Descripción
‘RECUPERANDO LA TRADICIÓN VINÍCOLA GADITANA’
Las Bodegas Luís Pérez están situadas en la Carretera del Calvario, KM 2.5, en un precioso lugar denominado Finca Hacienda de Vistahermosa, en Jerez de la Frontera (Cadiz). Es un antiguo lagar de 1844, restaurado con un gusto exquisito por el arquitecto José Alberto Muñoz Vega.
Foto del Archivo de la Bodega – Luís Pérez y su hijo Willy
La Bodega es un proyecto totalmente familiar creado en 2002 por la familia Pérez Vega, encabezado por el padre D. Luis Pérez Rodriguez, que fue durante 23 años, director de Investigación y Desarrollo en las Bodegas Pedro Domecq y fue también Catedrático de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Cádiz, además de asesorar a diferentes organismos relacionados con la vitivinicultura.
Una hermosa aventura en la que D. Luís no está solo porque le acompañan sus hijos Luís Pérez Vega, (Willy), también enólogo y sus hermanas Marta, Mirian y Fátima, quienes además de la genética vitivinícola de su padre, heredaron también la de su abuelo materno Don Juan Vega Pérez, (antiguo vinatero de Jerez).
Ciertamente estamos visitando un proyecto diferente y singular, porque precisamente aquí, en Jerez, son capaces de hacer un ‘gran vino tinto de autor’, en pleno marco del Jerez y donde esos blancos tan especiales, son los reyes: ‘Buenos tintos en tierra de blancos’.
Así, te asomas a esos bonitos ventanales del edificio o sales a la terraza y divisas un viñedo que cubre más de 14 Ha, (sobre una finca que supera las 25 Ha), localizadas en el llamado ‘Pago del Corchuelo’. Está situado el viñedo en una loma a 106 metros sobre el nivel del mar, con un nivel hídrico de 570 litros anuales y tiene de vecino, por un lado, al Océano Atlántico (en línea recta a menos de 15 km), con sus vientos de poniente y levante, y por el otro, a la sierra de Grazalema y Medina Sidonia, que les proporciona un microclima específico. Está rodeado de los prestigiosos pagos jerezanos donde se elaboran las distintas variedades de jerez, finos olorosos, cortados o manzanillas.
Fotos del Archivo de la Bodega
Pero disponen también de otros viñedos especiales que rodean estos de Vistahermosa, como son: El Calderín del Obispo, San Cayetano & La Escribana, o la tan conocida El Corregidor, que fue adquirida hace años por Marta Pérez Vega y que había pertenecido a Rumasa y originalmente a Sandeman. Esta finca dispone de una bonita casa del Siglo XVII y de más de 60 Ha con suelos de Albariza, (que son tan comentados y apreciados por la familia Pérez Vega).
La interpretación del terruño, la simbiosis que practican con él y el protagonismo de esos suelos de albariza tan peculiares, son clave para Bodegas Luis Pérez. Entre todas esas fincas que hemos comentado y rodean la bodega, deben sumar más de 100 hectáreas de viñedo, conformadas en bonitos ‘Pagos’ como Balbaína, Macharnudo, Carrascal o Corchuelo, que se distinguen por su completa parcelación y una vinificación absolutamente personalizada. Cada parcela se elabora de forma diferente buscando la fiel expresión del terroir y del varietal para dar vinos que buscan recuperar la vieja tradición vinícola de Cádiz.
Fotos del Archivo de la Bodega
Luis Pérez Rodríguez, es un enamorado de la vid, del viñedo y de la bodega y su sueño era recuperar la elaboración de vinos tintos que constituían, desde hace tres mil años hasta dos siglos atrás, uno de los pilares de mayor apreciación en la elaboración de los afamados vinos de la zona. Con el propósito de revitalizar esta vocación vitivinícola del marco del jerez, y contra la opinión de muchos, (que incluso le tacharon de estar loco por perder el tiempo plantando tinto en esta zona), en el año 2002 inició este proyecto familiar con la plantación de los primeros viñedos de variedades tintas. Está claro que Luís estudió en profundidad la historia milenaria de esta zona y como experto, también conocía las particularidades del terruño que lo hacen verdaderamente singular y que, en la bodega, resumen en 3 aspectos:
- Su altitud con vistas impresionantes sobre toda la campiña y zonas del litoral, que permite la afluencia directa de vientos marítimos con el logro de un microclima específico.
- La naturaleza del suelo con esa albariza y arcillas calcáreas que, en esta zona, impregna a los vinos de una notoria y excelente mineralidad.
- Las variedades plantadas (Syrah, Petit Verdot, Merlot, Tempranillo, Cabernet Sauvignon o Tintilla), con unos patrones estratégicamente elegidos y métodos de conducción del cultivo bajo producción integral, (con maneras de cultivo tendentes a la conservación ecológica) y control de la producción, con el fin de elaborar vinos de gran calidad.
Así hoy, cada variedad es vendimiada a la sazón manualmente, con una estricta selección de racimos para poder permitir elaborar vinos muy estructurados y con armonía en su expresión varietal, siendo muy significativo el gusto amable de sus dulces taninos y su marcada salinidad. Seguramente todo esto y el enorme trabajo desarrollado por todo el personal de la bodega en estos años, han dado como resultado el reconocimiento de esta bodega y la aceptación por el mercado de los buenos vinos que elaboran.
Es por eso que Willy define su producto, diciendo: “Nuestro vino es el fruto del encuentro del hombre con la naturaleza. Poco hay que hacer en la bodega si el trabajo ha sido el adecuado en el viñedo. Si el sitio es el adecuado la intervención solo debe darse para corregir excesos o defectos muy acusados”.
Tal es así, que ellos no creen en las podas en verde o aclareos de racimos sistemáticos. Tanto las variedades (Syrah, Petit Verdot, Merlot, Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Tintilla), como los patrones y métodos de conducción, han sido estratégicamente elegidos y colocados para desarrollar una viticultura de baja producción. Es por eso, que sus esfuerzos van dirigidos a conservar los aromas primarios preservando así el terruño.
Selección de uvas, vinificación por gravedad y maceraciones cortas a baja temperatura dan lugar a vinos de aspecto joven, pero con una estructura sorprendente. La selección de barricas es también muy importante en todo el proceso, en función de la variedad eligen la tonelería, el grano y grado de tostado de las duelas. El parque de barricas es completamente renovado cada tres años.
A lo largo de estos pocos años, (20 años no son muchos para una Bodega), están encantados con todos los resultados obtenidos, así como de participar en apasionantes proyectos ahondando en las raíces del Jerez.
Pero esta bonita Finca, es mucho más, porque La Hacienda Vistahermosa, además de la bodega y los viñedos, cuenta con unas magníficas instalaciones que se completan con una casa y lagar restaurados, salón para catas, sala de exposiciones y aula de cursos y el magnífico ‘Centro de Interpretación o Museo del Viñedo’, con bancales o terrazas que conforman un precioso jardín con más de 20 variedades internacionales y otras 30 variedades autóctonas. Este jardín-viñedo entusiasma a los visitantes por lo novedoso y lo bien estructurado que está. Además, en época de vendimia, se pueden degustar sus uvas y apreciar sus diferencias. Esta parte exterior la conforman también el espacioso patio de los naranjos, el jardín y el mirador entre el viñedo para disfrutar, (dependiendo del momento y fechas), de algún espectáculo ecuestre.
Por último, destacar que en el interior disponen de un enorme salón de arquitectura vanguardista con amplios muros de cristal, donde se puede disfrutar de unas vistas inmejorables de la campiña gaditana sin temer a las posibles inclemencias meteorológicas. Es por ello, que es un lugar idóneo para celebrar cualquier tipo de evento, (bodas, celebraciones familiares, reuniones de empresa, etc..), sin necesidad de estar pendientes de nada exterior y solo disfrutar del entorno, la gastronomía y por supuesto del buen vino.
LOS VINOS:
Sin duda, esta de Luís Pérez es una bodega quizá algo atípica para la zona en la que está ubicada y donde su singularidad consiste en que hace grandes vinos tintos de autor, además de otros más típicos del marco jerezano.
Si no me equivoco, elaboran hasta 18-20 vinos diferentes y entre ellos un Vino ‘Exclusivo’ el Villamarta Tres Palmas, o ese GARUM de crianza submarina que es envejecido majo el mar con la botella dentro de un ánfora como hacían los Fenicios hace 3.000 años…… Mucho donde elegir, claro que sí y todo bueno.
En total, y seguramente todavía me dejaré alguno, las referencias de Luís Pérez que podremos encontrar en el mercado, serían:
Garum, Samaruco, Petit Verdot Bodegas Luis Perez, Marismilla, La Barajuela Fino II, La Barajuela Oloroso, La Barajuela Cortado, La Barajuela Palma Cortada, La Barajuela Raya, Tintilla Balbania, Tintilla Corchuelo, Tintilla Carrascal, Muelle de Olaso, Triangulo, Añina Caribe, Carrascal PX, Caberrubia, La Escribana, o el ‘Exclusivo’ VILLAMARTA TRES PALMAS.
Como siempre, trataremos de hablar un poco más en detalle de algunos de ellos, entre otras cosas porque no hemos podido probarlos todos, cosa que seguro también nos hubiera encantado, pero que prometemos volver y de esta forma poder hacerlo sin tardar mucho.
EL MUELLE DE OLASO – Blanco
Variedades: Palomino Fino, Pedro Ximénez y un poquito de Mantúo y Vijierga.
Grado de Alcohol: 13,5% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 6 – 9ºC.
Se trata de un vino blanco en el que Bodegas Luís Pérez pone toda su sapiencia para elaborarlo. Las variedades que lo componen provienen de viñedos de más de 40 años de la finca El Corregidor, dentro del Pago Carrascal y podado a moflete. Vendimia manual con una exhaustiva selección de racimos. El 80% fermenta en depósitos de inoxidable a baja temperatura, mientras que el 20% se asolea y fermenta en bota jerezana envinada que se deslía en diciembre. Tras el ensamblaje, el vino es sometido a 6 meses de crianza sobre lías en depósito.
A la Vista: Presenta un hermoso color amarillo pajizo con tonos ocre. Limpio y brillante.
En Nariz: En nariz se aprecian aromas frescos de frutas tropicales, junto a otras de fruta blanca (manzana verde) y de hueso (albaricoque), con notas cítricas.
En Boca: En boca muestra frescura y volumen, con mucha presencia frutal, (manzana, piña, albaricoque), con toques minerales y salinos, buena acidez y con un largo final.
Es un vino blanco elegante y fresco que armoniza perfectamente con todo tipo de pescados y mariscos, destacando incluso con sushi y sashimi. También es un destacado aperitivo con quesos suaves y muy recomendable para beber en cualquier momento del día.
MARISMILLA – Rosado
Variedades: 100% Tintilla de Rota.
Grado de Alcohol: 14,5% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 7 – 10ºC.
MARISMILLA es un rosado de lágrima elaborado con la variedad autóctona Tintilla de Rota, procedente de los pagos Balbaina, Corchuelo y Carrascal, en Jerez de la Frontera, con diversidad de suelos y microclimas. Vendimia manual y nocturna en pequeñas cajas de no más de 14 Kg. La uva, despalillada y encubada por gravedad, realiza una maceración pre-fermentativa a 5°C y el mosto reposa durante 4 horas con sus pieles, luego se separa y se trasvasa en depósitos de acero inoxidable donde realiza la fermentación alcohólica a baja temperatura. Crianza de 9 meses sobre sus lías para luego reposar en botella otros 12 meses más antes de salir al mercado.
A la Vista: Presenta un bonito color rojo cebolla pálido.
En Nariz: Intensa nariz con aromas de fruta roja (cereza, grosella) y manzana, con un toque muy mineral aportado por los suelos calcáreos de su origen.
En Boca: En boca es fresco, sedoso a la vez que potente y mineral. Con mucha presencia de fruta roja y un final intenso y salino.
Es, sin duda, un rosado distinto que amplía los registros de esta variedad autóctona y exclusiva de esta zona gaditana. Armoniza muy bien con arroces de pescado, pescados a la parrilla, mariscos, quesos de cabra y platos de pasta con salsa de pescado.
EL TRIANGULO
Variedades: 100% Tintilla de Rota.
Grado de Alcohol: 13,5% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 14 – 16ºC.
Se trata de un ‘Vino de Pueblo’ elaborado con la variedad autóctona Tintilla de Rota procedente de 3 pagos diferentes, (Balbaina, Corchuelo y Carrascal), con diversidad de suelos y microclimas propios. Vendimia manual, nocturna y en cajas pequeñas. Después del paso por la mesa de selección y con el 60% sin despalillar tiene lugar la fermentación en depósitos de acero inoxidable y barricas abiertas durante 30 días, con pocos remontados, tratando así, de respetar al máximo la suavidad y elegancia del fruto. Crianza de unos 5 meses en barricas de roble de 5 años de uso, a la que ha de sumarse una estancia adicional de 15 meses en depósito antes de ser embotellado.
A la Vista: Presenta un intenso color granate, con ribetes violáceos. De capa alta. Limpio y brillante.
En Nariz: En nariz sobresalen las especias como la pimienta por encima de una suave fruta roja (cerezas) y negra (moras), con toques minerales.
En Boca: En boca resulta suave y especiado, con una marcada acidez que deja un fresco final con posos salinos.
Es un vino diferente, bastante gastronómico y muy versátil que armoniza bien con platos grasos de carnes y pescados, con carnes de caza, asados de cochinillo o cordero y también con embutidos y quesos grasos.
GARUM
Variedades: 70% Merlot, 15% Syrah y 15% Petit Verdot.
Grado de Alcohol: 14,5% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC.
Este GARUM viene a demostrar la maravillosa adaptación del Merlot a las tierras gaditanas. Buen ‘coupage’ de Merlot, Syrah y Petit Verdot procedentes del pago Corchuelo, donde cada variedad es cultivada de forma diferente, pero con una viticultura mínimamente intervencionista y sin emplear herbicidas. Vendimia manual con doble selección y enfriamiento previo de las uvas en cámara. Fermentación separada de cada variedad en depósitos de acero inoxidable durante 20 días a temperatura controlada. Después del encubado por gravedad, en el que se dejan enteros algunos racimos, la maloláctica comienza en el depósito y termina en barrica. Tras la vinificación se mezclan todas las variedades y se procede a una crianza de 12 meses en barricas de roble americano y francés de un uso medio de 6 años.
A la Vista: Presenta un bonito color granate, con ribetes oscuros. De capa media-alta. Limpio y brillante.
En Nariz: De nariz intensa y franca, con aromas de fruta roja madura (cereza, fresa), con notas de cacao y café y suaves toques minerales.
En Boca: En boca es potente, sedoso y muy goloso. Un vino con unos taninos dulces y un postgusto con un agradable tostado y notas de café.
Se trata de un vino que armoniza bien con embutidos, quesos semicurados, carnes de caza, asados, carnes rojas con salsa, legumbres, pescados grasos, e incluso con postres de chocolate no muy dulce y frutos secos.
SAMARUCO
Variedades: 50% Syrah y 50% Petit Verdot.
Grado de Alcohol: 15% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC.
SAMARUCO, (“una producción singular con alma jerezana”), es el resultado de un buen ‘coupage’ de las variedades Syrah y Petit Verdot (al 50%), procedentes del pago Corchuelo de bodegas Luís Pérez. Su nombre rinde homenaje al abuelo Paco Pérez, que así llamaba al cuartillo dónde guardaba sus redes de pesca. Vendimia manual por separado y seleccionada. Elaboración separada de ambas variedades en depósitos de inoxidable, tras su enfriamiento en cámara y nueva selección en mesa. Posterior encubado por gravedad dejando algunos racimos enteros. La maloláctica es iniciada en el depósito y finalizada en barrica. Crianza, (entre 12 – 16 meses), en barricas de roble francés y americano de un uso medio inferior a 4 años. PERSONALMENTE ME HA ENCANTADO ESTE VINO
A la Vista: Presenta un bonito color granate, con ribetes oscuros. De capa media-alta. Limpio y brillante.
En Nariz: En nariz muestra intensos aromas de sotobosque y frutas rojas, con toques especiados y torrefactos.
En Boca: En boca es potente, pero sedoso a la vez, con abundante fruta roja (cereza) madura, notas herbáceas y minerales. Taninos dulces y un largo postgusto con suaves recuerdos torrefactos.
Su alma jerezana hace de este vino un buen acompañante para cualquiera de las fases de una buena comida, desde los entrantes hasta los postres. Armoniza bien con carnes y pescados asados, guisos, calderetas, embutidos y quesos, así como postres con predominio de chocolate.
EL CORREGIDOR
Variedades: 99% Palomino Fino y 1% Pedro Ximenez.
Grado de Alcohol: 12% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 5 – 8ºC.
Creo que EL CORREGIDOR es el primer espumoso de las bodegas Luís Pérez. Está elaborado a partir de Palomino Fino, con un poquito de Pedro Ximénez. Tiene una compleja elaboración, donde el vino base fermenta en inoxidable a baja temperatura. Luego pasa un año de crianza bajo velo de flor en bota jerezana. Tras este primer año se realiza el embotellado para su segunda fermentación por el método tradicional ‘champagnoise’, con la adición de un mosto concentrado de Pedro Ximenez asoleado y las levaduras del pie de cuba de la vendimia posterior. Envejecimiento en rima de 3 años en botella, finalizando con un degüelle sin dosaje.
A la Vista: Presenta un bonito color amarillo paja, con tonos ocre y con finas burbujas que producen en la parte superior de la copa un rosario uniforme y duradero.
En Nariz: En nariz muestra aromas de fruta blanca con toques frescos tropicales y notas dulces y minerales.
En Boca: En boca es muy fresco, voluminoso y frutal, con abundancia de fruta blanca como la manzana verde y tropical como la piña. Buena acidez sin perder su punto dulce y con un final persistente que deja un largo retrogusto.
Ideal para acompañar con todo tipo de entrantes. También con platos de pescado y marisco, arroces, foie, quesos, así como con los postres.
NUESTRO COMENTARIO FINAL COMO RESUMEN:
Luis Pérez Rodríguez es, sin duda, un gran enólogo de la zona de Jerez, (al igual que su hijo Willy) y con esta bodega y el apoyo de toda la familia, recuperó la elaboración de vinos tintos de gran calidad, tal y como fue tradición aquí durante tres milenios. Ya sea como viticultores, bodegueros, trasegadores o capataces, la familia de Luis Pérez, está ligada al vino desde hace varias generaciones. Es por ello que la fundación de su propia bodega, fue un paso lógico en la historia de la saga y que esperemos seguirá en futuras generaciones.
Al igual que nos pasó con otros vinos de la zona, (seguramente por la falta de costumbre), nos llamó la atención esas fuertes notas salinas que encontramos en todos ellos y dejan rastro a su paso. Ciertamente me han gustado estos vinos, y me quedé con ganas de poder probar ese “LUÍS PEREZ PETIT VERDOT” que me han dicho que era una maravilla…… Está claro que tendré que buscarlo por algún sitio y satisfacer así esta curiosidad, a la vez que darme un buen homenaje.
Disfrutar en Bodegas Luis Pérez es muy fácil e inolvidable, la visita se desarrolla en un ambiente evocador, unas instalaciones impresionantes, las mejores vistas de la ciudad de Jerez y marismas del río Guadalquivir, unos vinos exquisitos y diversos, a lo que hay que sumar el factor humano que ayuda en toda la visita.
Por nuestra parte, añadir que ha sido una magnífica experiencia visitar también esta Bodega, que aunque tiene sus raíces en las experiencias del “Jerez”, elabora vinos de mercado más tradicional, aunque hay que reconocer que tienen sus peculiaridades para poder también considerarlos como diferentes.
CRDKEN – JMQ
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