Descripción
“En Bodegas Adriá apostamos por lo autóctono”
Donde el Camino de Santiago, (y ya en su etapa 24), se detiene a descansar a la sombra de la vieja Villafranca del Bierzo y antes de adentrarse en ella, se alza en una privilegiada loma con vistas a los valles Bercianos, Bodegas Adriá, una bodega rodeada de viñedos, (al más puro estilo ‘Chateau’ francés), muestra del empuje renovador de la actividad vinícola de esta comarca.
En el año 1940 un valenciano amante del vino y afincado en el Bierzo fundó esta bodega. Enamorado de una berciana, Francisco Pérez Adrià emprendió su negocio en lo que había sido la vivienda familiar. La bodega se llamaba por aquel entonces Bodega de Francisco Pérez Adrià, y cambió su denominación a Bodega Hija de Francisco Pérez Adrià cuando Rocío, su hija, se hizo cargo del negocio familiar tras el fallecimiento de su padre.
En el año 2002 y cumpliendo con los valores de respeto y cariño por el Bierzo que el fundador de esta bodega le transmitió, Rocío Pérez Caramés creó una nueva sociedad, de nombre Bodegas Adrià S.L., y englobada dentro de la Denominación de Origen Bierzo.
Actualmente son sus hijas Rocío y Margarita quienes se encargan, (con la inestimable ayuda de su Director Técnico, Adelino Pérez), de la gestión de la bodega, conformando así la tercera generación de viticultores de esta hermosa bodega y de ese proyecto que sabemos que nació con una vocación granelista y del que están muy orgullosos porque ha sido la base fundamental para aprender de la materia prima. En el Occidente de Asturias sabemos algo de esto, porque muchos vinos que nos llegaban hasta allí en los años 60 y 70 provenían de las elaboraciones a granel de Francisco y Rocío.
“Desde la infancia, sabemos que el éxito está basado en el esfuerzo, constancia y aprendizaje. Poco a poco, despacio, hemos ido aprendiendo de lo mejor de las variedades con las que trabajamos que son autóctonas de nuestra tierra”.
Bodegas Adrià cuenta con más de 24 hectáreas de viñedo en propiedad donde se cultiva Godello en viñedos que cuentan con entre 30 y 60 años de antigüedad. Además cuenta con otras 25 hectáreas más de viñedos controlados de Mencía y cuya edad oscila entre los 40 y los 100 años.
El entorno en el que se ubica la bodega aporta la mejor Mencía gracias a las características del terreno y de la climatología del lugar. Además, el rendimiento de las cepas es relativamente bajo, pues aportan entre 2 y 3 kilos de uva cada una de ellas lo que garantiza la gran calidad del producto.
Gracias a la proximidad de la bodega con los viñedos, la uva es vendimiada a mano y pasa poco tiempo en contacto con el oxígeno, evitando posibles alteraciones y pérdidas de calidad por culpa de oxidaciones y fermentaciones espontáneas durante el tiempo transcurrido entre la viña y la llegada de la uva a la cercana bodega.
El cuidado exhaustivo de los viñedos, así como el mimo con el que se selecciona la materia prima en el momento justo, hacen que esta bodega consiga elaborar unos vinos con personalidad y fieles a la esencia berciana. Como bien dice Adelino, al que no le molestan las plantaciones nuevas aunque tiene claro que si algo caracteriza al Bierzo y debe protegerse, eso es sobre todo, el viñedo viejo, al que cuidan con el mayor mimo y esmero posibles.
“Hay que encontrar el equilibrio y sobre todo proteger lo que tenemos, la riqueza genética de los viñedos viejos que es lo que nos va a dar calidad. Para ello, la zonificación es esencial para dar más valor al origen de la uva. Solo si el vino tiene más calidad, podrá mejorar su precio y al final el viticultor lo verá repercutido en su cuenta. En eso debemos concentrar los esfuerzos”.
Está bastante claro que en Bodegas Adriá apuestan por las variedades autóctonas, como la tinta Mencía y la blanca Godello, proporcionando siempre el máximo respeto a esta, su buena materia prima. Cuidan en ecológico de sus viñedos con esos suelos arcillo-calcáreos y de canto rodado. Tienen muy presente todos los asuntos ecológicos y por eso minimizan el uso del agua y la energía eléctrica en todos los procesos. Por supuesto que respetan al máximo las tradiciones, aunque sin olvidarse de la tecnología y el buen uso de los medios modernos que facilitan sus labores, no solo en el campo, sino también en la bodega y en los laboratorios, así como en la comercialización y la distribución.
Y luego también les gusta innovar, pues claro que sí, ¿Y por qué no?
En esta bodega nunca paran de probar cosas para intentar innovar y sacar nuevos productos al mercado que les puedan acercar a clientes cada vez más exigentes. Así prueban con Godello bajo velo flor, o en ánforas de barro, también algún ‘Orange Wine’ y los claretes, (tan de tierras leonesas, aunque menos del Bierzo). Por eso trabajan con fermentaciones controladas en depósitos de inoxidable entre los 1.500 y 5.000 litros, barricas de diversos tipos y toneleros, Tinos de fermentación, varios toneles de distinta capacidad y Fudres de 5.000 litros para las crianzas. A esto hay que sumar las Ánforas de barro y Toneles de 600 litros para alguna fermentación especial en barrica.
Fotos del Archivo de la Bodega
LOS VINOS:
Si no me equivoco y creo que no, todos los vinos elaborados en esta bodega pertenecen a las variedades, Godello para los vinos blancos y Mencía para sus vinos tintos. Lo que cambia, además de las etiquetas de las botellas, son por un lado la procedencia de las uvas en cuanto a la ‘pieza’ donde está cultivada y luego también la forma de elaboración y la crianza de los mismos. Todos ellos son vinos bien trabajados, muy acertados, con elaboraciones muy bien pensadas y preparadas, con cierta complejidad y donde el varietal destaque por encima de todo. “Vinos varietales del bierzo, atrevidos, complejos y fáciles de entender”.
Como ocurre con la mayoría de las bodegas del Bierzo, los vinos de Bodegas Adrià han encontrado también su mejor aliado en el mercado exterior, porque más del 70% de los vinos Adriá se consumen fuera de nuestras fronteras (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Bélgica, Países Nórdicos, etc.), donde parece que le dan valor a estos vinos. El otro 30% es para el mercado interior, tanto dentro de la provincia de León, como en Galicia y resto de provincias y ciudades españolas.
Es bastante probable que haya probado en algún momento, (en reuniones con amigos o en alguna comida), algún vino más de esta bodega, pero tampoco estoy del todo seguro y por eso solo voy a comentar los 7 que sí he catado y de los que he tomado notas en algún momento.
Decir que sí que me gustaría y tengo ganas de poder probar, (porque muchos me han hablado de él), su famoso El Toleiro, que es ese blanco parcelario del que tan solo suelen sacar unas 500 botellas por añada. Tiempo habrá para ello, así que confío que alguna vez pueda hacerme con una de esas 500 botellas para poder añadirlo en esta lista y pase así a formar parte de ‘Mis Vinos Catados’…..
ADRIÁ Godello
Variedades: 100% Godello.
Grado de Alcohol: 13% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 7 – 9ºC.
Estamos ante un monovarietal de Godello muy fresco procedente de viñedos de más de 25 años plantados en pendiente en Villafranca del Bierzo, sobre suelos de pizarra y con producciones inferiores a 8.000 Kg/Ha. Vendimia manual en cajas de 20 Kg con selección de uva en el propio viñedo. Maceración en frio de 12 horas y fermentación de 12 días en depósitos de acero inoxidable. Ligera crianza posterior de 2 meses sobre lías en depósito.
A la Vista: Presenta un bonito color amarillo pálido con destellos verdosos intensos, muy brillante y limpio.
En Nariz: En nariz predominan los aromas a manzana reineta y cítricos, como el limón y el pomelo, con un fondo floral muy fino y delicado.
En Boca: En boca es fresco y afrutado con bastante presencia de manzana y pomelo, y con un final que destaca su equilibrada acidez.
Resulta un vino ideal para acompañar con todo tipo de mariscos, pescados blancos y azules, arroces, verduras y pasta; pero también con carnes blancas, aves y quesos suaves.
ETAPA 24 – 2018
92 Puntos en la Guía Peñín.
Variedades: 100% Godello.
Grado de Alcohol: 12,5% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 8 – 11ºC.
Estamos ante una ‘Edición Especial’ de 4.000 botellas de Bodegas Adriá como homenaje a los Peregrinos del Camino de Santiago (por eso de la Etapa 24). Es un monovarietal de Godello muy fresco procedente de viñedos de más de 40 años plantados en ligera pendiente en Villafranca del Bierzo, sobre suelos calizos con presencia de pizarra y con producciones inferiores a 6.000 Kg/Ha. Vendimia manual en cajas de 15 Kg con selección de uva en el propio viñedo. Maceración en frio de 12 horas y fermentación de 12 días en depósitos de acero inoxidable. Crianza posterior de 6 meses sobre lías en depósito.
A la Vista: Presenta un bonito color dorado muy brillante con ligeros tonos verdosos.
En Nariz: En nariz destaca su complejidad de aromas intensos a fruta blanca y cítricos, todo ello acompañado de notas de flores blancas.
En Boca: En boca es de entrada fresca y suave, destacando la fruta blanca y con una elegante estructura que proporciona al vino una larga evolución matizada con notas balsámicas. Sedoso y de final persistente.
Este vino es ideal para momentos de tapeo con cualquier tipo de aperitivos. También armoniza perfectamente con arroces marineros, mariscos, pescados e incluso con salsas exóticas.
VEGA MONTAN Godello
Variedades: 100% Godello.
Grado de Alcohol: 13% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 9 – 11ºC.
Se trata de un magnífico monovarietal de Godello con un ligero toque de madera procedente de viñedos de más de 30 años plantados en ligera pendiente en Villafranca del Bierzo, sobre suelos calizos con presencia de pizarra y con producciones controladas. Vendimia manual en cajas de 20 Kg con selección de uva en el propio viñedo. Maceración en frío durante 2 días a una temperatura de entre 4ºC y 6ºC. Fermentación alcohólica entre 12 y 18 días a 16ºC máximo. Envejecimiento de 6 meses con sus lías finas en depósitos de acero inoxidable y un mes en fudre de 5.000 litros de roble francés. Se clarifica y se estabiliza por frío a -5ºC durante 8 días. Una vez embotellado reposa unos 4 meses en bodega antes de su comercialización.
A la Vista: Presenta un bonito color amarillo ambar, muy limpio y brillante.
En Nariz: En nariz destacan sus aromas de frutas como melocotón, pomelo, piña y manzana verde con toques florales y minerales.
En Boca: En boca es muy fresco, con untuosidad y buena estructura y armonía.
Es un vino que se puede tomar solo, pero que también resulta ideal para acompañar todo tipo de arroces, pescados azules, pasta, carnes blancas y mariscos.
ADRIÁ Mencía
Variedades: 100% Mencía.
Grado de Alcohol: 13,5% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 12 – 14ºC.
Se trata de un vino tinto joven elaborado con uvas de la variedad Mencía 100% procedente de viñedos de 30 – 40 años plantados en ladera a una altitud de entre 400 y 600 metros y con rendimientos inferiores a 8.000 Kg/Ha. La vendimia se realiza de forma manual y la uva se transporta en cajas 20 Kg. Maceración en frio de 24 horas y fermentación durante un mínimo de 12 días. Ligera crianza de 2 meses sobre lías en depósito.
A la Vista: Presenta un bonito color rojo rubí intenso y profundo con un fino ribete color violáceo.
En Nariz: Es un vino de nariz intensa, con notas florales y de frutos del bosque. En Boca: Es de boca fresca y golosa, recordando de nuevo los frutos rojos y las notas florales detectados en nariz. Final persistente.
Es un vino que por su frescura es ideal para momentos de tapeo y que armoniza muy bien con todo tipo de carnes, guisos de carne, cocidos, legumbres en general, embutidos y quesos semicurados.
ADRIÁ Silk
Variedades: 100% Mencía.
Grado de Alcohol: 13,5% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC.
Elaborado con Mencía 100% procedente de viñedos de más de 50 años situados en Villafranca del Bierzo a una altitud de entre 500 y 600 metros sobre el nivel del mar sobre suelos arcillo-calcáreos con cantos rodados, y con rendimientos inferiores a 7.000 Kg/Ha. La vendimia se realiza de forma manual y la uva se transporta en cajas de 20 Kg. Selección manual muy rigurosa en la bodega. Maceración en frio de 24 horas y fermentación de 12 días. Crianza posterior de 8 meses sobre lías en barrica de roble francés.
A la Vista: Presenta un hermoso color rojo cereza intenso con una profunda capa y ribete púrpura.
En Nariz: En nariz destaca por su buen equilibrio entre las notas afrutadas y las procedentes de la crianza en roble, dejando aromas como chocolate, grosellas, vainilla y regaliz.
En Boca: Paso sedoso y redondo por boca, pero marcado por el tanino elegante que muestra una retronasal compleja que demuestra franqueza.
Este vino armoniza a la perfección con carnes grasas y de caza en forma de asados, guisos, cocidos, además de los embutidos típicos de la zona del Bierzo y quesos semicurados de oveja.
ADRIÁ Velvet
Variedades: 100% Mencía.
Grado de Alcohol: 14% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 14 – 16ºC.
Estamos ante un elegante vino tinto elaborado con Mencía procedente de viñedos de secano con más de 80 años de la zona de Villafranca del Bierzo plantados sobre suelos arcillo-calcáreos con presencia de cantos rodados. Vendimia manual en cajas de 15 Kg y doble selección en viña y mesa. Maceración en frío y prensado. Fermentación alcohólica en depósitos de acero inoxidable. La crianza se lleva en primer lugar en depósitos de acero inoxidable, donde el vino envejece con sus lías finas durante 2 meses y después el vino pasa a barricas de roble francés de tostado medio durante 9 meses más. Clarificado y reposo de 6 meses en botella antes de su comercialización.
A la Vista: Presenta un intenso color granate. De capa alta.
En Nariz: Nariz compleja, elegante y muy concentrada, destacando los aromas de frutas rojas y negras maduras.
En Boca: En boca es bastante complejo, elegante y aterciopelado, destacando su carácter mineral, balsámico y con algunos matices torrefactos.
Es un vino que armoniza perfectamente con todo tipo de carnes rojas, carnes de caza, asados, guisos fuertes de la zona, botillo, embutidos y quesos curados.
ADRIÁ VEGA MONTÁN
Variedades: 100% Mencía.
Grado de Alcohol: 14% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 14 – 16ºC.
Se trata de un vino elaborado con Mencía 100% procedente de viñedos de más de 80 años de la zona de Villafranca del Bierzo plantados en ladera sobre suelos calizos con mucha presencia de pizarra.. Vendimia manual en cajas de 15 Kg y doble selección en viña y mesa. Maceración durante 48 horas a temperatura controlada de 8ºC. Fermentación alcohólica durante 6-10 días a temperatura máxima de 28ºC y maloláctica durante 5-9 días a temperatura máxima de 19ºC en tinas de roble francés. La crianza se lleva en primer lugar en depósitos de acero inoxidable, donde el vino envejece con sus lías finas durante 2 meses. Después el vino pasa a barricas de roble francés de tostado medio durante 9 meses más. Clarificado y reposo de 6 meses más en botella.
A la Vista: Presenta un color granate de capa alta con reflejos púrpura.
En Nariz: Intensa nariz donde la fruta roja y el roble, fresco y fino de tostado bajo, no se ocultan ni se superponen. Aromas de chocolate, grosellas, vainilla, torrefactos y regaliz.
En Boca: En boca es muy fresco, tostado y expresivo. De paso largo, suave y redondo con buenos taninos. La fruta y el roble aparecen de forma clara y sabrosa. Gran retronasal.
Es un vino ideal para acompañar todo tipo de carnes, guisos de carne, asados, parrillas, embutidos fuertes y quesos de oveja curados.
NUESTRO COMENTARIO FINAL COMO RESUMEN:
Estoy muy de acuerdo con Adelino cuando afirma que cada vez es más complicado llegar al público joven, porque se ve que: “Los datos demuestran que a los jóvenes les cuesta considerar el vino como una opción en su consumo cotidiano”.
Esto mismo lo he comentado yo muchas veces con los bodegueros cuando visito bodegas y les digo siempre que mucha de la culpa de ello la tienen principalmente muchos, (quizá demasiados), ‘Entendidos’, así como las ‘Élites’ que han convertido al vino en algo que solo beben los que saben, por supuesto también la complejidad de mucha ‘Palabrería’ que rodea la mayoría de las catas; pero sobre todo (y lo remarco), las propias bodegas y las Denominaciones de Origen. Por eso me alegra saber el pensar de Adelino cuando dice que esto sí que le preocupa mucho, y me parece que lo tiene bastante claro cuando hace tiempo leí en un reportaje de Maiteruiza, (especialista en vinos y autora de ‘El Viaje al Centro del Vino’ estas palabras de Adelino:
“Los hábitos de consumo de las nuevas generaciones son distintas y si queremos que se acerquen al mundo del vino debemos conectar con ellos a través de experiencias vivenciales, de historias humanas, reales y auténticas. Hay que despojar al vino de esa imagen elitista y ese lenguaje tan complejo e inaccesible. El vino es mucho más que eso y no hay que ser un entendido para disfrutarlo”.
Por eso no les queda otra, a la mayoría de las bodegas, que abrir sus puertas y dar a conocer a todo el mundo (jóvenes e inexpertos, sobre todo), lo que hacen dentro de sus bodegas, en sus viñas, en sus depósitos y barricas, explicarles sin tapujos lo que se van a encontrar en sus botellas y sobre todo ayudarles a entenderlo de una manera sutil y sencilla, para que luego sean ellos mismos los que sepan apreciar todo eso cuando acercan una copa de vino a la boca.
Así que en cuanto Bodegas Adriá vuelva a abrirse al Enoturismo, (que según me han dicho, ya va a ser muy pronto), allí estaremos para disfrutarlo con los jóvenes de nuestra familia y enseñarles todo esto con sencillez.
CRDKEN – JMQ
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