Descripción
“Una Bodega-Cortijo para inspirarte, encontrar, imaginar, pasear, conocer,…, SENTIR.”
Bodegas San Ricardo Enoturismo está situada en la pedanía de Consolación a unos 10 Km de Valdepeñas, Ciudad Real, en pleno corazón de La Mancha, justamente en el Km 186 de la carretera de Andalucía, y un poco apartada, (no mucho), de la Autovía A-4. Si mal no recuerdo está en el llamado CORDEL DE SANTIAGO, en lo que se conoce como ‘la llanura manchega’, con una privilegiada ubicación cercana a Valdepeñas, Manzanares y Membrilla.
Se trata de un espacio único, entre campos, en la inmensidad de La Mancha, que 2 soñadores tomelloseros, Maribel Migallón y Antonio Barrau, convirtieron en su propia casa porque se enamoraron de un cortijo, casi derruido, que albergaba esta bodega levantada a mediados del siglo XIX sobre una quintería del siglo XVII. Ahora, tras una ingente y respetuosa tarea de renovación, gustan de abrir las puertas de su casa para que el visitante pueda disfrutar de su historia, (que forma parte de la propia historia de La Mancha), de la paz casi conventual de sus estancias y también de sus vinos.
Es precisamente la expropiación, en la época de Franco, de esta inmensa finca que perimetraba la bodega y la casa señorial y las de la servidumbre, donde varias familias trabajaban y vivían como si de una aldea se tratara. El anterior dueño de Bodegas San Ricardo fue León Herrera Esteban, el último ministro de Información y Turismo de Franco y creador del ente público RTVE. Por lo que reza en los escritos, empezó como bodega a principios del siglo XIX, pero el complejo tiene dependencias de los siglos XVII y XVIII, y por lo que nos han contado, parece ser que esta bodega llegó a producir un magnífico vino hasta los años 80. La restauración del empotro en la nave de tinajas ha tenido un resultado espléndido, así como la capilla familiar y el gran patio de magnífico suelo empedrado en hileras, en donde seguramente llegaban los carros cargados de uva. Todo está restaurado con un gusto exquisito y tratando de respetar la historia que este cortijo representa.
Cuando llegas al lugar, bien sea Antonio o Maribel reciben al visitante ataviados con los trajes típicos manchegos de los labriegos antiguos. Lo primero que te encuentras es el corral donde se unen el antiguo cortijo y la bodega. Realmente es un gran patio empedrado con miles de guijarros, (al parecer estaban ocultos bajo una gran capa de tierra), que forman un pavimento único y eterno que brillan con el influjo del sol. Resulta agradable la blancura inmaculada de los edificios, que hoy parecen intactos, como si el tiempo no hubiese pasado por ellos.
Aquí nos explican el origen del lugar: “San Ricardo era una bodega levantada a mediados del siglo XIX sobre un cortijo del siglo XVII, en el cruce del antiguo Camino Real con el Cordel de Santiago”.
También explican como Maribel y Antonio, que tenían una vida placentera en Madrid, donde habían estudiado y trabajaban, (Maribel tenía allí su propio negocio que era una tienda de decoración), llegaron a Valdepeñas porque la empresa de Antonio le había trasladado aquí. Buscando su propia casa para vivir, visitaron las ruinas de San Ricardo y según parece se enamoraron de la finca y la compraron. La tarea no debió ser sencilla, dado el deterioro del cortijo y tal como ellos mismos explican:
“No fue fácil, pero toda la familia se volcó en ayudarnos para devolver la vida a un lugar que se paró en los años 80 del siglo pasado, convirtiendo esto en una aventura titánica que, para nosotros, ha merecido realmente la pena y de la que nos sentimos orgullosos. Fue un trabajo duro y cuidadoso, hecho con mucho mimo y respeto y que nos ha proporcionado grandes sorpresas que ahora intentamos mostrar con sumo orgullo a todos los que nos visitan”.
En una de las naves que conforman el patio, destaca ‘el muelle de carga’, dónde se encuentra la tienda en la que también se pueden admirar objetos antiguos y maravillosos artilugios del trabajo en el campo usados en diferentes épocas.
Aunque lo más llamativo, al menos para mí, es la bodega. Un destacado ‘santuario’ que alberga una verdadera ‘reliquia’ de nuestro patrimonio, como son las 100 tinajas de barro del siglo XIX, hechas a mano en Villarrobledo y muy bien conservadas, por cierto. Seguramente esto es algo único porque no se si hay ninguna otra igual. El lugar es otra cámara del tiempo que trata de conservar los afanes y trabajos de tantas y tantas personas que lucharon durante años por lograr sacar de aquí unos vinos excelentes.
“Para nosotros devolver la vida a sus paredes, a sus patios, a sus porches,…, ha sido una aventura igualmente mágica y dura a partes iguales, en la que la sorpresa siempre nos ha acompañado y de la que han salido a la luz detalles que ahora custodiamos como un verdadero tesoro”.
La finca también tiene, como ya hemos mencionado, una pequeña capilla preparada para celebrar misas, que seguramente se hacían en las épocas de recolección cuando los vendimiadores, (algunos con sus familias), pasaban aquí mucho tiempo con largas jornadas de trabajo.
Los interiores están restaurados también con bastante buen gusto. Prima el blanco de la cal, las líneas suaves y el minimalismo manchego. Por lo visto, durante las tareas de restauración encontraron también, en una de las paredes, un grabado de las guerras napoleónicas. Es de admirar igualmente una cueva, a la que denominan: “El origen de todo”. Y es que, al igual que sucedía en otros muchos lugares, los agricultores de la zona antaño excavaban estas cuevas como refugio, o incluso como casa de campo.
La vista finaliza en la sala de catas saboreando los vinos que, siguiendo los más puros métodos tradicionales, continúan elaborando hoy estos nuevos propietarios. Realmente, Bodegas San Ricardo, ofrece una experiencia inolvidable para los amantes del enoturismo y del buen vino. Maribel y Antonio, son unos perfectos anfitriones que se encargan de transmitir su pasión por la historia y el esfuerzo que han dedicado a su bodega, convirtiendo la visita en algo más que una simple cata. Además, ofrecen una amplia variedad de tapas, tablas de quesos y embutidos de la zona que armonizan a la perfección con sus vinos. “Todo lo vivido aquí convierte este lugar en una visita obligada para los que aprecian nuestras raíces, la historia de La Mancha y la cultura del vino”.
Fotos del Archivo de la Bodega
Ciertamente, podemos decir que Maribel y Antonio se esfuerzan por conservar la historia vitivinícola manchega como parte de la propia historia de España, mostrando cada rincón especial de su bodega y compartiendo su conocimiento sobre la riqueza vinícola de esta región. Ofrecen servicios adaptados para personas con movilidad reducida, lo que demuestra, además, su compromiso con la accesibilidad.
Por tanto, como reza en la información y propaganda de la bodega:
“Si buscas una experiencia auténtica, llena de historia, arquitectura y amor por el vino, no puedes dejar de visitar Bodegas San Ricardo Enoturismo. ¡Una visita que te transportará en el tiempo y te hará disfrutar de los sabores más genuinos de la región!”
LOS VINOS (con Fotos del Archivo de la Bodega):
En Bodegas San Ricardo han sido capaces de seleccionar viñas viejas, ajenas a modas y nuevos tiempos y que siguen los ciclos biológicos de la naturaleza. Además, y como ellos mismos dicen: “lo hacen sin artificios ni sobrecargas en la gestación de su fruto, se alimentan sólo del agua que da el cielo y la que la tierra es capaz de almacenar y de lo que, a su vez, la propia tierra regala. Son cepas dispuestas en pequeñas superficies de terreno y que se recogen a mano desde hace décadas”.
Las etiquetas de las botellas de sus vinos han sido diseñadas por la artista Jimena Barrau Migallón y en ellas puede verse esa mezcla de modernidad y tradición, reflejadas en mujeres ataviadas con esas faldas manchegas, esas toquillas, esas medias, etc…, y que simbolizan la cultura manchega, atemporal y moderna, ensamblada con estilismos del mundo anime.
“Nuestras etiquetas, son un homenaje a una historia que habla de sueños de mujeres y hombres fuertes vinculados a esta tierra”.
Cierto es que en Bodegas San Ricardo no disponen de muchas Referencias y seguramente tampoco lo necesitan. Realmente yo solo he conocido 3 vinos de esta bodega: un vino blanco elaborado con Sauvignon Blanc y Verdejo, y dos vinos tintos, uno Joven y otro Selección, ambos elaborados con la variedad Garnacha Tintorera. De los tres, intentaremos dar alguna explicación algo más detallada a continuación:
BLANCO SAN RICARDO – Sauvignon Blanc y Verdejo
Variedades: Sauvignon Blanc y Verdejo.
Grado de Alcohol: 12,5 % vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 6 – 9ºC.
Este San Ricardo blanco es un vino blanco joven elaborado en Bodegas San Ricardo-Enoturismo con un ‘coupage’ de uvas propias de las variedades Sauvignon Blanc & Verdejo. Es un vino que añade alegría a esta bodega manchega y como bien dicen en la propia bodega:
“Es nuestra niña pequeña. Con esa mezcla de variedades es un verdadero estallido de fruta fresca y deliciosa en la boca, ideal para perpetrar dulces travesuras”.
A la Vista: Presenta un bonito color amarillo-paja pálido con suaves tonos verdosos. Muy limpio y brillante.
En Nariz: Muestra en nariz agradables aromas tropicales en una mezcla sutil y perfecta con notas herbáceas y suaves toques cítricos que adelantan su frescura y destacan su juventud.
En Boca: En boca es un vino fresco y equilibrado. Enseguida se pueden diferenciar los toques herbáceos y la dulzura de la fruta tropical madura con un cierto poso mineral y con un final suave y muy agradable
Es un vino bastante versátil en la mesa, porque va bien con el pescado, el marisco, la pasta, los arroces, el sushi, los quesos suaves y la pizza.
TINTO SAN RICARDO JOVEN – Garnacha Tintorera
Variedades: 100% Garnacha Tintorera.
Grado de Alcohol: 13,5 % vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 12 – 14ºC.
Se trata de un vino tinto joven elaborado por las Bodegas San Ricardo Enoturista con la variedad Garnacha Tintorera 100% de sus viñedos de Valdepeñas. Dicen en la bodega que:
“Destapar una botella de nuestro tinto-joven es un auténtico estallido de aromas que nos transportan, primero al bosque y luego al mediterráneo. Quizá es esa bonita mezcla, junto con su jovial frescura, lo que lo hace tan especial”.
A la Vista: Presenta un intenso color rubí con suaves toques azulados y ribetes violáceos que denotan su juventud. Limpio y brillante.
En Nariz: En nariz es muy floral, con aromas frescos de bosque mediterráneo, bayas y frutos rojos del bosque.
En Boca: En boca es suave y fresco, redondo y envolvente. Intenso sabor a frutos rojos con ligeros toques herbáceos sobre un fondo mineral y con un final bastante largo que deja un poso agradable con cierto dulzor.
Es un vino joven que acompaña buenos momentos de tapeo, pero que también armoniza perfectamente con carnes blancas, caza menor, embutidos suaves, quesos semicurados, salazones, foie, arroces camperos y/o platos de cuchara.
TINTO SAN RICARDO SELECCIÓN – Garnacha Tintorera
Variedades: 100% Garnacha Tintorera.
Grado de Alcohol: 14,5 % vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 14 – 17ºC.
Este San Ricardo-Selección, es un buen vino tinto con 5 años de crianza elaborado por Bodegas San Ricardo-Enoturista con la variedad Garnacha Tintorera 100% cultivada en ecológico en sus viñedos de Valdepeñas. Es por eso, (y también porque proviene de sus Garnachas Tintoreras más viejas, que superan los 60 años), que en la bodega le dan a este vino el sobrenombre de “Hermano Mayor” y es el vino de más alta gama que elaboran en esta singular y bonita Bodega-Cortijo Manchega.
A la Vista: Presenta un hermoso e intenso color rojo cereza con tonos carmesí y ribetes granates. Limpio, brillante y con buena capa.
En Nariz: En nariz muestra aromas de fruta negra madura, con notas silvestres de monte bajo y toques minerales.
En Boca: En boca resulta elegante y sedoso, con abundante fruta negra compotada, notas de ciruela pasa, tostados y especias sobre un fondo mineral. Buena acidez y con un final bastante largo, sedoso y profundo que deja un buen retrogusto, dulce y amargo a la vez, además de persistente.
Se trata de un vino ecológico que va a acompañar muy bien con todo tipo de carnes rojas, carnes de caza, asados, guisos y estofados de carne. También con platos contundentes de legumbres, embutidos y quesos curados. Así como con frutos secos y algunos postres con predominio del chocolate.
NUESTRO COMENTARIO FINAL COMO RESUMEN:
En las Bodegas San Ricardo, Maribel Migallón y Antonio Barrau, dos tomelloseros amantes de La Mancha, nos abren las puertas de este sitio mágico que rebosa historia por los cuatro costados. Sin ninguna duda estamos en un lugar único que, a pesar de estar tan cerca de Valdepeñas, es poco conocido y merece realmente la pena descubrir la auténtica belleza de la vida de una bodega de Castilla La Mancha en un auténtico Cortijo.
Una vez que abandonas este lugar empiezas a darte cuenta que has sido capaz de vivir una experiencia única en contacto directo con la naturaleza, la cultura, la historia y la gastronomía de la región de Valdepeñas y de toda La Mancha.
En este Cortijo-Bodega (o Bodega-Cortijo) ofrecen visitas guiadas, catas, talleres e infinidad de eventos privados donde Maribel y Antonio son capaces de diseñarte el tuyo propio por muy exigente que seas. Cualquier sábado, domingo o festivo del año esta peculiar bodega abre sus puertas a todo aquel que quiera visitarla y concertando la visita con antelación, en horario de mañana o tarde, (incluso en algunas ocasiones especiales con visitas nocturnas), puedes disfrutar de una experiencia que difícilmente vas a poder olvidar y sin darte casi ni cuenta te van a transportar al siglo XVII.
Incluso si te atreves puedes complementar la experiencia con una visita en globo por los viñedos de la Bodega, algo bastante inusual y que hasta ahora yo no lo había visto en ninguna otra bodega.
Aparte del vuelo en globo, (los que lo hayan querido hacer, entre los que, por razones personales, no me encontraré nunca), la visita a San Ricardo es una bonita experiencia enológica, pero también un canto al recuerdo que sin duda refleja la comunión que existió en esta comarca a lo largo de los siglos, (y esperemos siga siempre así), entre el hombre y el medio ambiente.
¡¡Que la Tradición Continue!! Y lo haga por mucho tiempo.. ¡¡¡MUCHO ANIMO!!!
CRDKEN – JMQ
María García –
Una bodega diferente, una experiencia única.