Bodega PAGO CASA DEL BLANCO (Manzanares, Ciudad Real)

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Descripción

“Más de 150 años repletos de cambios, pero cuya esencia sigue intacta: amar la propia tierra”

La bodega Pago Casa del Blanco está situada en la localidad de Manzanares (Ciudad Real). Es una bodega familiar con mucha historia, (historia de la que hablaremos un poco, así por encima), y que elabora vinos de pago, con denominación de origen protegida.

La Historia de Casa del Blanco abarca cerca de dos siglos, donde estas tierras han visto casi de todo. Han visto pasar gente de todo tipo, historias de la propia Historia, muchas luchas políticas, convulsiones varias, temporales, más heladas de las que hubieran querido, años de sosiego rotos por guerras infames, incluso hasta traiciones y también festejos y buenas reuniones….. La verdad es que han visto de todo: bueno, menos bueno, malo y muy malo; pero aquí sigue……

Según reza en el Registro: “esta finca rústica denominada Casa Quintería de labor, llamada del Blanco, está en el término de la Villa de Manzanares, situada en medio de un pedazo de tierra, todo de 474 fanegas. Dicha tierra está dividida en cinco suertes denominadas: olivar, mangada, piqueras, pitilla y picajo. La finca fue justipreciada a 146 reales fanega, y por un mayor valor por el que pudiera tener la casa, fue su precio de 68.606 reales”.

La Villa de Manzanares fue una de las más importantes encomiendas de la Orden de Calatrava, cuyo titular o comendador residía en el Castillo y administraba las rentas en la Orden de su término. Pero esa importancia residía, (y aún hoy es así), además por la posición en el mapa: punto de encuentro de dos cañadas o veredas de las más importantes de toda España. Todo ello es efectivamente extrapolable a la Casa del Blanco porque su ubicación, mejor dicho, su estratégica ubicación, las características de sus tierras, la peculiar topografía y su clima continental, la hacen fértil y apta especialmente para la vid.

Fotos antiguas del Archivo de la Bodega

La finca de Casa del Blanco ha evolucionado a lo largo de muchos años, aunque sus sucesivos propietarios, desde la adquisición por parte de Blas García de Quesada y Aguilera lo fueron por herencia, a lo largo de seis generaciones. Finalmente, la familia decidió vender a mediados de los años 60 del siglo pasado la totalidad de la finca, libre de cargas, a la sociedad denominada De Juan y Ayala S.R.C., (integrada por Juan Ayala-Cueva, Jesús de Juan Díaz de López Díaz y Fernando de Juan Díaz de López Díaz), por 1.600.000 pesetas.

Sin embargo, los que han escrito la historia y saben de esto, dicen que fue D. Francisco Camacho y Gervasio Blanco, junto a la familia de los Blancos quienes dieron nombre a la finca, le proporcionaron su primera identidad, araron las primeras tierras y cultivaron los primeros viñedos que dieron origen a lo que es hoy esta hermosa bodega.

“La finca de Pago Casa del Blanco ha visto pasar más de 150 años repletos de cambios, pero cuya esencia sigue intacta: amar la propia tierra, que a pesar de los pesares, sigue siendo la misma de antes, solo que cultivada al amparo de la modernidad y de la evolución”.

En la actualidad y tras años de investigaciones y de diferentes reconversiones de variedades de uva, Pago Casa del Blanco cuenta hoy con 12 variedades, 4 variedades blancas y 8 variedades tintas como mínimo.

  • Variedades Blancas como la Airén (en vaso y de secano), Sauvignon Blanc, Chardonnay y Moscatel de Grano Menudo (en espaldera y riego por goteo).
  • Variedades Tintas: Tempranillo (11 hectáreas de unos 50 años con rendimientos de 2.500 Kg/Ha), Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Petit Verdot, Malbec, Cabernet Franc y Garnacha.

Pero entre todos los acontecimientos ‘modernos’ que ha vivido esta bodega, hay uno que destaca por encima de los demás y nos estamos refiriendo a lo ocurrido el 25 de junio de 2010, cuando la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha reconoció la Denominación de Origen Protegida: Pago Casa del Blanco. Este reconocimiento supone, como bien sabemos, la máxima categoría que puede recibir un vino según la legislación española y pone de manifiesto la existencia de un Pago Vitícola en una zona geográfica muy delimitada, con unas características climáticas y de composición del terreno muy específicas cuyas condiciones no se dan en otras zonas próximas.

Este terruño y microclima específico otorgan a los vinos unas características propias y únicas. Por supuesto que todos esperamos que esta no sea la última aportación de la familia Sánchez-Contreras, (actuales propietarios), a la Finca Casa del Blanco, porque como ellos mismos dicen: “Ganas de trabajar e ilusión no nos faltan”.

Pero además, toda su labor está encaminada a ser totalmente respetuosos con el medio, porque tienen muy claro que la exclusividad de sus tierras ha de perpetuarse y mantenerse así, incluso mejorada, para futuras generaciones.

“El respeto a nuestro medio natural nos hace sentirnos especialmente sensibles ante prácticas que conllevan la sobreexplotación y el abuso de recursos tan preciados en la zona como el agua. Nosotros no abusamos de los riegos porque no utilizamos el agua como instrumento para sobreproducir, sino como una herramienta que nos sirva para obtener frutos de mucha concentración y equilibrio, que cuenten con unos parámetros de calidad excepcionales que nos permitirán elaborar nuestros caldos en bodega con plenas garantías”.

En este sentido, la finca de Pago Casa del Blanco posee varios pozos desde donde sacan y regulan el agua. Todos ellos unidos a una red hidráulica que vierte su contenido a un embalse, para desde ahí, bombear a toda la finca mediante el sistema de riego por goteo. No obstante, antes el agua es filtrada mediante hidrociclón y pasa por unos filtros de mayas para que vaya perfecta a la tierra.

“También aprovechamos el riego por goteo para realizar el abonado de la tierra mediante fertirrigación. Se trata de ejecutar las prácticas culturales que mejor se adapten a nuestro suelo (calizo, francoarenoso y de Ph básico) y climatología (continental extrema)”.

Además y como recalcan en la bodega: “A partir del envero, intensificamos nuestros controles sobre las distintas parcelas con el fin de que la uva se recolecte en el momento más óptimo y adecuado en función de la tipología de vinos que vayamos a elaborar”. Y así hasta el comienzo de la vendimia.

En lo que a la bodega se refiere, decir que sus instalaciones, (al estilo Chateau francés), ocupan una superficie de más de 4.200 metros cuadrados, que se dividen en dos zonas bien diferenciadas, aunque perfectamente fusionadas: La zona de Elaboración y la zona Lúdica y Social.

Además, el diseño (que es totalmente propio), está pensado para trabajar con volúmenes de uva y vino no demasiado grandes, con el objetivo de primar la calidad sobre la cantidad. Seguramente por eso han pensado que es mejor utilizar equipos y dispositivos móviles frente a otros fijos que, además de aumentar innecesariamente el inmovilizado de la bodega, requieren mucho más espacio para luego estar inactivos durante mucho tiempo. Por eso están totalmente convencidos de que: “Así somos capaces de mejorar en funcionalidad y logramos una mayor higiene y grado de asepsia”.

Disponen de un amplio espacio para la recepción de la uva y en la parte de vinificación, encontramos unos 16 depósitos de 20.000 litros y otros 5 depósitos más de unos 6.000 litros. Llama la atención la forma de los depósitos que en algunos es cuadrada, con una relación entre diámetro y altura de uno a uno. Dicen que así pueden crear, durante la fermentación alcohólica, grandes superficies de sombrero y con ello extraer del hollejo todo su potencial.

Otro espacio a destacar y bien importante por cierto, es la sala de barricas que cuenta por lo menos con unas 300-400 unidades, (más o menos), aunque no las hemos contado. Está dotada tecnológicamente para poder controlar y regular de forma continua la temperatura (15º) y la humedad (80%) necesarias para una buena crianza: “Aquí el vino reposa y evoluciona, bien en contacto con la madera, bien dentro de la botella, hasta que la crianza reductiva termina de redondear, afinar y pulir los vinos antes de salir al mercado”.

Tampoco podía faltar un pequeño laboratorio propio, dotado con medios para medir, tanto en la uva como en el propio vino, parámetros de calidad como el IPT, antocianos, hierro o la acidez total, entre otros.

La sala de embotellado, situada junto al laboratorio, tiene una capacidad de 1.500 botellas por hora. Está dotada de los elementos tecnológicos más adecuados para mantener las propiedades del vino intactas dentro de la botella durante el desarrollo de las operaciones de filtración, enjuagado y secado del interior de las botellas, llenado en atmósfera protegida del oxígeno y encorchado.

Una vez concluye el proceso de embotellado, las botellas se colocan en los botelleros, que son unos jaulones preparados para que las botellas tumbadas puedan reposar y madurar su contenido en la sala de crianza. Cuando los vinos alcanzan el momento óptimo para su comercialización, las botellas pasan por una lavadora de exteriores para retirar el polvo y la suciedad acumulada durante meses o años en la crianza. Finalmente, las botellas se encapsulan, etiquetan y embalan en función del destino que vayan a tener después.

Por otro lado, la Zona Lúdica y Social tiene como epicentro un amplio ‘patio manchego’, con soportales laterales y una gran noria central. En las diferentes estancias nos vamos a encontrar con una sala de catas, diversas salas de reuniones, así como una bonita tienda de vinos, varios despachos, una cocina equipada y hasta dos suites completas.

“Nuestro objetivo es el de crear un entorno agradable para el visitante, un entorno idóneo para poder disfrutar de nuestros vinos con la mejor compañía”.

Joaquín con sus hijos y Antonio Merino (enólogo) – Foto del Archivo de la Bodega

Pero todo esto no funciona por sí solo y hace falta un buen equipo humano que haga posible su buen funcionamiento y además una buena dirección y coordinación de todos los estamentos de la bodega.

De la mano de la familia de Joaquín Sánchez, padre y alma mater de este proyecto vitivinícola, se ha forjado en Pago Casa del Blanco ese gran equipo humano del que hablamos. Un equipo humano bien cualificado y capacitado para afrontar los grandes retos del mercado actual, y sobre todo para elaborar esos vinos modernos que hoy demanda el mercado, conjugando todo con un producto de alta calidad.

“Nuestra fortaleza no sólo se halla en nuestros vinos o en nuestras infraestructuras técnicas, se encuentra también en todas aquellas personas que trabajan para hacer que cada grano de uva sea el mejor grano de uva posible”.

Es por eso que este proyecto familiar cuenta, como no podía ser de otra forma, con un importante equipo que está formado por ingenieros industriales, agrícolas y de caminos, por expertos en farmacia y enología, por técnicos en industrias alimentarias, en comunicación y marketing. Todo un lujo de EQUIPO al que no podíamos dejar de nombrar, seguramente porque la bodega así también lo hace siempre que tiene oportunidad y que está encabezado por:

Joaquín Sánchez: Director General.

Sandra Sánchez: Directora Técnica.

Antonio Merino: Enólogo.

Joaquín Sánchez: Director de Viticultura.

Francisco Javier Guerrero: Técnico de Bodega.

Margarita Gallardo: Administración.

Eva Sánchez Contreras: Directora Comercial / Marketing y Comunicación.

 

LOS VINOS:

Vinos diferenciadores son los que vamos a encontrar en Pago Casa del Blanco y por eso tienen su propia Denominación de Origen. Organolépticamente son vinos que poseen una serie de atributos claramente diferenciados y valorados muy positivamente por expertos catadores. Además, la concentración de iones Litio en estos vinos es de hasta 10 veces superior a las de otros del entorno y también existe una correlación entre las parcelas en las que se ha encontrado más litio con los vinos con mayor concentración de este metal obtenidos de plantas de esas mismas parcelas por lo que este elemento diferenciador liga perfectamente el concepto de ‘Pago’, entendido como suelo y microclima con los productos agronómicos obtenidos. Estamos pues ante unos vinos ‘cuasi medicinales’, porque ya sabemos que el litio es el principal principio activo utilizado en medicina como antidepresivo.

“Nosotros estamos plenamente convencidos de que para obtener vinos de máxima calidad es esencial el mimo y el cuidado de su materia prima: la uva. Por ello, además de la exclusividad que nos da la zona y el terreno, nuestros esfuerzos se concentran no sólo en la bodega sino en el campo, a pie de cepa. Control y selección de nuestras mejores uvas harán posibles grandes vinos. En este sentido, solemos vendimiar entre 3.000 y 4.000 Kg de uva por hectárea como máximo”. Es claro que la tierra y los cultivos nunca se deben forzar.

Por todo ello, seguramente hoy podemos decir que Pago Casa del Blanco se encuentra en su etapa más fructífera, ejemplificada en la comercialización de unos vinos elaborados bajo las marcas QuiXote y Lithium en tintos y Castillo de Pilas Bonas en blancos, que ya se encuentran reconocidos por expertos catadores y sumilleres entre los mejores vinos de España.

Aunque esta bodega elabora también vinos bajo la IGP Vino de la Tierra de Castilla, en esta ocasión solo hablaremos de los que hemos probado, y solo referidos a la D.O. Pago Casa del Blanco.

 

PILAS BONAS – Coupage

Variedades: Chardonay y Sauvignon Blanc.

Grado de Alcohol: 12% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 6 – 9ºC.

Este Pilas Bonas es un vino blanco elaborado en un perfecto ‘coupage’ de las variedades Sauvignon Blanc y Chardonnay procedentes de los viñedos del Pago Casa del Blanco, plantados sobre suelos calizos-franco arenosos y de pH básico, con la peculiaridad de tener una alta concentración de iones litio. Tiene una fermentación alcohólica de 20 días a 14ºC en depósitos de acero inoxidable, para después estar un mínimo de 1 mes en contacto con las lías de fermentación.

A la Vista: Presenta un hermoso color amarillo paja, limpio, pálido y brillante.

En Nariz: En nariz muestra unos aromas muy frescos y de gran intensidad. Destaca la fruta blanca (pera, piña, maracuyá) madura, con suaves notas de hierba seca, higos y salazones.

En Boca: En boca es muy fresco y bastante untuoso. De entrada fácil y aunque destaca su buena acidez, se mantiene bien equilibrado y con buena intensidad de fruta blanca y tropical. Final largo.

Algunos han llegado a calificar este vino como una “Auténtica magia en botella”.

Se trata de un buen vino blanco, ideal para compartir con todo tipo de entrantes, frituras, quesos de cabra, (incluso queso azul), mariscos y pescados. También con verduras, arroces, platos de pasta y comida oriental.

QuiXote – Merlot, Tempranillo y Petit Verdot

Variedades: Merlot, Petit Verdot y Tempranillo.

Grado de Alcohol: 15% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC.

Se trata de un buen vino tinto elaborado con un excelente ‘coupage’ de las mejores uvas de las variedades Merlot, Tempranillo y Petit Verdot, producidas en los viñedos del Pago Casa del Blanco. Proceden de viñedos plantados sobre suelos calizo-franco arenosos y de pH básico, con la peculiaridad de tener una alta concentración de iones litio. Elaboración tradicional con una fermentación alcohólica durante 9 días a 23ºC en depósitos de acero inoxidable. Maceración de 4 días y con una crianza posterior de un mínimo de 12 meses en barricas de roble francés y americano.

A la Vista: Presenta un bonito color rojo picota con matices granates en el ribete. De capa alta.

En Nariz: Nariz muy potente con abundante fruta roja y recuerdos de monte bajo y toques balsámicos.

En Boca: En boca es fresco y sedoso, mostrando un perfecto equilibrio entre las maderas nobles y las frutas rojas. Al paso es potente y con una marcada personalidad, para despedirse con un final especiado y persistente.

Es un vino que armoniza a la perfección con todo tipo de carnes rojas, carnes de caza, asados y parrilladas, guisos de la zona y con un buen pisto manchego o un potente gazpacho.

QuiXote – Cabernet Sauvignon y Syrah

Variedades: Cabernet Sauvignon y Syrah.

Grado de Alcohol: 14% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 14 – 16ºC.

Bajo la referencia QuiXote, la bodega Pago Casa del Blanco produce también este vino elaborado con las variedades nobles Cabernet Sauvignon y Syrah en un perfecto ‘coupage’. Proceden de los viñedos propios de la bodega plantados sobre suelos calizo-franco-arenosos y de pH básico, con la peculiaridad de tener una alta concentración de iones litio. Elaboración tradicional con una fermentación alcohólica que dura 12 días a 23ºC en depósitos de acero inoxidable. Maceración de 9 días y posterior crianza de unos 12 meses en barricas de roble francés y americano.

A la Vista: Presenta un intenso y brillante color picota con ribetes oscuros, densa lágrima y capa alta.

En Nariz: En nariz se muestra muy aromático, con frutas rojas y negras, unos suaves tostados con toques de pimienta y clavo, notas balsámicas y un fondo mineral.

En Boca: En boca es fresco y muy fácil de beber. Está bien estructurado, es elegante, con buen equilibrio de ácidos y amargos donde la barrica respeta bien a la fruta y con un final muy agradable y frutal.

Se trata de un elegante vino tinto que armoniza bien con todo tipo de carnes, (rojas, blancas y de caza). También con asados, parrillas, embutidos y quesos.

QuiXote – Malbec y Cabernet Franc

Variedades: Cabernet Franc y Malbec.

Grado de Alcohol: 14% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 14 – 16ºC.

Algunos han calificado a este vino como “Un Malbec para el recuerdo”. Está elaborado con un buen ‘coupage’ de 2 variedades tan diferentes como Malbec y Cabernet Franc procedentes de viñas propias de la bodega Pago Casa del Blanco, plantadas sobre suelos calizo-franco-arenosos y de pH básico, con la particularidad de tener una alta concentración de iones litio. Elaboración completamente tradicional, con una fermentación alcohólica de 12 días a 23ºC en depósitos de acero inoxidable. Maceración durante 6 días y crianza posterior de 12 meses en barricas de roble francés y americano.

A la Vista: Presenta un hermoso color picota con ribetes rubí, lágrima persistente y capa media-alta.

En Nariz: En nariz resulta un tanto complejo, con fruta roja madura, notas de vainilla y yogur de coco, con unos suaves toques florales.

En Boca: En boca es fresco y equilibrado, aunque con buena acidez, unos taninos integrados y un largo final con postgusto balsámico y floral.

Se trata de un buen vino tinto ideal para acompañar con carnes rojas, asados, parrilladas (también de verduras), embutidos y quesos curados y semicurados.

 

QuiXote – Petit Verdot

Variedades: 100% Petit Verdot.

Grado de Alcohol: 14,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 15 – 17ºC.

Estamos ante una creación ‘única’ de Pago Casa del Blanco que está elaborado con uvas seleccionadas de la noble variedad Petit Verdot, procedentes de viñas propias plantadas sobre suelos calizo-franco-arenosos y de pH básico, con la particularidad de tener una alta concentración de iones litio. Elaboración tradicional, con una fermentación alcohólica de 9 días a 23ºC en depósitos de acero inoxidable. Maceración durante 3 días y crianza posterior de 12 meses en barricas de roble francés y americano. Todo ello para dar como resultado un vino diferente, elegante y que suele sorprender por lo inesperado.

A la Vista: Presenta un brillante color rojo cereza con ribetes rubí. Tiene una lágrima densa y persistente y es de capa media.

En Nariz: Es de nariz compleja pero muy elegante y un tanto exótica.

En Boca: En boca es igualmente complejo y se muestra como un baile de sabores en perfecta armonía, donde destacan los frutos rojos y negros, con matices de higos y cacao. Tiene una alta persistencia y un largo final.

Este vino armoniza perfectamente bien con todo tipo platos de carne como asados y estofados (carrillada, rabo de toro, etc). Pero también con quesos fuertes, foie, embutidos e ibéricos

LiTHIUM

Variedades: 100% Petit Verdot.

Grado de Alcohol: 13,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC.

Este ‘exótico’ vino tinto es la pura esencia de Pago de Casa del Blanco. Está elaborado con un monovarietal de Petit verdot único y diferente, procedente de cepas viejas plantadas sobre tierra caliza y criado en botas de roble francés de 500 litros durante un mínimo de doce meses. Además, cada uva es seleccionada cuidadosamente y cosechada en el momento perfecto, para que pueda expresar todo su potencial en cada botella y ser disfrutarlo en cada sorbo.

A la Vista: Presenta un profundo color rojo cereza-picota con ribetes granate. Limpio y brillante

En Nariz: En nariz muestra toda la expresividad varietal a través de aromas indiscutibles de flores azules, lilas y violetas.

En Boca: En la boca es realmente intenso pero muy sabroso y en el que los tostados medios de la crianza no quitan protagonismo a los matices únicos y florales de la variedad. Es persistente como los buenos perfumes y muy mineral.

Estamos ante un vino muy elegante que resulta perfecto para acompañar con todo tipo de carnes rojas, asados y parrilladas de verduras. También con carnes de caza, buenos ibéricos y quesos curados.

 

NUESTRO COMENTARIO FINAL COMO RESUMEN:

La finca Pago Casa del Blanco dispone hoy, además de sus más de 150 hectáreas de viñedo, de un hermoso coto de caza menor de 2.200 Ha. en el que predomina la perdiz roja autóctona; pero también dispone de más de 650 hectáreas con aprovechamiento de cereal y regadío; y por último, de un importante apartado dedicado a la cría de caballos, del que todo el equipo se encuentran bien orgullosos.

Importante destacar, (como ya habíamos comentado anteriormente), que la  edificación global de la bodega (además, de diseño y construcción propios), posee dos aspectos fundamentales: integración de ésta en el entorno natural, para lo que se han utilizado en su creación materiales nobles (madera, piedra, teja y barro); y funcionalidad en el interior, lo que hace que se pueda trabajar de forma cómoda y al mismo tiempo, asegurar de correctamente la higienización y la sanidad de todos los espacios, gracias también a un exhaustivo Plan de Análisis de Riesgos y Control de Puntos Críticos (ARCPC), lo que destaco porque inciden mucho en ello en la propia bodega.

Los toques de modernidad tecnológica de la bodega se conjugan no obstante con la tradición, porque han logrado edificar una casa de labor manchega, pero de corte actual, acorde a los sistemas de elaboración más avanzados, aunque desprendiendo en cada parte de la construcción aromas que ponen en valor el respeto que esta gente tiene a las tradiciones y el apego a esta maravillosa tierra. Es esta, sin duda, otra bodega que merece la pena visitar y disfrutar.

CRDKEN – JMQ

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