Bodegas CANOPY (Camarena-Toledo)

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Descripción

“UN TERRUÑO, DOS AMIGOS Y UNA PASIÓN”

Bodegas Canopy se encuentra en el pueblo de Camarena, a 40 kilómetros de Toledo y a tan solo unos 70 Km de Madrid. Esto hace que sea para muchos de nosotros una bodega buena para visitar y que una vez que lo haces, además de gustarte, encima también te sorprende.

En la zona norte de la D.O.P Méntrida (Toledo), bajo la influencia de la Sierra de Gredos, a más de 750 metros de altitud, se encuentra la Sierra de San Vicente entre los valles del Tiétar y el Tajo. Su microclima benefactor se deja sentir bien por la noche cuando las temperaturas bajan y los aromas se fijan en estos viejos viñedos de Garnacha que, junto a las modernas plantaciones de Syrah, que hay en esta bodega, convierten las parcelas de viñedo en auténticos jardines perfectamente adaptados a un territorio duro y exigente.

“Somos una joven bodega volcada en el redescubrimiento del terruño histórico y los vinos de Méntrida. Practicando una agricultura ecológica y respetando al máximo la uva, elaboramos vinos pensados desde la viña.  Nuestra viticultura mínimamente intervencionista, permite a nuestros suelos siliceo-graníticos expresarse en plenitud y conseguir que potencia y elegancia vayan de la mano consiguiendo unos vinos ciertamente singulares”.

Así se definen en esta bodega y no les falta razón. Porque en Canopy están totalmente convencidos que las viejas cepas de Garnacha destacan el terruño, y es lo que los convierte en su gran elemento diferenciador.   Por eso, dedican todo su tiempo y esfuerzo en destacar el carácter único de los vinos de esta parte de la Sierra de Gredos.

Alfonso Chacón y Belarmino Fdez. (Propietarios) – Fotos de Archivo de la Bodega

Fruto de su pasión por el vino y el afán por poner en el lugar que se merece a la D.O.P. Méntrida, la andadura de Bodegas Canopy comenzó en noviembre de 2003, (parece que fue ayer y ya han pasado 20 años). Sus fundadores Belarmino Fernández y Alfonso Chacón, (socios, amigos y enólogos ambos), son los que iniciaron la búsqueda de viejas viñas de Garnacha y Syrah en las que apoyarse para desarrollar su ‘Sueño’. Sueño convertido en proyecto que todavía hoy tienen muy claro, cuando dicen: “pensar en los vinos desde las viñas y trasladar la peculiaridad de cada una a la copa”.

Fue en la zona vinícola de Méntrida, concretamente en El Real de San Vicente, situado en las estribaciones sur de la Sierra de Gredos, donde encontraron estos viejos viñedos de Garnacha, ubicados a una altura entre 750 y 895 metros de altitud, sobre suelos graníticos cultivados en vaso con edades comprendidas entre los 60 y los 95 años. Mientras, en el pueblo de Camarena a 575 metros de altitud, plantadas sobre suelo arenoso es dónde tienen las viñas de Syrah en espaldera de 30 años. Además, en otro pueblo cercano, Ventas de Retamosa, a 618 metros de altitud tienen también otra vieja viña de Garnacha blanca, siendo una de las pocas de esta variedad que quedan en el centro de España.

“Con estos descubrimientos ya teníamos el ingrediente principal para hacer realidad nuestro sueño: LAS VIÑAS”.

Canopy es, por tanto, una bodega joven volcada en el redescubrimiento del terruño histórico de Méntrida como cuna de vinos singulares. Es una referencia al terroir, a vinos pensados desde la viña, a más de 750 metros de altitud, aprovechando los buenos valles entre el Tajo y del Tietar, bajo un microclima  benefactor que se deja sentir por la noche, cuando las temperaturas bajan y los aromas se fijan en esos viejos viñedos de Garnacha junto a las más jóvenes y modernas plantaciones de Syrah, como auténticos jardines vitícolas perfectamente adaptados a un territorio duro y exigente.

Hoy en día cultivan y controlan más de 20 Ha de viñedo, de las que unas 13 Ha son propias, en parcelas que no superan 1 hectárea. Son como ellos dicen, “su verdadero tesoro”, que cuidan y protegen con el mismo mimo que cuidas a un hijo. Las cultivan sin ningún tipo de producto químico ni herbicida, (el abono es estiércol animal), para de esta manera respetar las características de la uva y poder elaborar unos de los mejores vinos de la zona.

“En nuestros jardines de garnachas entendemos que la biodiversidad es fundamental para mantener un ecosistema óptimo. El enfoque orgánico del cultivo de la Garnacha Tinta permite que estos suelos vivos tengan depredadores naturales estando las viñas perfectamente protegidas frente a posibles plagas”.

Pero como no quiero inventarme nada ni decir cosas que igual no definan bien lo que aquí se hace, que mejor, para explicar como trabajan y lo que hacen con sus viñas y como las cuidan, que transcribir tal cual las propias palabras de sus propietarios Alfonso y Belarmino:

“En las plantaciones de Syrah situadas en el pueblo de Camarena, y Garnacha Blanca en las Ventas de Retamosa, plantadas sobre suelos arcilloso- arenosos a 575 y 618 metros de altitud, trabajamos con la misma filosofía respetando al máximo el medio ambiente para conseguir expresar de la mejor manera posible el “terroir” de nuestros vinos, poniendo en valor nuestra premisa de elaborar los vinos desde la viña”.

Y continúan: “Los trabajos comienzan en febrero, donde establecemos la carga de uva que tendrá la planta mediante la poda, con rendimientos muy bajos para que la calidad sea muy alta. Continuamos con la poda en verde eliminando brotes no deseables a finales de marzo, momento en el que labramos la viña para quitar las malas hierbas y que estas no compitan con la planta. Después procederemos al despunte de los sarmientos, para de esta forma conseguir el crecimiento de vegetación que proteja los racimos de los rayos del sol. De esta manera madurarán más lentamente y conseguiremos una materia prima de excelente calidad, lo que redundará en la particularidad de nuestros vinos”.

Para terminar aclarando que: “Nuestros vinos son el resultado de cuidar la uva, en fermentación no alterar su proceso con productos y hacer la crianza con barricas grandes”.

Fotos del Archivo de la Bodega

Al principio, ni Alfonso ni Belarmino disponían de bodega física para vinificar sus primeras cosechas y por eso pidieron permiso a la familia Landi para elaborar en sus instalaciones de Méntrida. Posteriormente, ya con sus propias instalaciones, ubicaron la bodega en el pueblo de Camarena, donde continua Canopy.

El nombre de CANOPY, parece que está inspirado en el concepto de viticultura del ‘canopy management’, que se preocupa por manejar la ‘canopia’, (que es básicamente, la parte aérea de la planta), de manera que la cantidad de hojas, su salud y orientación, (llegando incluso a establecer una especie de ratio hoja-fruto), sean adecuadas para que la vid fabrique frutos de calidad idónea sin excesos ni carencias en su composición.

Si en la viña todos los trabajos son realizados de la forma más natural posible, aplicando una viticultura totalmente ecológica y poco o nada intervencionista, en bodega ocurre exactamente lo mismo y además, de natural es muy artesanal.

Claro que suelen hacer bajas producciones, pero muchos de los vinos los elaboran empezando ya con un pisado tradicional; pero pisado, pisado, como lo hacían nuestros abuelos. La mayoría están elaborados con racimo entero sin despalillar, en tinos abiertos, (como hemos visto en las fotos), con maceraciones prefermentativas largas y en frío, con suaves remontados para ir perfilando los vinos. Después de la fermentación alcohólica y tras un suave prensado, los vinos los pasan a barrica. La utilización de la madera, (siempre roble francés), es aquí muy discreta, y para ello emplean barricas, (normalmente de segundo año), de volumenes grandes, 400, 500 litros y Fudres de 1500, 2000 y 4000 litros, para evitar que los vinos se ‘madericen’ demasiado, porque como dice Alfonso: “El vino es fruta, y no carpintería¡¡”.

Con todo esto, lo que quieren es respetar al máximo el carácter de cada parcela, su tipicidad y peculiaridad. Dependiendo del vino estará en barrica desde 3 hasta 18 meses, con catas regulares para comprobar su evolución. Al final, tras un suave filtrado, reposarán un tiempo en botella donde acabarán su crianza.

Aunque ya ha quedado bien claro porque así lo hemos dicho, volvemos a repetir que en todo este proceso, (recalcan una y otra vez desde la bodega):

“El respeto a la materia prima es extremadamente importante, por lo que en la elaboración tampoco añadimos ningún tipo de aditivo porque la finalidad de todo esto es que las personas disfrutéis tanto de nuestros vinos como nosotros disfrutamos elaborándolos”.

Pero todo esto no se puede hacer sin un equipo humano implicado, que comparta las ideas de sus propietarios para luego llevarlas a cabo, además de entender perfectamente los objetivos y la filosofía del proyecto. Hoy por hoy, (además de otras ayudas y trabajadores), el equipo humano de bodegas Canopy lo componen 3 personas: Alfonso y Belarmino como socios fundadores y propietarios (de los que ya hemos hablado), y también Lorena Díaz, que se incorporó como becaria en 2018 pasando después a formar parte fija del equipo.

Los tres son enólogos, (lo que a veces crea discusiones necesarias, pero también facilita el trabajo), y como bien dicen desde la bodega:

“Aunque cada uno tiene un cometido, dentro de la bodega todos trabajamos en equipo tomando las decisiones importantes por consenso”.

 

LOS VINOS:

Por lo que hemos visto, podemos decir que los vinos de Bodegas Canopy son realmente vinos singulares, no solo por los cuidados especiales de las diferentes parcelas de sus viñas, sino también por las propias particularidades de cada parcela y, como no, por la manera especial de elaborarlos y criarlos.  Pudiendo de este modo, calificar a cada uno de ellos como ‘Vino ‘Unico’.

Fotos del Archivo de la Bodega

La bodega y sus vinos están acogidos a la D.O.P. Méntrida, salvo uno de ellos, (que dicho sea de paso nunca he probado), que etiquetan como ‘Kos’, su vino de Cebreros, que elaboran con uva Garnacha de cepas viejas de un viñedo situado en Cebreros en plena Sierra de Gredos. Allí en un suelo pizarroso, bajo unas condiciones de cultivo extremas, con vertiginosas laderas, en altura y clima frío, es donde se podría decir que reina el caos para el vino; pero sin embargo el resultado es ese vino que, seguramente por eso, llaman “Kaos”, del que solo salen pequeñas producciones que, cuando las hacen, no superan las 1.200 botellas.

Otras referencias de esta bodega son, por ejemplo: LOCO, GANADERO (blanco y tinto), CASTILLO DE BELARFONSO, MAL PASO, TRES PATAS. También el ‘delicado y elegante’ LA VIÑA ESCONDIDA y el ‘exclusivo’ CONGO. Y alguno otro más, como el novedoso ESTEREO, (con su etiqueta tridimensional), que elaboran en colaboración con Bodegas Attis de Galicia. De algunos de ellos hablaremos a continuación.

Eso sí, en todos ellos el personal de la bodega, con el enólogo ALFONSO CHACÓN al frente, pone siempre todo su cariño y saber hacer para que, una vez ya en nuestras mesas y nuestras copas, nos hagan pasar grandes momentos disfrutando con estos buenos y diferentes vinos. O como el propio Alfonso Chacón los describe diciendo que son:

“VINOS HONESTOS, SINGULARES, DIFERENTES Y ESPECTACULARES”.

 

LOCO

Variedades: Garnacha Blanca 100%.

Grado de Alcohol:  14% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 8 – 10ºC.

Aprovechando dos pequeños viñedos de Garnacha Blanca de más de 60 y 70 años en la zona de Méntrida y cultivados en vaso, se elabora este potente y elegante vino blanco que ha conquistado algunos exquisitos paladares de críticos y aficionados. Vendimia manual seleccionada. La mitad es fermentado en barrica en la que permanece con sus lías un mínimo de 6 meses. La otra mitad hace lo mismo, pero en depósitos de Acero Inoxidable con batonnage

A la Vista: Presenta un hermoso color amarillo pajizo, limpio y brillante.

En Nariz: En nariz sorprende por sus sutiles y elegantes notas de hierba fresca, hinojo y heno, junto con suaves notas minerales y matices de melocotón y flores blancas (manzanilla) que se completan con otros ahumados y especiados de su buen paso por barrica.

En Boca: En boca es fresco y sedoso, con notas minerales que aporta el terruño y un retro nasal largo, amplio y persistente.

Se trata de un vino que armoniza muy bien con platos cocinados de pescados (lenguado, corvina, merluza), y mariscos, así como platos de pasta y todo tipo de comida oriental.

GANADERO BLANCO

Variedades: Verdejo, Macabeo y Garnacha Blanca.

Grado de Alcohol:  12,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 6 – 8ºC.

Estamos ante un vino joven, sin crianza elaborado con uvas de las variedades Verdejo, Macabeo y Garnacha Blanca. Se trata de un blanco un tanto complejo a la vez que fresco y elegante, con gran personalidad y fuerte carácter. Elaboración completamente tradicional y fermentación en tanques de acero inoxidable.

A la Vista: Presenta un bonito color amarillo pajizo con tonos verdosos. Limpio y brillante.

En Nariz: En nariz destacan sus notas florales y herbáceas que se complementan con matices de frutas blancas y de hueso como el melocotón. Ciertamente sorprende tanta complejidad e intensidad en un vino joven.

En Boca: En boca se muestra fresco, amplio y fluido. Vuelve a sorprender con notas de melocotón y recuerdos a piña y suaves toques minerales.

Es un vino que por su fresca acidez resulta ideal para disfrutar de una copa en cualquier momento. Además, armoniza muy bien con todo tipo de pescados, crustáceos y mariscos, así como con arroces, verduras y pasta.

GANADERO TINTO

Variedades: Garnacha 100%.

Grado de Alcohol:  14% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 12 – 14ºC

Este Ganadero, es un vino tinto joven, fresco y divertido, que está elaborado con uvas de la variedad 100% Garnacha de cepas de más de 45 años que nacen de un terreno ondulado, formado por suelos arenosos de origen granítico, ácidos y con muy poca cal.  Es, por tanto, un monovarietal con una ligera crianza de solo tres meses en barrica de roble francés para suavizarlo y proporcionarle más frescura.

A la Vista: Presenta un bonito color granate con ribetes ligeramente azulados. De capa media, limpio y brillante.

En Nariz: buenos aromas frutales en nariz de ciruela y arándanos, con toques florales, suaves notas terrosas, sotobosque y hierbas aromáticas.

destaca por sus buenos aromas de frutas rojas (cerezas, arándanos), monte bajo, notas florales y de hierbas aromáticas frescas con toques minerales.

En Boca: En boca es fresco y fácil de beber. Presenta buena acidez, es estructurado, con taninos suaves y notas de chocolate. Resulta sabroso y tiene un final agradable y persistente.

Vino para tapeo, pero que armoniza bien con todo tipo de carnes, (rojas, blancas y aves). También con guisos no muy fuertes, embutidos y quesos con poca curación.

CASTILLO DE BELARFONSO

Variedades: Garnacha 100%.

Grado de Alcohol:  14,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 12 – 14ºC

Dicen algunos entendidos que es el vino más divertido de Bodegas Canopy por su frescura y amabilidad. Está elaborado con uvas bien maduras de la variedad Garnacha procedentes de Viñas Viejas con más de 60-65 años plantadas sobre suelos siliceo-graníticos. Maceración prefermentativa en frío y fermentación alcohólica y maloláctica durante un mínimo de 6 meses en barrica de roble francés. Esta permanencia en barrica es la que le permiten mantener un carácter dulce, redondo y muy frutal, que lo hace realmente fácil de beber.

A la Vista: Presenta un bonito color granate con ribetes morados. De capa media, limpio y brillante.

En Nariz: En nariz destaca por sus buenos aromas de frutas rojas (cerezas, arándanos), monte bajo, notas florales y de hierbas aromáticas frescas con toques minerales.

En Boca: En boca resulta amable y fresco, con bastante buena estructura y amables taninos bien integrados. Destaca la buena fruta roja, con notas de chocolate, pimienta y ligeros toques de regaliz que invita a seguir bebiendo.

Es un vino fácil de beber por lo que es ideal para momentos de tapeo y que va muy bien con todo tipo de entrantes. También se agradece en barbacoas y otras celebraciones informales.

MALPASO

Variedades: Syrah 100%.

Grado de Alcohol:  14% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC

Este MALPASO es un buen vino tinto elaborado con uvas de la variedad 100% Syrah plantadas en espaldera en viñas de más de 25 años sobre suelos arenosos. Maceración prefermentativa en frío. Fermentación alcohólica a temperatura controlada con encubado de 15 días y fermentación maloláctica en barrica de roble francés, durante un mínimo de12 meses, (50% nuevo y 50% de 1 vino, y barricas de 500, 600 y 1000 litros). No es estabilizado ni filtrado.

Es un vino, que en su cosecha de 2020 está calificado con 94 puntos en la Guía Peñín y 92 en la Parker.

A la Vista: Presenta un hermoso color cereza-picota con ribetes granate. De capa media y brillante.

En Nariz: En nariz destaca por su la alta intensidad con una buena presencia de frutas y de violeta, La fruta negra se fusiona con las notas herbáceas balsámicas y minerales, con toques mentolados.

En Boca: En boca es muy agradable, redondo y sabroso, con una frescura que invita a seguir bebiendo. Destaca la fruta roja madura (cerezas y arándanos). Es de paso ágil, pese a su buena estructura y tiene unos taninos maduros y buena acidez, con un final largo y persistente.

Es, sin duda un buen Syrah que invita a tomarlo junto a lasañas de carne, arroces de caza y quesos de intensidad media. También con carnes, guisos, platos de legumbres y embutidos.

TRES PATAS

Variedades: Garnacha 100%.

Grado de Alcohol:  14,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 12 – 14ºC

Como lo definen en la bodega, es un “Vino que no cojea” a pesar de que su nombre solo le pone 3 patas. Está elaborado con uvas de la variedad Garnacha procedentes de viñas viejas con cerca de 60 años, plantadas en vaso sobre suelos silíceos. Maceración prefermentativa en frío. Fermentación alcohólica a temperatura controlada con encubado de 15 días. Fermentación maloláctica en barrica, donde permanece un mínimo de 12 meses en roble francés, (50% nuevo y 50% de 1 vino, con capacidades de 600 y 500 litros). No estabilizado, ni filtrado.

Alguna de las cosechas de este vino, como la de 2017 tienen calificaciones de 93 puntos en la guía Peñín.

A la Vista: Presenta un atractivo y brillante color cereza de intensidad media con ribetes oscuros.

En Nariz: Su nariz es muy fragante, fresca, floral y rica en matices, con notas de bosque mediterráneo y donde destacan las frutas rojas, la mineralidad y sutiles notas especiadas.

En Boca: En boca presenta un cuerpo medio, con buen volumen, suculento, carnoso, muy fresco. El final es intenso y refrescante, de buena persistencia aromática y con los taninos bien integrados. Buen final.

Es un vino que armoniza bien con carnes ligeras, caza menor, pescados grasos y estofados. También con embutidos y quesos semicurados.

LA VIÑA ESCONDIDA

Variedades: Garnacha 100%.

Grado de Alcohol:  14,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 14 – 16ºC

Se trata de un elegante y delicado vino tinto de Bodegas CANOPY elaborado con una selección de racimos de la cima de una vieja viña de Garnacha con cerca de 90 años, sobre suelo granítico. Maceración prefermentativa en frío, pisado tradicional durante la fermentación. Lleva una ligera prensada de manera simbólica y muy leve. Tiene una crianza de 16 meses en fudre de 2.000 litros de roble francés, dónde realiza igualmente la fermentación maloláctica.

Es un vino de producciones pequeñas, (sobre las 2.000 botellas/año), y que en algunas añadas como la de 2017 o 2018 han sido calificado con 94 Puntos en la Guía Peñín y 95/96 en Parker.

A la Vista: Presenta un bonito color rojo rubí, limpio, brillante, no muy intenso pero vivaz, con ribetes oscuros. De capa media.

En Nariz: En nariz es bastante complejo y se muestra elegante y sutil, con buenos aromas de cerezas, violetas, mora, frambuesa y ciruelas, con toques ahumados, de incienso y destellos minerales. Madera bien ensamblada.

En Boca: En boca es muy amplio, con un sabor que inunda toda la boca y con una sorprendente elegancia que la llena de aromas minerales. A la vez es fresco, sedoso y persistente. Tiene un tanino pulido y amable que lo hace fácil de beber y con un buen final bastante largo y frutal.

Es un vino que armoniza a la perfección con todo tipo de carnes, asado de cordero, cabrito y cochinillo, carnes de caza mayor, guisos, platos de setas y revuelto de boletus. También con buenos ibéricos y quesos curados.

CONGO

Variedades: Garnacha 100%.

Grado de Alcohol:  14,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 14 – 16ºC

Dicen que la expresión “Valer un Congo”, de la que viene el nombre a esta potente Garnacha, define bien a este ‘Gran vino’. Lo es por su cuidadoso proceso de preparación y, sobre todo, porque solo el 20% de la escasa producción de un viñedo de apenas una hectárea en Real de San Vicente, con viñas de más de 65 años es el que seleccionan, cuando se puede, para su limitada elaboración que no supera las 1.100 botellas. Tiene una maceración prefermentativa en frío y, posteriormente, suaves pisados durante 20 días. La maloláctica la realizan en barrica de 700 litros con una crianza de un mínimo de 16 meses en roble francés.

A la Vista: Presenta un brillante color rojo picota intenso con matices cereza y ribetes violeta oscuro. De capa media-alta.

En Nariz: En nariz destacan aromas de frutas rojas, fresas, arándanos y ciruela, con notas minerales y florales, junto con recuerdos de chocolate y avellana.

En Boca: En boca es amplio y sabroso, con un tanino goloso, maduro y bien integrado. Buena fruta roja madura con notas minerales. Buen retogusto final que deja en la boca un persistente y amable recuerdo.

Es un vino para disfrutar cada sorbo incluso tomándolo solo; pero que a su vez armoniza perfectamente bien con todo tipo de carnes rojas, carnes de caza mayor, asados y guisos fuertes. También con embutidos y quesos curados, e incluso con buenos postres con predominio del chocolate de buena pureza.

 

NUESTRO COMENTARIO FINAL COMO RESUMEN:

Casi finalizamos este escrito, de la misma forma que lo empezamos, diciendo, (ahora mucho más convencidos), que Canopy es una joven bodega totalmente volcada en el redescubrimiento del terruño histórico de Méntrida como cuna de vinos singulares y en la elevación de la uva GARNACHA a esos altares de los que gozan otras variedades y que para esta uva estaban muy alejados, pero que gracias a Canopy y otras bodegas similares, están consiguiendo colocarla dónde realmente se merece.

Dignificando las GARNACHAS de Méntrida

“La mejor manera de conocernos a nosotros, a nuestros vinos y a nuestra filosofía es que vengas a visitarnos. Te enseñaremos la bodega, te contaremos qué hacemos, porqué lo hacemos y probaremos juntos nuestros vinos”.

De verdad que merece la pena y es una grata experiencia descubrir los vinos de Bodegas Canopy, en los que se nota el mimo en su elaboración y la implicación en cada detalle que tienen. El personal de la bodega, sean o no, Alfonso o Belarmino, te van a dejar su impronta y a transmitir toda su pasión de manera cercana y muy amena.

Decir para finalizar, que esta bonita bodega pertenece a la Denominación de Origen Méntrida. Esta D.O nace en 1976 con la intención de controlar y regular los vinos tintos, blancos y rosados producidos en la zona de Méntrida. Los viñedos se encuentran situados al Norte de la provincia de Toledo, limitando con las provincias de Ávila y de Madrid, y se extienden al pie de la impresionante Sierra de Gredos en su parte oriental. Se trata de una zona atravesada por el curso bajo del río Alberche y en ella se ubican poblaciones muy ligadas al vino y también a la historia como Almorox, Escalona, Maqueda, Fuensalida, Camarena, Casarrubios del Monte y la propia Méntrida.

¡¡¡BIEN MERECE UNA VISITA!!!

 

CRDKEN – JMQ

 

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