Descripción
“Esmero, honestidad, respeto es “El Compromiso Marañones”
Bonito proyecto este de Bodegas Marañones, situado en Pelayos de la Presa, aunque con las viñas en San Martín de Valdeiglesias, una de las 4 subzonas de la denominación de Origen Vinos de Madrid que limita con Avila y Toledo, al pie de la confluencia de la Sierra de Guadarrama con la Sierra de Gredos y influenciada por el río Alberche (a menos de 70 km de Madrid capital).
Todo esto comienza con la historia de un abogado leonés que decidió comprar viñedos en la sierra madrileña y en 2008 montó una pequeña bodega, este es José Fernando Cornejo que se asocia con un joven ingeniero agrónomo y enólogo madrileño, Fernando García Alonso. De esta conexión nace la intención y filosofía de Marañones: (la uva como elemento principal de todo el proceso, respeto y atención al suelo y al clima como elementos diferenciadores, ecología, honestidad, sencillez y limpieza).
Son algo más de 20 hectáreas de viñedo de Garnacha, algo de Morate tinto fino y en blancas la Albillo Real y Moscatel para hacer una gama de vinos que sigue la jerarquía borgoñona de vinos de pueblo con mezcla de parcelas, de única viña o paraje. Para ser realista y sincero voy a tratar de transcribir (tal cual) la filosofía y los pilares de esta bodega, y que mejor que utilizar las palabras del propio José Fernando Cornejo (Propietario), porque una vez comprobado que es cierto, seguro que yo no lo haría mejor. Es decir:
“La filosofía de Marañones se puede condensar en un concepto definido por las palabras respeto y compromiso. Pilares de un compromiso global que atañe a todos los procesos de la Bodega Marañones. Respaldo de un equipo profesional implicado en mejorar cada día. Nos comprometemos con el respeto al paisaje entendido no solo como elemento estético sino como un territorio con sus características geofísicas, históricas, climatológicas y humanas. Con el respeto al terreno concreto de la viña, a su ubicación, sus componentes y su diversidad. Respeto a la vid y a las diferentes variedades de uva, a la forma de cultivarla, a su ciclo vegetativo, al entorno y medio ambiente y a las diferencias climáticas. Respeto en la elaboración para mantener y transmitir aquello que trae la uva de cada una de las viñas. Y a la diferencia de las distintas añadas. Y también y muy importante, respeto a las personas, tanto a las que forman el equipo de campo, de bodega o de organización, como a los destinatarios finales de los vinos que elaboramos”.
Fernando Cornejo – Propietario de Bodega Marañones
Este es un extracto de una entrevista de J.Fernándo para “Más allá del vino” y que personalmente a mí me encantó, no solo por las palabras sino también por la persona que las dice. Un gran tipo el Sr. Cornejo.
NOTA: después de conocer personalmente a D. José Fernando, me ha parecido muy interesante este reportaje, a la vez que describe perfectamente lo que es Bodega MARAÑONES.
1.- El respeto por el paisaje
“Nos planteamos un programa concreto de trabajo que incide sobre procesos continuos de mejora en torno a diferentes aspectos esenciales para el desarrollo de vinos de calidad. Buscamos devolver a la sociedad y al territorio parte de los logros conseguidos con nuestro quehacer. Una conexión entre proyecto y territorio basada en contribuir a mejorar e impulsar el territorio a partir del desarrollo económico generado y a fortalecer valores vinculantes tales como el respeto por el medioambiente, la cultura y la vocación por el esfuerzo y el trabajo bien hecho. Para tal fin el compromiso toma el paisaje como objeto esencial en el que confluye medio ambiente y medio humano y como vehículo desde el que abordar retos competitivos a partir de soluciones concretas”.
2.- La nueva Bodega Marañones
“El viñedo, sus características, su cuidado y su entorno son el fundamento de la calidad de nuestros vinos. La elaboración no puede ser ajena a ello. A través de cada vino trasladamos a quien lo bebe a nuestros viñedos. Para una mejor comprensión y disfrute de los vinos, consideramos importante la visita al campo que permite apreciar la conexión entre este y los procesos de elaboración”.
“De ello surge nuestro proyecto de construcción de una nueva bodega en la Finca Marañones, de casi 30 hectáreas de viñas mezcladas con parcelas pobladas de diferentes especies de un paisaje insólito. Unas instalaciones muy respetuosas con el entorno, integradas en el paisaje, adecuadas a nuestra producción, visitables, fácilmente accesibles y que sean la introducción al conocimiento y disfrute del viñedo y de la finca”.
3.- El equipo Marañones
J.Fernando Cornejo (Propietario) Fernando García Alonso (Enólogo)
Como hemos dicho al principio, Bodega Marañones surge de la dedicación y trabajo de 2 soñadores: Fernando García Alonso, madrileño, ingeniero agrónomo y enólogo, y J. Fernando Cornejo, leonés afincado en Madrid, propietario de la bodega y de los viñedos.
“Desde 2008, primera añada de esta joven bodega, la profesionalidad, la vocación y el esmero, han sido los pilares en los que nos hemos basado a la hora de formar el equipo. Además de la capacidad para realizar bien las tareas asignadas y cumpliendo siempre no solo la normativa legal aplicable sino también las reglas de la Ética, porque en Marañones prima la calidad humana a la hora de elegir a las personas que forman nuestro equipo de trabajo. Mantenemos un grupo fijo que comparte los criterios que nos definen y contratamos de forma estacional a las personas que se precisan para tareas concretas como la vendimia, o de refuerzo puntual necesario”.
4.- El nuevo viñedo
“Hemos acometido también la plantación de cuatro hectáreas de viñedo nuevo siguiendo los criterios específicos de calidad de Marañones. En parajes altos, por encima de los 750 metros de altitud, con cepas autóctonas, en vaso, a tresbolillo y manteniendo las características propias de los viñedos del entorno”.
5.- Marañones en el mundo
“El 70 % de la producción de esta Bodega se exporta. Es motivo de orgullo de la Bodega tener consolidada su presencia en los países más importantes consumidores de vino de calidad. El crecimiento de la producción es gradual y lento ya que son muy exigentes en la elección y cultivo de las viñas antes de incorporar las uvas a la bodega tanto en los Viñedos que son de su propiedad (19 hectáreas) como en los que tienen contratados (6 hectáreas) a productores locales y que exigen y comprueban sus mismos estándares de Calidad. Es por eso que siempre mantendrán el crecimiento dentro de los límites que condicione el cumplimiento de las exigencias de calidad en todos los procesos que esta Bodega se ha marcado”.
6.- Los RINCONES de Marañones
En todas las viñas existen rincones especiales, unos con nombre propio y otros no. Esta Bodega no iba a ser menos, y a fe cierta que son muy especiales porque nos llevan a culturas pasadas que tienen mucho que ver con la realidad actual de esta Bodega y por eso merece mucho la pena recorrerlos a pie uno a uno, no solo por las vistas, que son preciosas, sino por la historia que encierran.
Decir que actualmente han suspendido el Servicio de ENOTURISMO, por imposibilidad de atenderlo, pero aun así se esfuerzan por enseñarte todo lo que pueden, y si la suerte acompaña y está por allí D. José Fernando, él mismo explica con devoción y esmero lo que hay detrás de cada rincón y de esta singular Bodega. Tal como dice D. José Fernando: “Te enseño a descubrir algunos de los lugares más especiales de la finca Marañones. Aquellos que nos inspiran, que nos invitan a pensar, a disfrutar del paisaje. Esos rincones especiales que nos trasladan en el tiempo, en los que recapacitamos en todas aquellas poblaciones que nos han precedido y el legado que nos han dejado”.
Todos estos lugares tienen nombre propio y yo personalmente he tenido la suerte de poder visitarlos uno a uno y disfrutar de cada paso que he caminado por ellos. Estas fincas que contienen los viñedos y conforman los diferentes rincones son:
El Druída
“El Druida es uno de los rincones con más magia de la finca Marañones. El nombre hace referencia a un pino muy grande y antiguo que se encuentra rodeado de encinas, las cuales se aglomeran a su alrededor como un grupo de alumnos entorno a su maestro. Es un árbol que sabe de la vida, del sufrimiento, tiene una herida en un lateral, a través de la cual deja ver su interior. A pesar de ello, sigue vivo, persiste y se hace eterno. Dispone de unas raíces fuertes, en las que podemos ver, sobresaliendo de la tierra, incluso piedras incrustadas. Se ha sabido adaptar y mimetizar con el medio en el que se encuentra, ha aprendido a convivir con el resto de elementos. Nosotros colocamos frente al pino 7 piedras de granito porque quisimos crear un lugar donde escuchar y sentir la naturaleza; donde reflexionar y aprender de ella. Podemos acudir solos, o disfrutar con más gente, pero siempre conviviendo, como nos ha enseñado este gran druida a hacerlo”.
Peña Caballera
“Peña Caballera es otro de los espacios únicos de la finca, que, además, da nombre a una zona concreta de la misma, a una parcela y al vino que se obtiene de ella. Es una piedra enorme y ancestral, con miles y miles de años de geología, colocada por la naturaleza ubicada sobre otra roca. La inferior es notablemente más pequeña, por lo que la mayor crea un espacio de refugio en mitad de la finca. Está rodeado de vegetación: robles, cornicabras, chaparras, encinas…. Que convierten a este mágico espacio en un rincón sombrío y fresco. No hay nada mejor para sentir todo lo que el vino transmite, que sentarse en plena naturaleza y saber que estamos protegidos por ella”.
Mirador de Estrellas
“Otro de los lugares encantado de Marañones es el ‘Mirador de estrellas’. Está localizado en la zona más alta de la finca, una zona despejada en la que tumbarse y disfrutar del manto estrellado que cubre Gredos. Las líneas de un simple cubo metálico ayudan a encuadrar la mirada, a focalizar la atención y a poner más interés en lo que se está observando. Pero al estar abierto, no elimina el resto del cielo, sino que el encuadre ofrece la contemplación de una zona aislada, que forma parte de un todo. Como nosotros, que somos algo mínimo, pero formamos parte del todo de la vida”.
Castro Vetón
“Desde estos parajes de San Martín de Valdeiglesias y a lo largo de la Sierra de Gredos se extiende hasta Portugal el territorio de los antiguos Vetones, una cultura prerromana, (Celta diría yo). Como en otras culturas, el elemento arquitectónico más importante eran los castros, que a veces formaban parte de un conjunto de edificaciones – las más comunes- y a veces estaban aislados, pero siempre estaban ubicados en algún promontorio. En las tareas de rescate que se llevan a cabo en Marañones se dan cuenta de que, en una zona en alto, umbría, en mitad de las viñas y resguardado por encinas, había dispuestas unas piedras en forma circular. Después de limpiarlas aparecieron unos restos que, por sus características, no parecía que formasen parte de un castro vetón, pero si una edificación de la época. Nadie tiene la certeza, pero lo bautizan así en homenaje a los antiguos pobladores de estas tierras”.
La Roca de las Ofrendas
“Es el lugar más alto de toda la finca y desde donde se divisa todo el entorno: la Peña de Cadalso, Cenicientos, el pueblo de San Martín de Valdeiglesias, el de Cebreros, el comienzo del Valle del Tiétar, el cerro de Guisando… Lo curioso de esta formación es que en la parte superior de una de estas rocas hay unas hendiduras en el suelo, aparte de unas extrañas oquedades, en forma circular, con una apertura en uno de los laterales (una especie de C cerrada). Estas aperturas o especie de canales hacen intuir que podrían ser por dónde escurría la sangre de los animales tras sacrificarlos y ofrecérselos a los dioses. Hace muchos años estuvo por allí una antropóloga quien explicó que, en un sitio como éste, lo normal es que las antiguas civilizaciones hiciesen algún tipo de ritual. Sea cierto o no, conecta con el resto de elementos que hay en la finca y el espacio es espectacular ya que, además, a través de un pequeño bosque de chaparras conecta directamente con Peña Caballera”.
Finca Pies Descalzos
La finca de Pies Descalzos comparte nombre con el vino que se elabora exclusivamente con uvas de esta viña. ¿Sabéis por qué tiene este nombre?
“En el momento de adquisición de la finca, Fernando fue a verla con el antiguo propietario quien, al bajarse del coche, se descalzó para acceder. Como ya se sabe el dicho ‘donde fueres, haz lo que vieres’, Fernando hizo lo mismo sin preguntar. Recorrieron el viñedo sin zapatos, sintiendo la viña, tan cuidada, tan limpia, y Fernando se enamoró. Aún no sabemos la razón por la que el dueño lo hizo: si era para no estropear la cuidada tierra, para sentir lo que transmitía, para no apelmazarla, para no manchar el coche o los zapatos… Pero Fernando prefirió no preguntarlo”.
Cuando fueron a poner nombre al vino de esa parcela, no hubo ninguna duda, simplemente se llamó: Pies Descalzos.
Anfiteatro
“Parece que la intención inicial fue tapar un agujero natural, pero hay un corte vertical de roca viva de unos 3m. que permite ver la morfología del suelo, por lo que se prefirió ser fieles a dicha formación. Sin embargo, al mismo tiempo decidieron también completar el semicírculo con asientos de granito de la cantera de Cadalso. Son piezas rotas, irregulares, cada una con sus llagas, con agujeros. Porque la naturaleza es así, es desigual. El espacio es espectacular. Las viñas quedan por encima de los espectadores, se ve la estructura del suelo y cómo están asentadas las cepas. Ayuda a conectar con la viña, su estructura, sus características y el entorno”.
He de decir que, realmente en este magnífico paseo que he podido dar, sin prisas, por los rincones de esta finca, cuando llegué al llamado ‘Anfiteatro’ lo que hice fue sentarme en uno de esos poyos de granito y contemplar durante largo tiempo la belleza de todo esto, además de pensar la historia que debían encerrar estar tierras. Tal es así que ni me acordé de hacer fotos de este mágico lugar y por eso no las puedo aportar porque, en mi abstracción, ni me acordé de hacer alguna y tampoco me di cuenta de ello hasta que me puse a preparar este reportaje. Pido perdón por ello, pero ‘como no hay mal que por bien no venga’, esto tan solo significa que he de volver por allí para vivir de nuevo la experiencia y sacar fotografías de este lugar tan misterioso.
Balcón de Cadalso
Otro lugar emblemático de esta Bodega y de sus Tierras, es este llamado EL BALCON DE CADALSO. Se trata de una formación rocosa en el borde del Valle que permite asomarse al mismo, tal que si estuviéramos asomados a un gran Balcón. Las vistas son espectaculares y bajo nuestros pies seguimos teniendo más Viñas, en este caso, de nueva plantación.
Ya de vuelta a la bodega, decir que se trata de un pequeña bodega situada en una Nave del Polígono a la salida de Pelayos de la Presa dirección San Martín de Valdeiglesias. La bodega es pequeña, pero tiene todo lo necesario para elaborar esos vinos tan característicos de esta zona, dónde la Garnacha y el Albillo Real son las variedades más cultivadas y destacadas.
LOS VINOS MARAÑONES.
Me hago eco y transcribo las palabras de D. José Fernando, cuando dice:
“En nuestra familia de vinos hacemos dos vinos blancos, cinco vinos tintos y un vino dulce. Siempre con la estructura piramidal borgoñona, que significa que tenemos desde vinos de pueblo o Vino de Comarca, que compilan el carácter regional como mezcla de viñas y parcelas reflejo de la expresión de todo el territorio, pasando por Vinos de Paraje, que son lugares específicos en el paisaje con unas características técnicas propias por orientación, por altura, por suelo o por la combinación de estas y, finalmente Vino de Parcela, que representa la cima de la pirámide, y son parcelas tocadas con la varita mágica de la calidad, parcelas con una expresión, una complejidad y finura excepcional.»
En esta ocasión, y sin que sirva de precedente, voy a poner todos los vinos que elabora esta bodega, (o elaboraba cuando yo la visité). Lo hago porque, aunque no los pude probar todos, sí que caté la mayoría de ellos en diferentes ocasiones. Es por eso que, ayudado además por el Sr. Cornejo en las explicaciones, en esta ocasión sí que los voy a poner todos.
Picarana (Vino de Comarca)
«Picarana es el vino de pueblo, vino de comarca, en la variedad blanca autóctona Albillo Real. Es una variedad muy temprana, que está enfocada a uva de mesa, muy sabrosa, muy jugosa. Tiene un racimo muy pequeño que se pone dorado enseguida, pero que permite obtener un vino blanco con bastante densidad en boca y untuosidad, debido a su contenido alto de glicerina.
El nombre de picarana se lo ponen como homenaje al nombre de un ave de la zona, aunque (dice J.Fernando): “es la que más guerra nos da, porque se comen las uvas. Esto sirve un poco para reflejar esa unión de campo, medio ambiente y fauna. Aunque tengamos que evitarlos para que no nos hagan mucho daño, les hacemos un homenaje poniéndole su nombre a un vino”.
Pies Descalzos (Vino de parcela)
«Pies descalzos, es un vino de parcela de Albillo Real, de una sola viña muy pequeña, menos de una hectárea, que se ubica en un paraje llamado Peña Cruzada. Está en el lado alto de la peña, justo en la parte más soleada durante todo el día lo que le viene muy bien al Albillo.
Granito rosa, con muy poco suelo, donde realmente del suelo del que vive la viña son solo de 30 a 50 centímetros y luego pasa a una piedra mucho más compacta en la que al tener menos suelo no hay tanta fruta. Disminuye la sensación frutosa en el vino, y lo que hay es más mineralidad.
“Es la expresión de esa pequeña viña, de ese Albillo no tan frutoso, no tan glicérico, no tan untuoso, no tan floral, sino que va más hacia la mineralidad, la longitud, la piedra al final. Mucho más austero, más de sufrimiento de cepa, rendimiento más pequeño”.
Sin duda se trata de un gran vino blanco.
30.000 maravedíes (Vino de Comarca)
«El primero de los vinos tintos, sería 30.000 maravedíes, que es un vino de comarca, un vino regional, vino de pueblo. 30.000 maravedíes es el conjunto de todos los suelos, orientaciones, eminentemente Garnacha en un 90 por ciento y luego el 10 por ciento resto de variedades locales que se mantienen a nivel minoritario para hacer el englobe de todo. El nombre también refleja la unión entre la historia, la bodega, la estructura y el paraje. 30.000 maravedíes es la cantidad que pagó D. Álvaro de Luna por comprar toda la comarca a los monjes. Los monjes son los que habían desarrollado el cultivo de la vid. Es un nombre de una historia en el que se refleja el valor de lo que se paga por el Valle pero al final es un homenaje al Valle. También estructura la historia que desarrollan los monjes y eso es lo que continua haciendo hoy Bodega Marañones, la herencia en hacer este vino de pueblo que quiere expresar cómo es todo el Valle.
Al final el formato de un vino que tiende hacia la mineralidad, la floralidad, la longitud, la frutosidad y la facilidad de beber.»
Marañones (Vino de Paraje)
«Marañones, sería como el sello de Bodega, por eso la Bodega tiene el nombre del paraje. Es una parte de la montaña donde estamos a más de 800 m. de altitud sobre el nivel del mar, en una orientación Norte y en la que se juntan suelos con los tres tipos de granito que hay en San Martín, el granito blanco, el marrón y el rosa. Cada una de las viñas que trabaja Marañones en este paraje tiene un suelo diferente, unas en colina, y otras más en llano. La idea es hacer el referente del sello de bodega que es como elaborar con una mezcla de viñas la gran Garnacha autóctona sin que llegue a ser el vino parcelario, que siempre es como mucho más delicado y más minoritario en cantidad.
Por tanto, estamos ante el vino que mejor define a la bodega. Se trata de un vino elaborado con la variedad Garnacha cien por cien, en la que la expresión pura, tanto en nariz como en boca es el endrino. Expresivo ya desde el color y luego con esa sensación de la fruta carnosa con la textura todavía un poco crocant. Pero también luego es un vino con mucha sedosidad, con la granulosidad de estos suelos graníticos con cuarzo. Esa pepita de cuarzo se nota en la textura, longitud, finura, elegancia y floralidad de este gran vino.»
Labros (Vino de Parcela)
«Es uno de los vinos parcelarios de Garnacha cien por cien. Aquí se quiere reflejar el paraje de La Dehesa, que es el fondo del Valle de San Martín de Valdeiglesias, donde hay un suelo aluvial con mucha profundidad para las raíces. Labros, justo es una viña muy vieja de más de 90 años que está situada en una pequeña colina, orientación oeste, de un granito blanco muy compacto que hace estresar las cepas, que al ser tan viejas son muy poco productivas, de rendimientos por tanto muy bajos. Es una parcela rondando una hectárea y en botellas estaríamos hablando de unas 2.000 – 2.500 botellas. Este vino es el reflejo de la viña más mediterránea que tiene Bodegas Marañones. Eso significa que siempre la fruta está por encima de la sensación floral, con una tanicidad un poco más rugosa, por el tipo de suelo. Y sobre todo, un vino muy profundo pero no lineal como pueden ser otros vinos de la gama, sino más compacto, más largo, casi como un tubo sin fin.
Labros viene del nombre de un arroyo que es afluente del Alberche y que está cerca de las viñas.»
Peña Caballera (Vino de Parcela)
«Otro vino de parcela, y también elaborado con la variedad autóctona Garnacha cien por cien, y que a Bodega Marañones realmente le gusta decir que este es probablemente el vino bandera de la bodega.
Peña caballera lleva el nombre de la montaña donde se ubica y de la finca que está justo al lado de esa piedra en forma de seta de la que ya hemos hablado. Aquí estamos a unos 850 m de altitud, casi en las partes más altas de San Martín de Valdeiglesias, en una orientación norte, lo que hace que sea una orientación más fresca, en la que hay menos sol de la mañana y, sobre todo, menos sol de la tarde, del oeste, que es la parte más caliente. Eso provoca que sea una maduración mucho más lenta, una zona muy aireada, donde hay una sensación de frescura muy sana para poder trabajar de una manera orgánica. Podríamos decir que sería la expresión de la Garnacha desde el punto de vista de la floralidad, de la finura, de la acidez, de la longitud, de la delicadeza, y por tanto de la elegancia del vino.»
Darío (Vino de Paraje)
«Este vino es todo un homenaje que quiere hacer José Fernando Cornejo a su nieto pequeño. Es, sin duda, el reflejo un poco de lo opuesto a la garnacha, porque está elaborado con una variedad minoritaria y no tiene nada de Garnacha.
Ya hemos dicho que Bodega Marañones es sobre todo garnacha. Gredos es en su mayoría garnachero; pero este vino en concreto es la expresión de una variedad minoritaria y poco habitual como la Morate. Decir que esta variedad es casi la parte opuesta de la Garnacha, tanto en el tipo de viticultura, como en el tipo de racimo. Racimos más suculentos, más grandes. Esto tiene una parte común con la Garnacha que es la acidez, que es lo que hace que se asemeje a la garnacha, pero con un punto siempre un poco más vegetal, más herbáceo y que hace vinos no tan largos, tan directos, con expresión tan de granito, sino con la fluidez que aporta el Morate.
Es un poco el concepto del vino de sed, del vino más de inicio de aperitivo, el vino que se utilizaba para trabajar en el campo.»
Beltran (Vino de Parcela)
«Este vino es también un homenaje, pero ahora al otro nieto de José Fernando Cornejo. Otro vino homenaje en el que utilizan la variedad Moscatel de Grano Menudo, variedad autóctona que, como en muchas otras zonas vitícolas, tiene dentro de la viña diferentes variedades de uva.
Dentro de las viñas de los Albillos también tienen Moscateles para elaborar un vino dulce.
Podíamos decir aquí que es una pasificación en la viña. Lo bonito de los moscateles es que, dentro de la parte estructurada, melosa, que provoca cuando los vinos son dulces, mantiene mucha acidez que hace que sean vinos muy bebibles y que también tengan gran capacidad de añejado.
Beltrán es una producción muy limitada y depende mucho de las añadas, pero que nunca sobrepasa las 300 botellas pequeñas. En los años que cuaja peor, más secos, quedarían en 100–150 botellas. Al final es la selección de tres parcelas que tienen uva Moscatel y que hay que dejarlo pasificar, exponerlo más a las inclemencias del tiempo y de los pájaros para poder realizar el vino esencia, el vino lágrima, el vino gota de una variedad dulce.»
Picuenco Solera (Vinos Únicos)
Por lo que dice José Fernando, su nombre hace referencia al apodo familiar de un entrañable amigo, hijo de un agricultor que le transmitió a él el amor a la tierra.
Picuenco es un vino que nace debido a la tradición en la zona por los albillos oxidativos. La uva se vendimia a mano en cajas de 12 Kg y después se somete a una crianza oxidativa en una barrica de 500 litros de roble francés usada, de la que se van realizando sucesivas sacas. La primera de ellas fue en 2013.
Tapafugas (Vinos Únicos)
Se trata de un vino ‘experimental’, que cambia año a año y de producción muy limitada. Lo hacen a su manera, con las variedades que les apetece y que son propicias según la añada. Como digo, cambia cada año, siempre siguiendo los estándares de calidad de la Bodega.
“Es un homenaje a una de esas personas que rezuman sabiduría popular. Amigo de José Fernando, oriundo de su pueblo Benavides de Órbigo, ‘Tapafugas’ es una de esas personas conocida y querida por todo el pueblo. Fontanero de profesión (de ahí su mote), es un veterano en la vida, conocedor de la experiencia, psicólogo de almas. Eso es precisamente lo que refleja este vino”.
El Quiebro (Vinos Únicos)
El Quiebro es una de las últimas elaboraciones de Bodega Marañones, que está elaborado con la variedad Albillo Real 100% del viñedo más joven, el que se plantó en 2013. Un blanco ‘de sed’, fresco y divertido.
¡El lado más juvenil y rompedor de Bodegas Marañones!
MIS COMENTARIOS FINALES COMO RESUMEN:
Me gustaría añadir, para terminar, que el Propietario (D. José Fernando Cornejo), decidió en un momento de su vida, y seguramente persiguiendo un sueño, cambiar las orillas del río Orbigo, (allá en su Benavides de Órbigo natal), por las del Alberche, aquí en plena sierra madrileña. Creo que lo ha conseguido y algún día se lo preguntaré y si él quiere nos lo podrá contar. Entre tanto disfrutaremos de su sabiduría y, como no, de estos buenos vinos y también brindaremos en su honor por haberlo hecho.
Pero escuchando sus propósitos de futuro, es claro que José Fernando no se queda solo en esto. Si puede, él quiere ampliar su bodega y no de cualquier manera. Por eso me gustaría que, cuando José Fernando complete el sueño y haga esa nueva Bodega justo en el propio campo, al lado de esas bonitas viñas y aprovechando (para enterrarla un poco) las irregularidades del terreno, espero poder verlo, hablarlo con él disfrutando juntos de esa charla y de un buen vino de su bodega, para poder luego contarlo tal como se merece.
Decir, para terminar que, justo unos días después de mi visita a esta Bodega, leo la noticia de que Bodega Marañones pasa a formar parte del Grupo ALMA DE CARRAOVEJAS y se convierte así en la 6ª Bodega de este gran grupo Vinícola de España, (Pago de Carraovejas, Ossian, Milsetentayseis, Viña Meín, Emilio Rojo y Auri, y ahora también Bodega Marañones, a los que hay que sumar la Importadora de Vinos Singulares SV Wines, la Fundación Cultura Líquida y el no menos importante y premiado con Estrella Michelín: Restaurante Ambivium).
De esta forma, el Equipo de Alma de Carraovejas, liderado por Pedro Ruiz Aragoneses pasa ahora a tomar las riendas de este Proyecto en la sierra de Madrid, al que espero y deseo que siga ligado el propietario y fundador D. JOSÉ FERNANDO CORNEJO, para no perder el “alma” de lo que ha sido siempre esta Bodega.
También deseo que esa pasión que los ha llevado hasta aquí, siga vigente por mucho tiempo. Conociendo a Pedro Ruiz seguro que así será, cosa que además ha manifestado recientemente en una entrevista y cuyas palabras transcribo tal cual:
“Marañones es un proyecto que, como todos los que forman ALMA, transciende y comparte nuestra visión de crear experiencias inolvidables en torno al vino, apostando por Proyectos singulares en busca de un propósito superior, con el compromiso de construir un legado único”.
Larga vida a este nuevo proyecto y a Bodega Marañones
CRDKEN – JMQ
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