Descripción
“Cuidando y manteniendo la cultura vitivinicola de Sanfiz”
El lema de esta Bodega es un Reto que en su día les propuso el Abuelo, y que llevan grabado a fuego: “NON ARRICAR NIN UNHA CEPA”
La sensación que tengo al ir acercándome a la zona y ya entrando en la Bodega es que Finca Scintilla no es solo vino, porque parece más bien que es un viaje a una cultura en torno al mundo del vino, a unas tradiciones, a un paisaje, a un todo que va más allá de la mera elaboración de un vino. Un viaje a la cultura y naturaleza de lo que es realmente el vino gallego.
Por eso el visitar Finca Scintilla va más allá de una visita a una bodega y catar sus vinos. Cuando se visita esta bodega y estos viñedos lo que hay que tener en cuenta es que viajas a un entorno histórico, que quiere mostrar la cultura vitivinícola de una determinada zona, como dicen sus promotores, “para poder así divulgarla y que no se pierda en las nieblas del olvido”.
Finca Scintilla dispone de un espacio multifuncional que engloba desde espacios naturales a antiguas edificaciones, en el que podremos disfrutar de eventos culturales, formativos y también de ocio.
La primera edificación dentro del espacio de la Bodega Finca Scintilla se realiza en 1998. José Antonio Rodríguez decide que la bodega que mantendrá las tradiciones familiares en la elaboración de vino, también mantendrá la identidad arquitectónica de la zona, y para ello en la construcción se emplean materiales tradicionales como piedra y madera y se integra la edificación en el paisaje aprovechando la difícil y complicada orografía de este terreno.
La estructura sigue la línea de las bodegas de guarda tradicionales en Sanfiz y numerosos detalles como la forma de las puertas o las cerraduras hacen un guiño a la antigua bodega de guarda familiar.
La uva con la que elaboran sus vinos proviene de viñedos propios en la Parroquia de Sanfiz en Chantada (Ribeira Sacra Lucense) y también de la finca experimental Monte do Cristo en Portomarín perteneciente a la USC. Es aquí donde podemos comprobar que este proyecto posee una parte formativa, ya que tienen un convenio firmado con la USC para que los estudiantes de esta Universidad puedan acceder a este proyecto global del mundo del vino.
La superficie total de viñedo que cultivan es de poco más de 1,5 hectáreas, divididas en 10 parcelas, cada una de ellas con su peculiaridad, lo que hace que realicen diferentes vinificaciones.
Pero además del viñedo, este proyecto tiene el monte como una parte importante del mismo. A simple vista por su belleza paisajística, aunque también es de especial importancia en la regulación de la temperatura, el monte sirve de aporte de materia orgánica al viñedo, es refugio de fauna beneficiosa, (aunque a veces el jabalí hace sus estragos), y preserva la biodiversidad. Además, proporciona alimentos como las castañas y las setas.
Finca Scintilla seguramente nació sin complicados planes de negocio ni tan siquiera estratégicos, ni cálculos de viabilidad, y tan solo con la única premisa de: “compartir aquello que nos fue dado, una cultura, un paisaje y un cuidado del entorno”, lo que en la Bodega consideran que debe ser compartido. Esto ha sabido asimilarlo a la perfección el Equipo de esta pequeña Bodega, convirtiéndolo además, en su propio Negocio y en su ‘casi’ Medio de Vida.
Finca Scintilla es una “chispa de ilusión” que sin querer se ha propagado entre todos los del Equipo y en la que cada uno aporta su mejor sabiduría y su buen hacer para el éxito de la Bodega. Ellos buscan entender la Cultura Vitivinícola de esta zona tan peculiar, a la vez que difícil de trabajar, y así poder divulgarla para que no se pierda en el olvido y sobre todo nos la ponen al servicio de los amigos y visitantes.
Tal como nos dicen en la propia Bodega: “es por esta razón que se han propuesto espacios multifuncionales que engloban desde lugares naturales a antiguas edificaciones para que todos podamos disfrutar de eventos culturales, formativos y sobre todo de ocio”.
LOS VINOS:
En Finca Scintilla nos vamos a encontrar con una bodega experimental en la que se producen no menos de 15 elaboraciones diferentes de vino al año, con una diferenciación de los vinos por parcelas, variedades, momento de maduración y tipos de vino. De todos ellos al final salen al mercado 7 referencias de vino al año dependiendo de la añada y el momento óptimo de consumo. El resto son pequeños secretos que dejan en su cava para sorprender a los visitantes y/o compartir en reuniones familiares.
Por suerte nosotros hemos tenido la ocasión de probar alguna de esas referencias y son las que pondré a continuación para comentar algo sobre ellas.
Columba
Botellas Numeradas, (unas 1.000 por añada).
Columba se presenta como un blanco diferente, chispeante, atrevido, sin complejos y orgulloso de su esencia. La uva Palomino, también conocida como Jerez, es una uva poco apreciada fuera de su reino: el Marco de Jerez. Pero en Finca Scintilla piensan que si los antiguos la plantaron, tiene una poderosa razón de ser. Así, esa aureola marginal le aporta una chispa romántica y bulliciosa.
Sin duda, Columbia encierra toda la algarabía de los viñedos más tradicionales en un vino singular y chispeante. Estas uvas proceden de un territorio propio, casi un patrimonio intocable: los viñedos que rodean a la bodega y, en concreto, de un viñedo de cepas vetustas de palomino ubicado en “A Cachola de San Fiz”.
El vino Columba encierra una combinación plurivarietal de sabores: Palomino 90%, Godello 9% y Abariño 1%. Si bien, a primera vista, los porcentajes se presentan poco equilibrados, ¡no te lleves a engaño! Columba muestra una personalidad muy completa y compleja. El palomino de cepas viejas le aporta estructura y es su faceta dominante; pero, por momentos, toman protagonismo esas chispas de frescor y atractivo propios del Godello y el Albariño. Al igual que sucede en la naturaleza local los rayos del sol reflejados en las aguas del río brillan en todo su esplendor y embellecen la estructura acuática. La vendimia es manual y tras una cuidada selección, las uvas se despalillan y maceran una noche con sus hollejos, para, finalmente, pasar en limpio al depósito de inox donde se producirá su fermentación. Tras el desfangado, se trasvasa a otro depósito, en el cual la gravedad y la paciencia realizarán la magia de su decantación.
A la vista: Presenta un color amarillo pajizo con reflejos verdosos. Un color brillante y vibrante a partes iguales, quizás porque la ‘moura Columba’ ha dorado las uvas con su magia.
En nariz: Franco, frutal, fruta blanca de pepita con predominio de la pera, sazonado por el olor floral y mineral de las hierbas aromáticas.
En boca: Ataque fresco, con volumen, vertical, acidez correcta. Postgusto frutal.
La temperatura idónea para degustar Columba en todos sus matices es 11 – 12 ºC. Es un vino ideal para disfrutar sin complicaciones, como acompañante de un picoteo espontáneo, una tabla o sencillamente para tomarlo solo.
Scintilla Blanco
Pequeña producción numerada que no supera las 450-500 Botellas/Año.
El blanco más elegante y sutil de Finca Scintilla. Se trata de un plurivarietal compuesto por 90% Godello y 10% Albariño.
En la finca de Monte do Cristo, ubicada en Portomarín, nacen y crecen las uvas de este vino majestuoso y delicado. Cada una de las 450 botellas de Scintilla blanco proporciona un festival de sensaciones cambiantes al ser descorchada. Así, a medida que el vino adquiere temperatura, nos ofrece diferentes matices y sabores en cada trago. Scintilla blanco es un vino con volumen, untuoso y complejo, con una frescura perspicaz, gracias a la acidez que le aporta el albariño.
La vendimia es totalmente manual, con una esmerada selección de las uvas. Tras el despalillado, macera una noche con sus hollejos antes de pasar a los depósitos de acero inoxidable. Godello y albariño se vinifican por separado y tienen una crianza de 3 meses en inox.
A la vista: Presenta con un brillante tono amarillo limón con reflejos verdosos.
En nariz: Complejo, frutal, melocotón, albaricoque, cáscara de naranja, manzanilla e infusionados. Evoluciona al ritmo de la temperatura y desvela nuevos matices continuamente.
En boca: Se muestra goloso, cálido, compensado por la acidez, con buena carga frutal y mineral, lo cual le añade un punto extra de gracia. Postgusto salino.
Scintilla blanco es un vino cuya temperatura idónea se encuentra en torno a los 12 grados. Ahora bien, con un pelín más de temperatura, se puede descubrir todo un estallido embriagador de matices diversos. Recomendamos combinar Scintilla blanco con arroces, carnes blancas como conejo, productos del mar o comida oriental.
Scintilla – Da man do trasno
Ediciones limitadas y numeradas, (unas 600 Botellas)
Scintilla da Man do Trasno es un coupage a partes iguales de Scintilla (Pinot Noir), A Teldereta (cepas viejas de Mencía y Tempranillo) y Electam (cepas viejas de Garnacha Tintorera y Grao Negro).
En Finca Scintilla habita un ‘trasno’. Como todos los seres mitológicos de Ribeira Sacra, es un ser muy travieso, inquieto y al que le gusta gastar bromas. Pues bien, una de las travesuras más ingeniosas y vitalistas de Strago ha sido este vino tan fabuloso como irrepetible. Strago, en su afán por revolucionar la vida cotidiana, se ha colado en la bodega y ha mezclado tres de los mejores vinos de Finca Scintilla, justo antes del embotellado. Scintilla da Man do Trasno posee la elegancia de Scintilla Pinot Noir, la sabiduría de las ancianas cepas de A Teldereta y la personalidad arrolladora de Electam. Todo un lujo al sentido.
Las uvas de Scintilla da Man do Trasno proceden de la Finca A Teldereta y del viñedo Monte do Cristo, en Portomarín. Como en todas las elaboraciones de Finca Scintilla, la vendimia es manual, atendiendo a una cuidada selección de las uvas, primero en el viñedo y, después, en bodega. Y es que en Finca Scintilla, como norma ineludible, prevalece la calidad sobre la cantidad. Es por ello que todas sus elaboraciones tienen una producción limitada, en algunos casos, de apenas unos cientos de botellas.
A la vista: Presenta un apasionante color cereza picota, limpio y brillante. Capa Media-Alta con un tono vibrante y atractivo.
En nariz: Complejo, fruta roja, cereza, toques de especias dulces, cacao, tiza, setas, y es bastante mineral.
En boca: Equilibrado, sabroso, redondo, frutal, con tanino maduro y retronasal mineral.
Para disfrutar al máximo de Scintilla da Man do Trasno, recomendamos abrir el vino un poco antes de consumirlo y, si es posible, decantar. Para el vino, este viaje en botella es igual que cuando hacemos un viaje de varias horas en coche, al llegar a destino, lo que más nos apetece es salir y estirar las piernas. Dejemos que el vino se ponga cómodo para disfrutarlo al máximo. Si pensamos en sabores que armonicen con este vino, recomendamos escapar de los alimentos picantes o muy especiados. Estofados, cochinillo, carne asada o foie pueden hacer un match perfecto con él. Una tabla de embutidos y quesos con frutos secos para un picoteo, también se vislumbra como una buena opción.
Electam
Producción limitada y botellas numeradas: solo unas 250 Botellas/añada
En esta botella, (80% de Garnacha Tintorera y 20% de Grao Negro), vamos a encontrar un 100% de intuición e ilusión. Porque las decisiones tomadas en la elaboración de este vino, son fieles a las intuiciones de dos amigos ilusionados y unidos por una pasión común.
“Et plantavit vitem electam”. Esta frase, que acompaña al nombre del vino, encierra un significado que va mucho más allá de la mera traducción (y plantaron las vides elegidas). Parece que este misterio debe ser revelado allí donde se elabora Electam. Todo comienza con una vendimia donde la excepcional calidad de la uva, lleva a vinificar por separado la Garnacha Tintorera y el Grado Negro procedente del viñedo A Teldereta, un viñedo habitado por ancianas y retorcidas cepas que concentran su sabiduría en cada grano de uva dorado al sol. Por lo visto, ese otoño se une una nueva integrante al equipo Scintilla, y aunque su labor no está relacionada con la elaboración, intenta participar en todos los trabajos de bodega, porque como ella dice: “para poder contar lo que pasa en la bodega y contarlo bien, debo sumergirme en los trabajos y disfrutarlos”. El destino hizo que en el trasegado del depósito número 9 un poco del líquido se derramase en el suelo mostrando un color que enamoraría a cualquiera. Y a ella la enamoró por completo, tanto como para participar en la elaboración de este vino de uvas de pulpa tinta, que aunque son queridas, no se les suele dar el protagonismo que se merecen y su papel suele ser como acompañantes en el séquito de la reina Mencía. Electam ha tenido una crianza de 3 meses en barrica de roble francés usado y un afinado en botella de 6 meses.
A la vista: Es un vino que resulta sumamente atractivo, brillante, con una capa alta y que tiene un bonito color cereza picota oscura.
En nariz: Es complejo, aparece fruta compotada, lacteos, cacao y canela y esto lo hace muy goloso.
En boca: Es un vino contundente, con un paso sabroso, con cuerpo, goloso, con un tanino presente sin llegar a ser agresivo y su final es largo y persistente.
Electam es un vino versátil que acompaña a la perfección platos de carne de cualquier tipo, pero que sin duda es ideal para un chuletón de vaca rubia gallega. No es necesario decantar pero si recomendable abrir el vino antes para que oxigene y servirlo a una temperatura de 14 – 16 ºC.
Strago
Como se suele decir por la zona, este vino sería el: ‘Vino de casa de los abuelos’
Strago es el vino de diario de Finca Scintilla. El más parecido al que elaboraban en la zona los abuelos. Está elaborado con un 60% de Mencía y un 40% de Garnacha Tintorera, con uvas que proceden del viñedo que está justo debajo de la bodega.
Strago es un vino que nace mucho antes de la primera añada elaborada por Finca Scintilla, porque ya habitaba antes en los recuerdos de Óscar Rodríguez, memorias del tiempo compartido en la bodega con su abuelo, de los paseos en el viñedo probando uvas para saber si era el momento justo de vendimiar,… Es el vino que recoge y reaviva todas esas enseñanzas y recuerdos familiares.
La vendimia es manual y, después de un viaje de apenas unos minutos, las uvas llegan a bodega, donde, tras un despalillado al 80%, realizan la fermentación alcohólica y maloláctica en depósito de Inox. Crianza posterior, también en inox, de tres meses. De Strago 2019 se han embotellado 1.250 unidades, que previamente han descansado en la cava de la bodega unos 4 meses antes de ver la luz.
A la vista: Presenta un atractivo color de cereza madura, es brillante y tiene una capa media alta.
En nariz: Se presenta franco, frutal, con frutos rojos e hierbas aromáticas y sotobosque y al tiempo presenta la mineralidad que le aportan los suelos graníticos donde crecen las uvas.
En boca: Es muy fresco, frutal, agradable, con esa verticalidad característica que sorprende en la Mencía de estos lares. Mientras que en el postgusto persiste la impresión a fruta, invitándonos a beber otro sorbo.
Si Strago puede calificarse como un placer mundano, su maridaje ideal son esos platos del día a día que nuestras abuelas creaban a partir de un poco de huerta, un tanto de corral, buen fuego de leña y mucho amor. Empanada, cocido, carne o caldeiro, lacón con grelos, embutidos de matanza. Los sabores de siempre donde la tradición se convierte en manjar casero. La temperatura ideal para Strago oscila entre 12 y 14 ºC, pues supone un vino para disfrutar en estado fresco, pero sin llegar a estar frío.
A Teldereta
A Teldereta es elaborado del viñedo más familiar porque lleva más de cuatro generaciones en la familia.
En la elaboración de este vino se seleccionan las uvas que producen los viejos dinosaurios de las variedades tintas de pulpa blanca que resulten más interesantes. Hablamos de la Mencía y Arauxa, que vinifican juntas y con un 20% de raspón. Descuban al terminar la fermentación alcohólica y realizan en limpio la fermentación maloláctica de manera natural. A continuación, se trasiegan y se dejan en depósito de acero inoxidable para que el vino decante de forma natural. Tras el embotellado pasa 6 meses descansando en la oscuridad de la cava.
COMENTARIO FINAL COMO RESUMEN DE LA VISITA:
Podemos decir sin temor a equivocarnos, que visitar esta Bodega Finca Scintilla, es un viaje a la cultura y naturaleza del vino gallego, pero también al “milagro hecho vino” en estos parajes tan singulares y estos viñedos tan complicados de trabajar ubicados en las pronunciadas cuestas de la ribera del Miño.
Personalmente me gusta y admiro a la gente que pone ‘Alma y Pasión’ en lo que hace, reconoce el esfuerzo de sus antepasados y respeta las tradiciones que le han transmitido. Pues bien, eso es lo que ocurre en esta Bodega, porque OSCAR RODRIGUEZ, (quien compagina la actividad vitivinícola con su otra profesión), no solo ha continuado con el legado de sus abuelos y padres, sino que transmite esa pasión a los que vamos a visitarle. Eso es algo grande y muy de agradecer.
Hemos podido compartir con OSCAR una tarde estupenda. Nos encantó el paseo en su Coche que nos dio por toda la zona de sus viñedos, con un espectacular recorrido desde la Finca, pasando por Belesar, A Ermida, etc…, para apreciar de verdad lo que da en llamarse “El Cultivo heroico”, y no es para menos, porque cuando imaginas lo que debe costar trabajar esas viñas con esas pendientes y lo peligroso que puede resultar si no estás muy habituado, solo eso es comparable al trabajo que hicieron los antepasados, (hayan sido los Celtas, los Romanos o los Monjes del Cister), para preparar esos bancales y llevar hasta el sitio la inmensa cantidad de piedra que necesitaron para hacerlos. Por eso (y aunque solo fuera por eso), merece la pena continuar con esta tradición vitivinícola de esta zona, pero es que además, los vinos son una verdadera delicia, y así lo hemos podido comprobar al final en la cata que hicimos con Oscar en es hermoso Salón-Bodega que tiene la Finca y dónde el queso de Chantada, (mejor queso azul de España-2021), los berberechos a la brasa, el jamón, etc.., acompañaron a la perfección con estos magníficos caldos.
MUCHAS GRACIAS POR TODO….
CRDKEN – JMQ
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