Bodegas PINEA (Quintanamanvirgo, Burgos).

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Descripción

‘PINEA: fruto de la más pura expresión de la naturaleza transformada en vino’

Bodegas PINEA, que toma su nombre de un enorme pino (pinus pinea) que habita en sus tierras, pertenece a la Denominación de Origen Ribera del Duero y se encuentra en la localidad de Quintanamanvirgo (Burgos), en pleno corazón de una de las zonas más privilegiadas de la Ribera burgalesa, que no por otra cosa ha encontrado en los mercados de exportación el espacio adecuado para, primero, darse a conocer y luego después a afianzarse.

Vicente y Hugo (Propietarios) – Fotos del Archivo de la bodega

 La bodega Pinea es el sueño hecho realidad de los mexicanos Vicente Pliego Escobedo y Hugo Del Pozzo. Sus vinos, hechos aquí en Ribera del Duero gozan hoy con un gran prestigio internacional, conquistando entre otros muchos, al golfista español Sergio García, que según me han dicho, los eligió para servirlos en su boda. Además, tiempo después Sergio García volvió a dar un espaldarazo a esta bodega cuando propuso a los organizadores del Master de Augusta servir vino de Bodegas Pinea, (su Exclusivo Pinea), en la ‘Cena de Gala’ de Campeones del Master de Augusta-2018, donde siempre se ofrecen las mejores referencias del mundo. “Su ayuda nos dio una exposición enorme y le estamos infinitamente agradecidos», reconoce y agradece siempre que puede Vicente Pliego.

Fotos del Archivo de la Bodega

Dicen algunos y escriben otros (y por algo será), que posiblemente esta es la bodega de vocación más cosmopolita de cuantas se han asentado en la Ribera del Duero en los últimos años. Aunque en el universo vinícola es habitual encontrar marcas inspiradas en villas y parajes, en este caso no lo hicieron así y trataron de buscar un nombre fácil pero ligado al entorno. De ahí el nombre de Bodegas Pinea.

Parece ser que, en un principio, querían ponerle el nombre del pueblo al que pertenecen y no lo hicieron porque resultaba complicado, porque como dice Vicente Pliego en tono jocoso: «Si Quintanamanvirgo es difícil de pronunciar bien y a la primera para un castellanohablante, ¡imagínarse para un gringo!»,

Vicente Pliego fue primero aprendiz de viticultor, vendimiando junto a su amigo local Jaime, con el que tiene una curiosa historia de cómo, por casualidad, se conocieron, (pero eso lo contaremos en otra ocasión). En 2014 cosecharon los racimos para la primera añada de Pinea que elaboraron lo mejor que pudieron en unos locales prestados. Fue luego, en las navidades de 2016, cuando se enteró que podía adquirir unas preciadas viñas en la zona, aunque con una curiosa oferta: “Siempre y cuando la transacción se realizara antes del día 2 de enero de 2017″. Y así, sin tiempo, Vicente habló con Hugo y de inmediato tomó la decisión. Por esto y alguna otra cosa más que guarda relación, su segundo vino se llama hoy 17.

Desde entonces, Bodegas Pinea ha ido ampliando su patrimonio vinícola con mucho trabajo, grandes dosis de pericia, bastante paciencia, un rápido aprendizaje y el saber rodearse de gente experta, conocedores del negocio y de la zona, como el gran enólogo Isaac Fernández y otros..

Los viñedos los tienen en el entorno de las localidades de Olmedillo de Roa y Villatuelda en Burgos. Allí, a una altitud promedio de 900 metros sobre el nivel del mar, las viñas viejas crecen sobre suelos generalmente arenosos, donde abundan las piedras calizas, que favorecen a las raíces poder llegar a las capas más profundas bajo temperaturas extremas y sin irrigación artificial. En estas condiciones, las uvas maduran tras soportar importantes cambios de temperatura, con inviernos fríos y veranos muy calurosos, que se caracterizan por tener importantes gradientes de temperatura entre el día y la noche durante el periodo de maduración, por lo que concentran muchos aromas y color.

Actualmente disponen ya de más de 40 hectáreas de viñedo, distribuidas en una docena de parcelas bastante diferenciadas en cuanto a suelos y orientaciones. Por destacar alguna de ellas, nombrar por ejemplo La Encina, coronada por una enorme encina, que se caracteriza por su pronunciada pendiente y suelos de piedra caliza arenosa blanca. En la bodega, este paraje lo definen como su “Grand Cru».

Tanto la actual dimensión del viñedo de Pinea como la capacidad y distribución de su bodega, (que poco a poco la van renovando y ampliando), responden a un criterio riguroso y bastante acertado. Por eso tienen claro que:  «Todas nuestras inversiones y decisiones están orientadas a mejorar las condiciones para hacer nuestro trabajo cada día mejor. No queremos hacer más vino, sino hacer vinos cada vez mejores». Es este el fundamento que quiere transmitir Vicente Pliego y comparten David Ayala, su director técnico, así como el resto del joven equipo involucrado en el proyecto y que cada día trabajan y disfrutan de lo que van consiguiendo.

Con esta filosofía, Bodegas Pinea puede producir más de 60.000 botellas anuales. De ellas, el 60% lo destinan al mercado estadounidense. El resto se distribuye entre China, Dinamarca y norte de Europa, México y también España, porque les gustaría crecer algo más en el mercado interior ya que están convencidos de que sus vinos deben tener también un sitio en el mercado local. Eso sí, tienen claro que ningún tipo de crecimiento les puede hacer perder de vista su máximo objetivo: “Hacer vinos cada vez mejores que sean capaces de hacer vivir al que lo toma una experiencia especial que le haga sonreir, entrar en pura resonancia con lo que se lleva a la boca y que además le deje huella”.

La fórmula de Bodegas Pinea para poder elaborar esos grandes vinos, (como su exclusivo Pinea), incluye muchos factores. En sus inicios, Vicente se apoyó en los ancianos de la zona que han resguardado las técnicas ancestrales de producción, y lo llevaron a transitar de la teoría a la práctica, depositando en él los conocimientos que les dejaron sus padres y abuelos. También del prestigioso enólogo Isaac Fernández, para tratar de aprovechar las características de la Ribera del Duero y crear un vino que tuviera la suavidad del paisaje ribereño y la fortaleza del árbol de Pinea. Tomándolo como nombre y como estandarte, la mezcla de su vino PINEA está basado en la máxima atención al detalle en el viñedo y en un amplio conocimiento de esas tradiciones centenarias, que han hecho famosa a España como tierra de vinos en todo el mundo. Otro aspecto de Pinea es que los vinos se elaboran de forma tradicional, “con las manos y con el corazón”, en un proceso artesanal que incluye el uso de levaduras autóctonas, sin emplear aceros ni sistemas mecánicos, conservando las cualidades del terroir al que no se le ha contaminado con el uso de químicos de ningún tipo.

Como bien dice Vicente con total sinceridad y si lo dice es porque así lo siente:

“Sentimos un profundo respeto y amor por la naturaleza y la tierra donde crecen nuestras vides. Apreciamos y valoramos su sabiduría, su armonía, su bio-ritmo”.

Por ello, en esta bodega desarrollan una viticultura no intervencionista, con miras a la sostenibilidad y el respeto al entorno natural, y una vitivinificación integrada, que permite a la fruta ser la estrella. El resultado son unos vinos de terroir elegantes y ciertamente excepcionales, que despiertan los sentidos, avivan el alma y son el acompañamiento ideal para aquellos momentos que perduran por mucho tiempo o incluso para siempre.

Claro que ponen su énfasis en la viña, las cepas y la uva, pero también lo hacen después en el tratamiento del fruto en la bodega. Para ello, además de manos expertas, cuentan con los mejores medios que les permitan tratar con la mayor justicia todo lo que reciben del campo.

Seleccionan cuidadosamente cada una de las barricas procedentes de los bosques mejor cuidados de Francia, (Bertrange y Troncais) y sus procesos de armado y tostado. Barricas de 500 litros de Barón y Cadus. Otras de 225 l de Ameline y Demptos, etc.

También seleccionan materiales específicos para la continuidad del vino como el vidrio de las botellas, los corchos procedentes de alcornoques orgánicos portugueses y extremeños y la cápsula, que permiten el envejecimiento específico del vino, o lacrado artesanal a mano en el caso del vino PINEA.

Utilizan huevos de hormigón, conformados al 100% por cemento a base de arcilla natural, arena del Loira y gravilla lavada y seleccionada de Borgoña. Permiten que se forme un vórtice que favorece la circulación permanente de los elementos. Microoxigenación inherente a la porosidad del material a base de cemento natural (piedra caliza y arcilla). Y así otros muchos elementos y tecnologías con el objetivo de elaborar esos vinos que realmente enamoran.

 

LOS VINOS:

La bodega elabora a día de hoy vinos diferenciados que algunos entendidos suelen definir como: “Las cuatro variedades de Pinea”.

Pinea es el nombre de uno de los vinos de esta bodega, aunque no hay un solo vino de Pinea. La gama es rica y diversa y ofrece alternativas ciertamente atractivas para caprichos, gustos y momentos variados.

Foto del Archivo de la Bodega

  • El tinto top de la casa es Pinea, tempranillo rotundo, complejo y ambicioso concebido para una larga guarda, y elaborado a partir de una rigurosa selección de racimos obtenidos de las mejores parcelas de la bodega. Suelen producir unas 10.000 botellas aproximadamente, criado 24 meses en roble. No es un vino barato que esté al alcance de cualquiera y solo lo recomendaría para una ‘Gran ocasión y muy Especial’.
  • 17 by Pinea, el segundo tinto de la bodega y el que tiene una producción más alta, pudiendo llegar a las 40.000 botellas al año. Aunque un poco más moderado, podríamos decir que es también un ‘superclase’, con la virtud de ofrecer un carácter más fresco y jovial que su «hermano mayor», sin perder un ápice de elegancia. Aun no siendo un vino barato y tampoco para servir a diario, sí que diré que tiene una más que aceptable RCP.
  • La línea Korde, formada por vinos más asequibles para el consumidor normal y con un estilo más moderno y ligero. Lo componen un tinto borgoñón, un rosado de gran calidad (Korde Rosé) y un elegante blanco de albillo, que se está convirtiendo ya en uno de los referentes de calidad entre los nuevos blancos de la Denominación de Origen Ribera del Duero.

PINEA

Variedades: 100% Tinta fina (Tempranillo).

Grado de Alcohol: 15% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 15-17ºC.

Pinea es el ‘Buque Insignia’ de Bodegas Pinea. Es un elegante, sutil y equilibrado vino tinto hecho con el propósito de obtener un vino a la altura de los mejores del mundo. Totalmente artesanal, está elaborado con Tempranillo seleccionado, hecho a mano, con el corazón, la sensibilidad y el respeto a sus orígenes que refleja lo mejor del terroir. Un porcentaje del vino se elabora a través de vinificación integral, donde la fermentación y crianza se realizan en fudres de roble francés para luego incorporar un ‘coupage’ de barricas nuevas de roble francés y hacer una crianza de más de 24 meses.

Hay mucho de Issac Fernández (el famoso enólogo) es este vino. Un Gran Vino.

A la Vista: Presenta un intenso color rubí con ribetes granate. De capa muy alta y profunda. Limpio y brillante.

En Nariz: En nariz destaca por su gran presencia de fruta negra con predominio de la mora y zarzamora maduras, con suaves notas de cacao amargo, café intenso y tonos ahumados que le dan longitud y profundidad.

En Boca: En boca es complejo y potente, con muy buen equilibrio y un tanino bastante marcado, pero bien integrado. Muy buen final con notas ahumadas y un ligero amargor que le dan longitud y persistencia.

Es un vino para grandes ocasiones, para reuniones o celebraciones especiales dónde el protagonista sea el vino. Pero además armoniza muy bien con asados, carnes rojas de larga curación, embutidos ibéricos y quesos de oveja curados.

17 BY PINEA

Variedades: 100% Tinta fina (Tempranillo).

Grado de Alcohol: 15% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 15-17ºC.

El número 17 que da nombre a este vino, monovarietal de Tempranillo, representa un gran año para Bodegas Pinea porque ahí nació la primera añada de la bodega, su exitoso buque insignia Pinea. Vendimia manual en cajas de 12 kg con doble selección. Fermentación en depósitos de acero inoxidable con levaduras autóctonas y crianza posterior de unos 20 meses en barricas de roble francés y americano.

A la Vista: Presenta un bonito color rubí con ribete violáceo. De capa media-alta. Limpio profundo y brillante.

En Nariz: En nariz destaca por sus buenos aromas de fruta negra y frutos del bosque, con notas de vainilla, suaves torrefactos y toques minerales que aportan complejidad al conjunto.

En Boca: Boca afrutada, sedosa, fresca y elegante, además de profunda y redonda. Buenos toques lácteos, con suaves tostados y unos taninos muy bien integrados. Final largo, persistente y con un retrogusto afrutado y muy elegante.

Es un vino tinto que va a resultar ideal para acompañar con guisos tradicionales de carne, arroces camperos, asados y parrillas de carne y también con embutidos y con quesos curados.

PINEA KORDE – Rosado

Variedades: 100% Tinta fina (Tempranillo).

Grado de Alcohol: 13,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 7-10ºC.

Está elaborado con Tempranillo proveniente de una cuidada selección de los viñedos La Encina, de más de 45 años de edad, con suelos de piedra caliza arenosa blanca y en un entorno donde las particularidades de la zona propician un microclima que le da a las uvas un perfecto equilibrio entre acidez y frescura. Su elaboración también es especial, porque fermenta en huevos de cerámica con controles exhaustivos de temperatura. Después, pasa por una corta crianza (unos 6 meses) en barricas de roble francés seleccionadas exclusivamente para su elaboración, que enriquecen el vino para hacer de este KORDE un rosado expresivo y muy elegante.

A la Vista: Presenta un hermoso y expresivo color rosado visiblemente limpio y brillante.

En Nariz: En nariz despliega una explosión de aromas de frambuesa, grosellas y ciruelas negras, así́ como delicadas notas cítricas y florales con suaves toques minerales.

En Boca: Es complejo pero afrutado, mineral y de delicados taninos y suaves notas tostadas que se combinan perfectamente con la frescura de la fruta,

Es, sin duda, un elegante rosado que invita a beberlo en buena compañía y con paciencia, tanta como la que demuestran en su elaboración. Además, el vino resulta muy gastronómico, por lo que va muy bien con todo tipo de platos, desde los entrantes hasta los postres.

PINEA KORDE – Blanco

Variedades: 100% Albillo Mayor.

Grado de Alcohol: 13,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 8-10ºC.

Este Korde-Blanco es un singular y expresivo vino blanco castellano que debe su nombre a la palabra utilizada por el pueblo vacceo, (pobladores originales de la región de Ribera del Duero), que significa «la conexión de los corazones a través de las palabras». Está elaborado exclusivamente con Albillo Mayor de viñas casi centenarias y de 2 añadas. Vendimia manual seleccionada aprovechando la frescura de la mañana. La fermentación se produce de forma espontánea en tanques de acero inoxidable. Crianza mínima de 12 meses, con una posterior mezcla con la siguiente añada que fermenta en barricas con sus lías finas durante 6 meses.

A la Vista: Presenta un hermoso color amarillo muy claro con destellos dorados. Muy limpio y brillante

En Nariz: Nariz fresca, compleja, que regala aromas de manzana asada y de fruta madura junto a recuerdos cítricos y florales, con notas de caramelo y minerales. Al final, aparecen unos sutiles aromas especiados y de frutos secos propios de la crianza.

En Boca: En boca es fresco y cremoso, con sabores de melocotón y mango, toques de caramelo y notas minerales. Final largo con notas de miel y avellana.

Es un vino que armoniza muy bien con pescados y mariscos, queso azul y patés. También con arroces, pasta con verduras y todo tipo de comida oriental.

 

NUESTRO COMENTARIO FINAL COMO RESUMEN:

Como ya hemos dicho, Bodegas Pinea posee unos de los mejores viñedos cerca de las localidades de Olmedillo de Roa y Villatuelda, (Burgos), en el corazón de la Ribera del Duero. Estos viñedos se distinguen por sus grandes propiedades que incluyen una buena altitud sobre el nivel del mar que beneficia las viñas en cuanto a la exposición y la riqueza de diferentes tipos de suelo, que generalmente son de arena con abundante presencia de piedra caliza y con sistemas de enraizamiento profundamente estructurados que permiten que las vides se desarrollen bajo temperaturas extremas y que las uvas Tempranillo no se vean afectadas por los cambios de temperatura que van desde inviernos fríos y nevados hasta días de verano muy calurosos.

Es así como el uso de una viticultura de precisión contribuye con la adaptación a las duras condiciones climatológicas que impone la zona norte de la Ribera del Duero, con el fin de obtener lo mejor de los frutos en cada añada. Lo que se complementa con un trabajo que se sustenta en el respeto y el amor a la tierra donde crecen las viñas; la sabiduría de la naturaleza, su armonía y su biorritmo y el conocimiento de las tradiciones centenarias que aquí y aunque los responsables sean mexicanos y no hayan mamado la sabiduría de las generaciones anteriores, sin embargo respetan y tienen muy en cuenta en todos sus procesos, tanto en la viña como luego en bodega.

Pinis PINEA centenario – Foto del Archivo de la Bodega

Como bien dicen en la bodega: “Durante siglos, el pino que inspiró el nombre de nuestra bodega ha sido testigo de cientos de historias. Como nuestro vino, las fotos no hacen justicia a su majestusidad… Los que tienen la fortuna de haberlo experimentado en persona, saben a lo que nos referimos”

No es muy difícil definir a esta bodega en una sola frase.  Seguramente podría ser: ‘Pinea, la bodega y los vinos soñados por dos mexicanos enamorados de la Ribera del Duero’

CRDKEN – JMQ

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