivo y con un ‘bouquet’ muy elegante, con notas florales y especias, buenos apuntes de madera y toques minerales y frescos de tierra mojada. Intenso y muy fresco en boca, sabroso, jugoso, redondo y con unos taninos pulidos y agradables muy bien integrados. Final tremendamente elegante y largo con cierto toque picante en el retrogusto.
- VIÑA ARDANZA Reserva-1989: Dicen los escritos de la bodega que: “En ocasiones, una añada calificada oficialmente como Buena puede convertirse en MÁGICA”. Algo así debió suceder en La Rioja Alta S.A con este Viña Ardanza-89. Al parecer, fue este un año de fuerte insolación, en el que la Garnacha de Rioja Baja llegó a alcanzar los 16 grados, y donde también se mezclaron la Garnacha y la Tempranillo con algo de Graciano y Mazuelo. Vino con gran cuerpo que sigue siendo un vino picante y especiado, con abundante pimienta negra y una reconocible amalgama de fruta roja y flores violetas, que se acompañan de aromas tostados y regaliz. El trago es rico y sabroso, carnoso y fresco, fluido, con equilibrio y un final también picante y vivaz que se mantiene mucho tiempo en boca. Este vino fue embotellado en abril de 1994 y aún tiene un buen beber.
- VIÑA ARDANZA Reserva-1995: Esta fue la última cosecha elaborada en Haro, en el mítico Barrio de la Estación. Aquí ya el vino está elaborado únicamente con Garnacha y Tempranillo. Pura elegancia que despliega aromas muy especiados de pimentón, pimienta negra y laurel, notas tostadas y balsámicas, con una textura amplia y sabrosa. Un trago muy elegante y con mucha presencia frutal que deja agradables sensaciones en la boca y un largo final, con buen retrogusto de frutas muy maduras, bastante persistente y realmente distinguido.
- VIÑA ARDANZA Reserva-2000: Este debería haber sido el nuevo Viña Ardanza, el del cambio de siglo. Esta añada 2000 sigue representando fielmente la continuidad del estilo más clásico de esta marca, tanto en el vino propiamente dicho, como en su etiquetado. Está elaborado con el ensamblaje más actual, 80% Tempranillo y 20% Garnacha, para darle un hermoso color cereza, de capa media y tonos anaranjados. Nariz intensa y compleja, con fuertes aromas de fruta madura y notas de coco, canela, tabaco, vainilla y cuero. Un vino tinto realmente fino en boca, con gran volumen y buen equilibrio y esos característicos tonos yodados bajo una marcada acidez. Para los más nostálgicos, seguramente fue una añada comparable a las grandes añadas del 85 y del 89. Y para los coleccionistas fue también, la última añada disponible con la etiqueta antigua, ya que se cambió en la añada siguiente, (2001).
- VIÑA ARDANZA Reserva Especial-2001: Estamos ante el Tercer Reserva Especial de la historia de este vino, en una cosecha ‘Excepcional’ que se llegó a considerar por algunos como otra “Añada Perfecta”. Elaborado con 80% Tempranillo y 20% Garnacha en un perfecto ensamblaje para un vino tinto contundente, que necesita paciencia para expresarse en la copa, con notas de especias y balsámicos, mucha fruta negra, (arándanos, mora) y roja, (cerezas, fresa) maduras y suaves toques tostados de madera noble. En boca es un vino sedoso y elegante, bien estructurado y también potente. Mantiene la fina elegancia y el punto picante al final, pero además ya se percibe esa moderna concentración y un gran músculo, como queriendo anunciar un cambio de perfil en el vino para añadas venideras.
- VIÑA ARDANZA Reserva-2004: Después de la maravillosa cosecha de 2001 y tras dos largos (muy largos) años sin la calidad adecuada para elaborar Viña Ardanza, llegó esta ‘Excelente’ cosecha del año 2004. Está laborado con el ensamblaje habitual, 80% Tempranillo y 20% Garnacha, y con una maduración espectacular de ambas variedades, (en especial la Garnacha de la Rioja Baja), que consiguen dar a este Reserva una gran expresividad aromática, fruta negra madura con notas de cacao, café, clavo y vainilla. En boca es todo frescura y equilibrio, taninos suaves muy bien pulidos, con un larguísimo final que deja un retrogusto armonioso y frutal.
- VIÑA ARDANZA Reserva-2005: Dicen que este fue un año equilibrado, en el que se logró otro buen ensamblaje, ya convertido en estándar para la casa, con 80% de Tempranillo y 20% de Garnacha de Rioja Baja. De nuevo aparecen esas especias muy bien conjuntadas y ya constantes a lo largo de las distintas cosechas, que se dejan ver junto a notas silvestres de la Garnacha y toques florales y balsámicos. Realmente el vino se muestra fresco y vivaz en boca, con unos taninos firmes muy bien integrados y con un paso ligeramente picante. Su buena estructura y una marcada acidez han ayudado a su gran evolución en la botella a lo largo de los años. Si alguien guarda alguna botella de esta añada y la conservación que le ha dado al vino ha sido la adecuada, podrá disfrutar todavía de un gran vino que expresa en la copa una gran elegancia y todo su potencial.
- VIÑA ARDANZA Reserva-2007: Excepcional esta añada a criterio de la bodega La Rioja Alta y con la que han sabido elaborar con total maestría este elegante y sabroso Reserva. El Tempranillo lo han tenido 36 meses en roble americano y 30 meses la Garnacha, para hacer un perfecto ensamblaje y conseguir un Viña Ardanza con un brillante y atractivo color rojo rubí y ribetes teja. Complejo en nariz, limpio, perfumado e intenso, con una mezcla excelente de aromas de tabaco, especiados, fruta en licor, maderas nobles y bollería recién horneada. En boca es una expresión de sabores cuyos adjetivos serían innumerables y todos buenos, porque se muestra elegante, amplio, sabroso, envolvente, equilibrado, aromático, aterciopelado, etc.., etc. Taninos dulces perfectamente integrados, sedoso en el paso y con un final largo y persistente que deja un retrogusto muy agradable y frutal, sin perder ese punto picante tan característico.
- VIÑA ARDANZA Reserva-2008: Decían en la bodega que este año había sido especialmente bueno para la Garnacha, que por primera vez procede ya de las viñas propias de La Pedriza. Curiosamente es esta variedad la que se hace muy presente en la nariz con sus notas silvestres y de bayas del bosque, que armonizan el resultado junto a pimientas, tostados y elegantes toques balsámicos. El trago es muy alegre y vivaz, con intensos sabores de fruta roja, con notas tostadas y de madera y con unos taninos vivos y finos muy bien integrados. Sin duda es un vino especial, no solo por su viveza y elegancia, sino porque con él la bodega ha querido homenajear el 75 aniversario de su mítica marca y querían dejar una huella en la historia de la casa como han ido haciendo sus hermanos mayores.
- VIÑA ARDANZA Reserva-2009: Seguramente la bodega ha querido recalcar con esta añada algo que desde hace décadas viene reclamando para esta mítica marca que sale de su bodega de Labastida: La Soberanía. Estamos, sin duda, ante un vino, que embotellado en Mayo-2014, se muestra poderoso y estirado por el amplio amalgama de aromas que reproduce. Muy buenas notas de fruta madura, con ligeros toques de licor y vainilla. Su visual quiere como desvelar su añada, por su ribete de color teja y su hermosa faja rojo-picota. Sin duda, es un tinto que juega muy bien con las especias, con esos toques característicos de pimienta negra, nuez y café, de ese exquisito trato de la madera, con notas ahumadas y recuerdos de incienso y tabaco, para terminar en boca con una fresca y elegante entrada, paso amable, terso y sutil y con un final con clase, con mucha clase, digna de un gran vino.
- VIÑA ARDANZA Reserva Selección Especial-2010: Estamos ante el Cuarto Reserva Selección Especial, y que por el momento es el último al que la Bodega ha otorgado este memorable título, porque estamos posiblemente ante una de las mejores añadas del siglo XXI hasta la fecha. Un vino emblemático, elaborado con un 80% Tempranillo envejecido durante 36 meses con seis trasiegas manuales en barricas de 4 años de edad media, y un 20% Garnacha envejecido durante 30 meses, con 5 trasiegas manuales, en barricas de 2 y 3 vinos. Realmente es un prodigio de equilibrio, sedosidad y potencia en una botella digna de la mejor de las colecciones. Además en 2010 han vuelto a actualizar la etiqueta, con una nueva imagen que destaca el color azul como parte de su herencia más profunda. Julio Saenz, director técnico de la Bodega, ensalza este vino definiéndolo como: “El vino ideal que todo enólogo quiere tener la oportunidad de elaborar, destacando su impresionante evolución, manteniendo el tradicional carácter especiado y balsámico, logrando además potenciar la intensidad aromática de la fruta roja y una frescura y elegancia muy relevantes”. Poco más que decir. Sin duda un Gran Vino.
- VIÑA ARDANZA Reserva-2012: Seguramente después de no haber podido cumplir expectativas en 2011, no pudiendo sacar Viña Ardanza en ese año por no alcanzar la calidad exigida, estábamos ansiosos esperando esta nueva añada 2012. En mi caso he de decir que la primera toma de contacto con esta añada en abril de 2016, (se embotelló en marzo de 2016), fue un poco decepcionante. Me aconsejaron dejarle su tiempo en botella y pasado 1 año la cosa cambió mucho y para bien. Elaborado con el ya clásico ensamblaje de Tempranillo y Garnacha (78-22% en este caso), pasó en poco más de un año, de ser un vino poco expresivo y algo astringente a convertirse en puro equilibrio y sedosidad. Con una crianza de 36 meses para la Tempranillo y de 30 para la Garnacha, y como digo alargando su reposo en botella, se ha vuelto a convertir, (una vez más), en lo que ya bien conocemos de esta marca: ‘Un tinto elegante y expresivo, de paso suave y agradable frescura, con una completa paleta de aromas y sabores hecha con el único objetivo de satisfacer las necesidades de quien, como yo, lo esperaba con entusiasmo y algo de ansiedad. No en vano, tiempo después, ha llegado a ser elegido por Decanter como el mejor tinto español del año 2020. En el vino, como en la vida, es importante tener paciencia…..
- VIÑA ARDANZA Reserva-2015: Con una vendimia igual un poco tardía, (avanzado el mes de octubre-2015), para los tiempos que corren y con un buen ensamblaje (78% Tempranillo y 22% Garnacha), elaboran este esperado Viña Ardanza de 2015. En este caso y por primera vez en la historia de la marca, la uva pasó por un riguroso proceso de selección óptica, grano a grano. Después de la maceración y las fermentaciones, controladas y por separado, en marzo de 2016 los vinos elegidos, también por separado, pasaron a barricas de roble americano. El Tempranillo envejeció durante 36 meses con seis trasiegas manuales en barricas de 4 años y la Garnacha lo hizo durante 30 meses con 5 trasiegas manuales en barricas de 2 y 3 usos, para efectuar el ‘coupage’ final y ser embotellado en septiembre-2019. El resultado, magnífico como siempre. Desde el primer momento aparecen elegantes aromas especiados y balsámicos con toques dulces de regaliz, pastelería y la típica vainilla; pero también canela, cacao y café, así como sutiles notas de frutas rojas muy maduras, casi en compota. En boca es pura ambrosía, con una estructura casi perfecta, gran equilibrio y una agradable frescura, como queriendo recordar a su hermano de 2010. Taninos muy suaves y redondos perfectamente integrados y un final muy largo y persistente, con un agradable y amplio retrogusto. Sin ninguna duda y aunque los 2 años anteriores nos quedamos con las ganas, esta añada de 2015 nos hará pasar muy buenos ratos durante mucho tiempo ya que estamos, sin ninguna duda, ante un vino con una enorme capacidad de guarda.
- VIÑA ARDANZA Reserva-2016: Con su clásico y perfecto ensamblaje de Tempranillo y Garnacha, (esta vez en un 80 – 20), la bodega La Rioja Alta S.A ha elaborado en Labastida este Reserva Viña Ardanza-2016. Con una vendimia por separado adelantada a septiembre-16 y una perfecta selección de uvas, realizan las fermentaciones, para en febrero de 2017 los vinos elegidos pasarlos, por separado, a barricas de roble americano. El Tempranillo envejeció durante 36 meses con seis trasiegas manuales en barricas de 4 años y la Garnacha durante 30 meses con 5 trasiegas manuales en barricas de 2 y 3 usos. Terminada la crianza, se realiza el ensamblaje final con los porcentajes antes indicados, para finalmente embotellar el vino en junio-2020. El resultado es un vino con un intenso color granate y ribetes rubí, con aromas de licor de cereza y sutiles notas especiadas y balsámicas, (nuez moscada, pimienta negra, cacao y regaliz). Muy fresco y elegante en boca con gran amplitud de sabores, taninos suaves muy bien integrados y un final largo que deja un buen retrogusto de fruta roja y balsámicos que auguran gran evolución en botella y una buena guarda.
- VIÑA ARDANZA Reserva-2017: Continúan con el habitual ensamblaje de 80% Tempranillo y 20% Garnacha, para elaborar otro buen Reserva como lo es este Viña Ardanza-2017. Vendimia manual, como siempre y con doble selección, (en esta añada la Garnacha se recogió 15 días después de la Tempranillo). Maceración y fermentaciones controladas y por separado. Crianza, (también separada y en roble americano de fabricación propia), de 36 meses para el Tempranillo y 30 para la Garnacha, siendo el 20% en roble nuevo y el resto de tres usos, con 5 trasiegas. Ensamblaje final con los porcentajes antes indicados, para finalmente embotellar el vino en marzo-2021. El resultado es un vino con un bonito color picota, de capa media-alta y ribetes granate, que muestra aromas de fruta roja, (cereza, grosella, ciruela roja), con notas balsámicas y especiadas (pimienta, regaliz, clavo, vainilla, caramelo y nuez). En boca es sedoso, fresco y equilibrado con marcada acidez y unos taninos finos y sedosos. Retrogusto amplio que armoniza perfectamente bien las frutas rojas y las especias alargando la frescura y elegancia del vino. Sin duda, estamos ante otra buena elaboración de esta bodega que puede llegar a recordar a 2 de sus hermanos mayores, (añadas 2005 y 2015) y que también va a tener una muy buena evolución en botella, lo que le augura una guarda bastante larga.
- VIÑA ARDANZA Reserva-2019: Los amantes de este Rioja clásico estábamos un poco intranquilos, casi ansiosos, porque (aunque la bodega no nos lo quería decir), nos parecía que la añada-2018 ya no iba a salir, seguramente por no alcanzar la calidad necesaria y así fue. Cada vez que yo coincidía con Wilmar Olocco (responsable comercial de la bodega en Madrid) y le preguntaba por la nueva añada, él siempre me decía: “Estate tranquilo que tendrás sorpresa”. Y efectivamente la GRATA SORPRESA llegó con esta añada 2019. Dice Julio Saenz (enólogo de la bodega y a quien yo respeto mucho y siempre hago caso porque es un verdadero experto y cumple lo que dice), que este 2019 puede alcanzar un grado de calidad similar a las míticas añadas de 2001, 2010 ó 2015. Yo ya me conformo con que evolucione en el tiempo y me de las alegrías del 2015, (2001 y 2010 son ‘Palabras Mayores’, aunque si lo dice Julio…., quien sabe!!!!). Realmente argumentos tiene el vino y apunta a ello, porque tan solo con abrir la botella se pueden apreciar aspectos de un gran vino que surge a veces de cosechas memorables como parece que lo fue esta de 2019, sobre todo para esa elegante Garnacha de la Finca La Pedriza que forma parte de este vino.Habitual ensamblaje de las ultimas añadas de Viña Ardanza, con un 80% de Tempranillo, de las Fincas La Cuesta y Montecillo en Fuenmayor y Cenicero, y un 20% de esa magnífica Garnacha de La Pedriza en Tudelilla. Elaboración por separado con fermentación en depósitos de inoxidable y posterior crianza en barricas de roble americano de tercer año, (36 meses para el Tempranillo y 30 para la Garnacha), con varios trasiegos. Una vez hecho el ensamblaje el vino se embotelló en diciembre-2023, reposando en la tranquilidad de las Cavas de La Rioja Alta durante 15 meses, para salir al mercado en marzo-2025.Aromas de cereza y ciruela con toques de regaliz en una mezcla perfecta con esas elegantes notas especiadas de una cuidada crianza. Rica complejidad y tranquila madurez donde nada molesta ni sobresale. Tiene esa armoniosa textura que los grandes vinos sugieren, pero que luego no siempre todos alcanzan. En este caso diría que este 2019 está camino de ello y con el tiempo lo va a alcanzar, sin duda, (aún le falta mucha botella). Frescura y gran equilibrio para un vino vibrante, de marcada acidez que augura un enorme potencial de guarda, lo que nos va a permitir disfrutar de él durante mucho tiempo.Para apreciar mejor todas sus cualidades, creo que es mejor airearlo u poco y abrir la botella con antelación, (igual 1 hora antes de beberlo). ¡¡¡DISFRUTARLO!!!
Como se puede apreciar hay algunas, (bastante diría yo), añadas que no he puesto en este escrito, sencillamente porque no las he podido probar, bien sea porque me ha sido imposible hacerme con alguna botella o sencillamente, porque la bodega decidió no sacar Viña Ardanza en algunos años en los que la calidad de la uva aconsejó no hacerlo.
Tampoco he hablado del Vino Blanco Viña Ardanza, que seguramente poca gente sabe, que durante algunos años también se elaboró en la bodega de Haro.
CRDKEN – JMQ
A probar esa añada-2019, ¿Estará tan bueno como dicen…??
No lo dudes. Está ya muy bueno, aunque es bien cierto que con el tiempo va a mejorar todavía mucho más. Lo disfrutarás.