Descripción
‘Una joya escondida en los Montes de Toledo’
Volvemos al bonito pueblo de Retuerta del Bullaque en Ciudad Real, y aquí es donde encontramos los viñedos de la Bodega Pago de Vallegarcía. Es esta de Retuerta del Bullaque una población próxima al Parque Nacional de Cabañeros, que alberga una de las mejores selecciones de bosque mediterráneo, (donde abundan los olivos, robles, alcornoques y grandes extensiones de monte bajo como jaras, romero y tomillo), y además posee una gran riqueza en el ecosistema, no solo a nivel de flora sino también de fauna, y todo ello, dentro de los conocidos Montes de Toledo.
En 1997, movido seguramente por su gran afición a los grandes vinos de Burdeos y de Borgoña, D. Alfonso Cortina de Alcocer encargó al reconocido profesor de viticultura australiano, el Dr. Richard Smart, proyectar la plantación de un viñedo en la Finca Vallegarcía. El primer viñedo se plantó en 1999 y la primera cosecha se obtuvo en 2001. La calidad de los primeros vinos, reconocida por algunos de los grandes críticos, entre ellos Robert Parker, animó a Alfonso Cortina a construir su propia bodega. El 14 de septiembre de 2006, S.M. el Rey Don Juan Carlos I inauguró las instalaciones de esta bonita y particular bodega. Y fue ya en 2019 cuando Vallegarcía fue declarado PAGO, es decir, consigue una Denominación de Origen Protegida propia que reconoce el trabajo realizado desde su fundación y, sobre todo, la exclusividad y calidad de los vinos.
El Pago se integra en una de las mejores muestras de bosque mediterráneo del mundo, en un paraje natural casi único, que conserva una flora y una fauna de gran valor ecológico y unos paisajes de naturaleza aún intacta. El suelo lo forman materiales ácidos muy evolucionados procedentes de la erosión de los montes más antiguos de la Península Ibérica.
Esta erosión de los Montes de Toledo propicia unos suelos muy pobres y ácidos, que se deben abonar constantemente pero que tienen la peculiaridad de ser muy evolucionados. Las viñas crecen sobre una superficie de “raña”. Se trata de un sistema de depósitos aluviales procedentes de los frentes de las sierras y formado por pizarras muy meteorizadas y por bloques de cuarcitas sobre una matriz arenosa. Esta combinación resulta muy adecuada para el cultivo de la vid y da la posibilidad de poder elaborar con sus uvas unos grandes vinos.
Si no me equivoco (y puede ser que me quede corto), en Pago de Vallegarcía son seis las variedades principales que podemos encontrar en el viñedo, todas ellas de origen francés, puesto que eran las que mejor se adaptaban a las condiciones de altura, clima y suelos del pago y por eso las primeras que se plantaron. Las tintas Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Petit Verdot y Cabernet Franc, y alguna otra más de origen nacional como la Garnacha, la Monastrell o la Cariñena (Mazuelo), y en blancos la Viognier, una variedad inusual y difícil de mantener con la que se elaboran los famosos blancos del valle del Ródano.
Los viñedos, plantados en terrenos pedregosos, quedan dentro de una extensa finca de más de 1.500 Hectáreas, y situados a más de 850 metros de altura, conformando una extensión vinícola que debe superar ya las 50 hectáreas, (24 Ha iniciales, 7 Ha más en 2005 y otras 19 Ha en 2017). El clima de esta comarca es continental, con veranos calurosos y secos e inviernos fríos y húmedos, con una precipitación media anual que no supera los 700 mm.
En cuanto a la bodega decir que seguramente la podríamos colocar entre las más modernas de España, (al menos entre las 5 o 6 más modernas). Cuenta con una sala de elaboración equipada con 24 depósitos de acero inoxidable de doble camisa para el control de la temperarura de fermentación y una prensa neumática de última generación. Las uvas estrujadas rebosantes de mosto entran en los tanques de acero donde son enfriadas hasta los 8ºC y así permanecen durante un tiempo variable, entre 72 y 96 horas, es lo que se denomina maceración pre-fermentativa en frío y en este proceso se extrae principalmente aromas frescos de fruta. Luego se inicia la fermentación y durante 21 días el mosto se va convirtiendo en vino, extrayéndose durante este tiempo mediante remontados más aromas, más color y la estructura que aportan los polifenoles de las pieles de uva. Al finalizar la fermentación, se prensan orujos y los vinos pasan a las barricas.
Importante destacar que cada variedad de uva se vinifica por separado y tras la crianza en barrica de roble francés nueva pasan a formar parte del ensamblaje o coupage final en función del tipo de vino que quieran elaborar.
Una curiosidad que llama la atención es que aquí utilizan depósitos troncocónicos y cerrados para hacer ‘délestage’, que es una técnica de remontado que aquí se realiza en cerrado porque parece ser que favorece la oxigenación del vino, así como la extracción del color y de los compuestos fenólicos al mismo tiempo que activa las levaduras, gracias a la ruptura espontánea del sombrero del vino.
Es claro que en una bodega la limpieza es algo primordial y aquí también se cuida mucho, aunque eso no es algo que llame la atención porque estamos acostumbrados a verlo en todas las bodegas que visitamos; pero lo que no es tan normal y que en esta bodega me ha llamado mucho la atención, es que en la zona de elaboración hay una ausencia total de olores, (‘no huele ni a vino’). En la bodega lo tienen claro y por eso nos dicen:
“Si todo el vino está metido en los tanques y estos están bien cerrados no tiene porqué oler a nada, si huele es porque hay vino por algún sitio, en donde no debería estar”.
La edificación de las instalaciones de la bodega es toda una apuesta de modernidad por dentro y por fuera, proyectadas bajo una estética minimalista y de manera acorde a los requerimientos funcionales que exige la actividad vinícola, por el arquitecto argentino Gonzalo Martínez-Pita. El edificio, de líneas puras y racionales, se mimetiza con el paisaje circundante de los Montes de Toledo y del propio viñedo gracias a un original revestimiento de piedras.
La filosofía de la bodega pasa por elaborar vinos naturales de muy alta calidad, con una composición equilibrada a partir de la uva propia del Pago, vendimiada a mano en su momento óptimo de maduración y con aptitud para la crianza en barrica y el envejecimiento en botella. En definitiva, vinos que sean la expresión más fiel del terruño del Pago de Vallegarcía. Pero también y sin olvidar esa filosofía manteniendo la calidad, últimamente están queriendo llegar a un público más joven y menos rígido, con referencias menos complejas que están siendo bien admitidas en los mercados y consideran necesarias para poder generar el crecimiento que toda empresa necesita y una bodega también.
En memoria de D. Alfonso Cortina (fallecido desgraciadamente como tantos y tantos por el COVID19 en abril de 2020), son hoy sus dos hijos Felipe y Carlos Cortina Lapique quienes dirigen y apoyan este original proyecto junto a un equipo joven con gran formación técnica y perfecto conocimiento de la tierra y la vid. Todo esto comandado por alguien que desde los inicios ha estado siempre al lado de Alfonso Cortina y al tanto de todo, que no es otro que ADOLFO HORNOS (Director Técnico).
“Nuestra filosofía como bodega es elaborar vinos naturales de muy alta calidad, de composición equilibrada a partir de uva de nuestro pago, vendimiada a mano en el momento óptimo de maduración y con aptitud para la crianza en barrica y el envejecimiento en botella”.
Adolfo Hornos, pasó primero por el viñedo, lo diseñó junto a Richard Smart, algo fundamental para comprender la viña, trabajarla, cuidarla y guiarla en todo momento hasta conseguir el producto buscado con la máxima calidad. Ahora que comparte dedicación con la elaboración y dirección, aún sigue ligado al campo y mantiene ese vínculo necesario para que el viñedo desarrolle su ciclo biológico de una forma totalmente natural, con la menor intervención, pero también con la mayor observación para evitar riesgos no deseados.
Finalmente decir también que ese compromiso con el medio, es tan real que están en proceso, (igual a esta hora ya lo han conseguido), de obtener la certificación Wineries for Climate Protection (WfCP) que se basa en cuatro pilares: Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, reducción de residuos, gestión del agua y eficiencia energética con uso de energías renovables. El objetivo de esta Bodega y de este Equipo está claro, sostenibilidad y respeto al entorno. Crecer sí, pero de esta forma.
LOS VINOS:
Como sabemos, el vino de pago es aquel que se distingue por su entorno y cultivo separado de otros. Con estos méritos y otros adquiridos con el trabajo minuciosamente realizado, esta bodega recibió la máxima clasificación dentro de los vinos españoles. Así, todos los vinos de Pago de Vallegarcía se elaboran con variedades francesas y nacionales de viñedo propio, dando como resultado vinos de carácter mediterráneo y atlántico, a la vez que, hace que su guarda mejore la complejidad de los mismos, que como comentan en la bodega, viene a decir que:
“Diseñamos nuestros vinos buscando el respeto a la tipicidad de cada una de las variedades y a la vez expresión del terruño del Pago de Vallegarcía’’.
Como dice Adolfo Hornos (Director Técnico, viticultor y hasta enólogo de la bodega), los vinos que aquí elaboran son más bien vinos internacionales que vinos españoles y seguramente por eso, a día de hoy, son más aceptados en el exterior que dentro de España y por eso casi un 70% de su producción va al mercado internacional, principalmente a Alemania, Suiza, China y Japón.
Con una producción anual superior a las 220.000 botellas en las diferentes referencias, es importante comentar también, (porque son ‘Palabras Mayores’), que cuentan nada menos que con la asesoría técnica del francés Éric Boissonneau, un profesional de gran reputación, (posiblemente el enólogo más influyente del mundo), en el ámbito enológico, con una cartera de clientes de más de 180 ‘Chateaux’ y otras grandes bodegas, entre ellas cuatro de los cinco ‘Premiers Crus’ de Burdeos: Château Margaux, Château Lafite, Château Latour y Château Mouton-Rothschild. Si no estoy mal informado y hasta dónde yo sé, creo que en España es esta la única bodega que cuenta con su asesoramiento.
Posiblemente la etiqueta más reconocible de la bodega sea la de su Viognier, vino icónico al tratarse del primero elaborado 100% con dicha uva en España. En cuanto a tintos elaboran 4 referencias: un monovarietal de Syrah y dos ensamblajes de variedades bordelesas (Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot), uno con Garnacha y Cariñena, el Hipperia y el Petit Hipperia, cuyo nombre proviene de la palabra griega ‘Hippos’ y supone un homenaje al caballo que conforma a la vez el Logo de esta bodega.
VALLEGARCÍA – Viognier
D.O. VT CASTILLA
Variedades: Viognier 100%
Grado de Alcohol: 13% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 7 – 9ºC
Se trata de un vino blanco elaborado con la variedad de uva Viognier 100% de los viñedos propios del Pago de Vallegarcía ubicados en plenos Montes de Toledo. Vendimia manual seleccionada. Se realiza una maceración prefermentativa en frío a 8ºC. El 70% fermenta de forma controlada en depósitos a 15ºC y el 30% restante en barrica. Crianza posterior en barrica de roble francés durante 6 meses, permaneciendo otros 2 meses más en botella.
A la Vista: Presenta un hermoso color amarillo dorado con reflejos verdosos.
En Nariz: En nariz se muestra intenso y aromático, con recuerdos de frutas de hueso (melocotón) y notas herbáceas como manzanilla.
En Boca: En boca es muy fresco, con buena acidez y bastante untuoso. Predominio de la fruta exótica y de hueso sobre un fondo de flores.
Este es un vino ideal para amenizar buenas reuniones de amigos; aunque también armoniza a la perfección con pescados y mariscos, arroz, pasta, cocina exótica y platos picantes, así como con queso azul.
Petit HIPPERIA
Variedades: Merlot, Cabernet Franc, Petit Verdot, Syrah, Cabernet Sauvignon
Grado de Alcohol: 15% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC
Este Petit Hiperia es un vino tinto elaborado mediante un particular coupage de las variedades Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Cabernet Franc y Petit Verdot de los viñedos propios del Pago de Vallegarcía ubicados en el Parque Nacional de Cabañeros, en los Montes de Toledo, a 850 metros de altitud. Vendimia manual seleccionada. Maceración prefermentativa a temperatura controlada durante 72 horas a 10ºC. Fermentación y maloláctica en barricas y tinos de roble francés y con una crianza de 12 meses en barrica de roble francés.
A la Vista: Presenta un brillante color rojo rubí que resulta ciertamente atractivo a la vista.
En Nariz: En nariz predominan los aromas de fruta roja como la fresa madura, de casis y la hierba recién cortada.
En Boca: La entrada en boca es fresca, con cierta amplitud. Aparece la fresa madura y los toques herbáceos. Posee una estructura tánica notable con un final largo y persistente
Resulta un vino ideal para acompañar con carnes a la brasa o a la parrilla, pero también con pescados como el rape o besugo al horno.
VALLEGARCÍA – Syrah
Variedades: Syrah 100%
Grado de Alcohol: 15,5% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC
Se trata de un elegante vino tinto elaborado con uvas de la variedad Syrah de los viñedos propios del Pago de Vallegarcía ubicados en los Montes de Toledo, a 880 metros de altitud. Vendimia manual seleccionada. Maceración prefermentativa a temperatura controlada durante 72 horas a 10ºC. Posterior fermentación y maceración durante 21 días con frecuentes remontados con aireación.y con una crianza de 12 meses en barrica de roble francés.
A la Vista: Presenta un bonito color rojo rubí brillante con ribetes violáceos. De capa media-alta.
En Nariz: En nariz resulta muy aromático, con mucha presencia de guindas en licor y endrinas maduras y con fuertes notas de regaliz.
En Boca: La entrada en boca es potente, amplia y bastante mineral. Notas dulces de fruta en licor suavizan la parte final de la boca y ayudan a un buen postgusto.
Es un vino que armoniza a la perfección con carnes rojas, carnes de caza, arroces camperos, embutidos y quesos curados; pero también con postres con predominio de chocolates de gran pureza.
VALLEGARCÍA – Garnacha-Cariñena
Variedades: Garnacha, Cariñena y Syrah
Grado de Alcohol: 15% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC
Estamos ante un vino tinto elaborado con un perfecto coupage de uvas de las variedades Garnacha, Cariñena y Syrah de los viñedos propios del Pago de Vallegarcía ubicados en los Montes de Toledo, a 860 metros de altitud. Vendimia manual seleccionada. Antes de la fermentación, las uvas se someten a una maceración a temperatura controlada de 10ºC durante 72 horas. La fermentación y maceración tiene una duración de unos 21 días con frecuentes remontados..y con una crianza posterior de 12 meses en barrica de roble francés.
A la Vista: Presenta un bonito color rojo cereza-picota bastante profundo con ribetes morados. De capa alta.
En Nariz: En nariz resulta bastante perfumado con predominio de los aromas de cereza negra, con suaves toques de regaliz y de mora sobre notas balsámicas y de monte bajo.
En Boca: La entrada en boca es fresca y expresiva. Buena fruta negra (moras y cereza negra) con flor silvestre. Tanino muy pulido con elegantes toques de madera noble que aportan complejidad y elegancia. Buen final.
Resulta ideal para acompañar con platos de legumbres, guisos, carnes a la parrilla y cordero asado o guisado. También con carnes de ave y carnes de caza. Muy recomendable con elaboraciones que incluyan setas o trufas.
VALLEGARCÍA HIPPERIA
Variedades: Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot
Grado de Alcohol: 15% vol.
Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC
Estamos ante gran un vino tinto elaborado con un perfecto coupage variedades clásicas francesas: Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot de los viñedos propios del Pago de Vallegarcía ubicados en los Montes de Toledo, a 850 metros de altitud. Vendimia manual seleccionada. Maceración prefermentativa a temperatura controlada de 10ºC durante 72 horas. Fermentación y maceración durante 21 días con frecuentes remontados con aireación. Fermentación maloláctica en barricas y tinos de roble francés, y con una crianza posterior de 17 meses en barrica de roble francés.
A la Vista: Presenta un hermoso y profundo color rojo picota con ribetes morados. De capa alta.
En Nariz: En nariz destaca por su buen aroma de fruta roja (fresas y cerezas) madura, con notas especiadas y toques tostados propios de la barrica.
En Boca: En boca resulta un vino complejo y a la vez muy elegante. Entrada fresca y con equilibrio, con buena fruta roja y especias. Taninos bien pulidos e integrados y con un final largo y muy persistente
Se trata de un vino que por su elegancia armoniza a la perfección con buenos asados, carnes a la parrilla, estofados y platos de legumbres, así como con buenos embutidos y quesos curados.
NUESTRO COMENTARIO FINAL COMO RESUMEN:
Pago de Vallegarcía es una bodega bastante inusual, que como ellos mismos dicen, seguramente por palabras de su fundador, Don Alfonso Cortina: “desde el principio hemos querido ser diferentes o quizás sea más correcto decir que no hemos querido parecernos a nadie, empezando por la ubicación, en un paraje de gran belleza natural, junto al Parque Natural de Cabañeros que jamás había acogido viña en sus campos”.
Como sabemos, los Montes de Toledo es esa bonita cadena montañosa que se extiende de este a oeste dentro de las provincias de Toledo y Ciudad Real, y por las que desgraciadamente han tenido que pasar muchos años, para que estas tierras llegasen a ser reconocidas por su inmenso valor ecológico y paisajístico. Ciertamente es un lugar que merece la pena recorrer sin prisas y aprovechar para visitar esta preciosa Bodega y alguna otra más que aquí se encuentra.
Su privilegiada ubicación permite la realización de rutas y senderismo por los alrededores de Retuerta del Bullaque o visitar el Parque Nacional de Cabañeros. Por supuesto que la visita a esta bodega es realmente agradable, con una ilustrativa visita a bodega y viñedos, para luego poder probar estos vinos y degustar buenos productos de la zona en muy buena compañía. ¡ENCANTADO!
Como ya hemos comentado, entre las referencias de los vinos que elaboran en Vallegarcía están el Hipperia y el Petit Hipperia, cuyo nombre proviene de la palabra griega ‘Hippos’ y supone todo un homenaje al caballo que es seña de identidad de esta bodega conformando además el logo de la misma.
CRDKEN – JMQ
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