Bodega PAGO CARRASCAS (El Bonillo, Albacete)

Categorías: ,

Descripción

‘Vinos de calidad desde El Bonillo. Bodega que es fiel reflejo del terruño y su entorno

Bodegas Carrascas es el sueño hecho realidad de la Familia Payá, que, en 2004, apostó por crear una bodega de excelencia en el suroeste de la provincia de Albacete, entre las comarcas de Campo de Montiel y Sierra de Alcaraz, en el término municipal de El Bonillo.

Rafael Veas (Dctor. Gral y Enólogo)

Aquí, en este ‘terroir’ tan excelente como desconocido, es donde se instaló esta bodega relativamente joven donde la experiencia la pone un equipo humano de primer nivel capitaneado por su Director General y Enólogo Rafael Veas López, todo un referente en el mundo vitivinícola. Y ya sabemos que cuando la pasión se junta con la experiencia y con muchas ganas de trabajar, los resultados suelen llegar a rozar la ‘excelencia’ consiguiendo productos de gran calidad. Carrascas es, por tanto, una bodega joven donde, además de Rafael Veas han participado otros grandes profesionales como el enólogo Ignacio de Miguel, como asesor técnico en la bodega, y José Ramón Lissarrague, como asesor de viñedo y campo.

La hermosa finca de 550 hectáreas, situada a algo más de 1000 metros de altitud, conforma un paisaje espectacular donde el horizonte se pierde en la lejanía, los azules cielos castellano-manchegos configuran una bóveda, el tomillo, la vid y el romero perfuman el aire, árboles como sabinas milenarias y carrascas centenarias (que dan nombre a la finca) decoran los campos y la fauna de águilas, conejos, avutardas, ciervos y jabalíes pueblan el entorno y se detienen a beber en el río Pinilla. Ciertamente esto es un verdadero paraíso manchego por descubrir.

En esta maravilla natural, 55 hectáreas están dedicadas al cultivo de la vid. El resto son preciosos almendros, pistachos y campos de cereales. Por eso, nos referimos a una pequeña producción (la primera cosecha que salió al mercado creo que fue en 2012), selecta, exclusiva, diferenciada, donde la calidad y el mimo a la hora de tratar la uva es fundamental para ‘crear’ muy buenos vinos, tanto en variedades blancas, Viognier o Chardonnay, como en tintas, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot o Syrah. Y, decimos lo de ‘crear’ porque esto es lo más parecido a lo que ocurre en Bodegas Carrascas. Por su estilo de elaboración y su filosofía, en las que la alta calidad no se entiende sin un control estricto de todas las técnicas de producción (como las podas de invierno, por poner un ejemplo…), hacer vino en esta bodega es algo especial, artesanal, casi de autor, donde prima la calidad, exclusividad y personalidad a la cantidad.

Con esta creación de uva sana y madura, consiguen extraer un gran mosto para elaborar vinos especiales, que contienen en sus botellas toda la sensibilidad del terruño. Un proceso que va, de la mano del hombre, desde el viñedo, desde la vid desnuda en origen, hasta la bodega. Esta se encuentra, dentro del viñedo, lo que es otra de las particularidades de Carrascas porque todo el proceso se realiza en la finca, desde el cultivo hasta la propia elaboración.

Este magnífico y exquisito proyecto, que como decimos nació en 2004, fue ideado por un gran soñador llamado Pepe Payá, un enamorado del campo, y por su hija Amelia, arquitecta responsable del diseño y construcción de la bodega, que conforman un vanguardista, encalado y elegante, a la vez que sobrio edificio, de interiores amplios y funcionales, donde elaboran grandes vinos, ciertamente exclusivos, sutiles y artísticos. Incluso con mucha poesía, como demuestran con los versos que lleva cada botella, que sin importar el orden, hablan del terruño, de los viñedos, de las historias de la tierra y de la bodega.

La bodega en si misma está construida siguiendo unas líneas vanguardistas en pleno centro de los viñedos. Ocupa una superficie diáfana de 2600 metros cuadrados y en ella se pueden ver los trabajos que se realizan en cada momento. El edificio está diseñado de una manera práctica, para generar un flujo adaptado a la elaboración de cada vino. Se divide en dos plantas:

  • La planta baja se dedica a la recepción de la uva. En ella también se encuentra la cámara frigorífica donde se controla la temperatura de los racimos y toda la maquinaria para la obtención del mosto. El trasiego del mosto se realiza por gravedad a través de toda la bodega.
  • En el sótano está la zona de elaboración y crianza. Estamos en una estructura de hormigón para preservar la temperatura y la humedad de forma constante y así asegurar que el vino no recibe ninguna alteración en su elaboración.

La uva entra directamente a la bodega desde el viñedo, donde a 8 metros bajo tierra (Carrascas es una bodega subterránea) se procede a su procesado. Esta útil configuración que permite la elaboración bajo tierra permite preservar la temperatura y la humedad de forma constante durante todo el año (de 12 a 16ºC). Los vinos blancos se localizan en depósitos de elaboración de acero inoxidable de 5.000 litros de capacidad y los tintos en madera de roble francés de 8.000 litros. Los caldos más complejos de crianza de la Bodega se elaboran en barricas de roble francés.

Esta autenticidad, esta sensibilidad y cariño al realizar las tareas de bodega, lo hacen también primero al tratar el terruño con gran respeto por la naturaleza.

El clima de estas tierras es totalmente continental, aunque con fuertes influencias mediterráneas y con temperaturas bastante extremas en muchas ocasiones. En invierno (12-14ºC bajo cero) y en verano (35-40ºC), con importantes gradientes de temperatura entre la noche y el día, (más de 15ºC). Esta climatología favorece mucho y es que le viene estupendamente bien a la uva: su lenta, suave y larga maduración, ayudada, además, por un suelo arcilloso-calcáreo y unas cepas en espaldera (2.600 cepas/hectárea) que recogen los rayos del sol directamente, lo que aporta la buena complejidad aromática al fruto, necesaria para obtener la máxima calidad de la uva.

Si las condiciones ambientales son importantes, no lo son menos los procesos de producción. La poda de invierno donde se busca una productividad muy pequeña en las cepas, las podas en verde o la perfecta elección del día exacto de la vendimia, (suele ser habitualmente entre finales de agosto y principios septiembre), que se decide por la cata de uva directamente en la viña. También la vendimia que se hace manualmente porque ello aporta la selección idónea de parcelas y racimos, y que por ello solo las mejores uvas entran en la bodega, gracias a un cuidadoso proceso de selección, en el que se recoge la uva en cajas pequeñas de no más de 10 kilos para preservar la exclusividad de esta baja producción y manteniendo siempre las temperaturas controladas en todo momento.

Todo esto es lo que al final, produce esos vinos tan elegantes y exclusivos, con mucha personalidad y largo “recorrido”, porque en Bodega Carrascas saben perfectamente que “el sabor de un buen vino debe quedar en boca por largo tiempo”. Es lo que realmente aprecian los clientes de esta bodega, que además de en España tienen también en otros países de Centroamérica, Centroeuropa (Suiza, Bélgica…), Estados Unidos, Colombia, Venezuela, México y otros.

LOS VINOS:

Como alguien los definió una vez, “cada vino de esta bodega es un nuevo verso, que se expresa en sus botellas”. Son Vinos muy meditados, con una clara apuesta por la excelencia, “siguiendo un concepto de vinos de pago”.

Seguramente y como muy bien dijo en un bonito escrito sobre esta bodega, ALICIA GOMEZ MUÑOZ, (de Actual Gastro), gran apasionada del mundo de la gastronomía, los viajes y las nuevas tecnologías:

Cada botella ha pasado a denominarse como un verso, y la bodega es el poema completo hecho de las historias que contemplan estas viñas. El resultado es un conjunto de versos con el nombre de cada vino, que funcionan solos, aunque unidos, en cualquier orden, originan una auténtica poesía. A su vez, cada uno transmite una personalidad distinta que puede representar a los distintos vinos con los que cuenta Carrascas. El poema completo sería: La torpe avutarda descansa, El tomillo y el viento bailan, Al cobijo de una gran sabina, Y solo cuando el río calla, Una sombra de ciervo avanza, Mientras cubre la luz tardía”.

Queda claro, por tanto, cuales son estos vinos: El Tomillo y el Viento Bailan, Carrascas Blanco, La Torpe Avutarda Descansa, Solo cuando el río calla, Al cobijo de una gran sabina, Reserva de familia selección blanco y Reserva de familia selección tinto. Son vinos con los que buscan destacar entre los paladares más exigentes a través de la exclusividad.

El tomillo y el viento bailan

Variedades: Viognier 100%

Grado de Alcohol: 13,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 7 – 9ºC.

Vendimia manual con selección de racimos en viña. Luego, tras el despalillado se realiza la selección de uvas sometiéndose a un estrujado suave y un prensado en atmósfera inerte con una leve maceración en frío en la propia prensa. Posteiormente, el mosto se somete a un proceso de desfangado y de fermentación a baja temperatura en pequeños depósitos de acero inoxidable. Por último, tras el deslío para separar las lías gruesas, la crianza sobre lías finas se realiza durante seis meses, también en depósitos de acero inoxidable.

A la Vista: Presenta un luminoso color amarillo pajizo, limpio y muy brillante.

En Nariz: En nariz destaca por sus aromas nítidos frescos y limpios que recuerdan a flores blancas y frutas de hueso.

En Boca: Su punto fuerte está en la boca, donde tiene una entrada fácil y realmente placentera que se vuelve grande en el centro y se va seco, dejando un post gusto largo y muy agradable.

Es un vino que acompaña bien todo tipo de marisco y pescados. También buenos arroces, platos de pasta, pizzas, aves, carne blanca, así como una buena selección de quesos y embutidos suaves.

Y solo cuando el río calla

 

Variedades: Chardonay 100%.

Grado de Alcohol: 13,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 8 – 10ºC

Se trata de un vino elaborado como se hacen los grandes blancos de Borgoña. Vendimia completamente manual y justo en su plena maduración, cuando lo marca la cata de uva. Maceración en frío durante varias horas, y solo el primer mosto pasa a barricas de roble francés nuevas. Aquí fermenta y continua su crianza sobre las lías en barricas nuevas de roble francés durante un mínimo de 9 meses, hasta que la cata continuada decide que ha llegado el momento de pasar a botella.

A la Vista: Presenta un hermoso color amarillo pajizo con tonos verdosos y bordes dorados.

En Nariz: En nariz resulta un tanto complejo, con fruta blanca, manzana verde y melón con notas cítricas y recuerdos de panadería, sobre un ligero fondo tostado de maderas nobles.

En Boca: La entrada en boca es muy untuosa, con cuerpo y buena acidez, con notas de fruta madura y recuerdos muy frescos de pomelo que le proporciona un ligero punto de amargor. Largo final con aromas tostados.

Ideal para acompañar pescados, moluscos y mariscos. También carnes blancas, arroces y pasta, así como quesos suaves.

La torpe avutarda descansa

Variedades: Tempranillo y Syrah.

Grado de Alcohol: 14% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC.

Vino tinto elaborado en un perfecto ensamblaje con las variedades Syrah y Tempranillo, procedentes de cepas de más 15 años plantadas en suelos arcilloso-calcáreos. Vendimia manual en cajas de 10 kg y doble selección. Maceración y fermentaciones en depósitos de acero inoxidable y con una posterior crianza en barrica de roble francés durante 12 meses.

A la Vista: Presenta un bonito color rojo cereza con ribetes morados.

En Nariz: En nariz destaca por su aroma agradable y franco en el que se entremezclan notas frutales de ciruela, grosella, guinda en licor y cereza, con aromas minerales de arcilla, caliza, grafito y buena madera noble.

En Boca: Tiene buena entrada en boca, con recuerdos golosos, monte bajo y cacao. Es pulido en su final, manifiesta una amplia estructura que nos avisa de una buena y larga evolución en botella.

Es un vino que armoniza a la perfección con embutidos, foie’s y quesos semicurados y curados. También con platos de pasta y arroces, al igual que con pescados grasos, carnes de ave y platos de verduras con carne.

Al cobijo de una gran sabina

Variedades: Merlot y Cabernet Sauvignon.

Grado de Alcohol: 14% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 14 – 16ºC.

Se trata de un elegante vino tinto elaborado en un perfecto ensamblaje con las variedades Cabernet Sauvignon y Merlot, procedentes de viñedos con cepas de más 30 años plantadas en suelos arcilloso-calcáreos. Vendimia manual con selección racimo a racimo, y llevados inmediatamente a bodega en cajas de 10 kg para asegurar la integridad del fruto, donde se mantiene en cámara frigorífica durante 24 horas. Al día siguiente se hace una segunda selección de racimos y después del despalillado, selección de uva en mesa, seguido de un estrujado muy suave y encubado en tinas de madera de roble francés para fermentar. Largas maceraciones para extraer lo mejor de cada uva. Crianza en barricas nuevas de roble francés durante 15 meses, con ensamblaje de ambos vinos en un periodo intermedio y crianza en botella para afinar antes de salir al mercado.

A la Vista: Presenta un hermoso color rojo picota de alta capa.

En Nariz: En nariz destaca por su gran intensidad aromática y alta complejidad, con recuerdos de fruta negra del bosque, ciruelas y cerezas maduras, moras, pimienta negra y pan tostado con toques minerales.

En Boca: En boca resulta carnoso, con volumen y pleno de sabor. Mucha fruta negra madura con taninos marcados y bien pulidos. Buen equilibrio, largo en boca y gran persistencia.

Ideal para acompañar con carnes rojas, carnes de caza, asados, guisos y estofados, embutidos, ahumados y quesos curados.

Carrascas Reserva de Familia-Selección

Variedades: Merlot 100%.

Grado de Alcohol: 14% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 15 – 17ºC

Estamos ante un vino un tanto especial, selección de la familia, que está elaborado con uvas de la variedad Merlot procedentes de viñas viejas plantadas en suelos arcilloso-calcáreos. Vendimia completamente manual racimo a racimo que son llevados rápidamente a la bodega en cajas de 10 kg para asegurar la integridad del fruto. Se mantienen durante 1 día en cámara frigorífica a baja temperatura. Al día siguiente se hace una segunda selección de racimos y después del despalillado, se hace en mesa otra selección de la uva, seguido de un estrujado suave y encubado en tinas de madera de roble francés para fermentar. Largas maceraciones para extraer lo mejor de cada uva. Crianza en barricas nuevas de roble francés durante un mínimo de 18 meses y reposo final en botella para ampliar su crianza y afinarlo antes de salir al mercado

A la Vista: Presenta un hermoso color precioso e intenso color rubí con ribetes teja. De capa alta

En Nariz: En nariz se abre suavemente y regala un amplio abanico de aromas y matices. Mucha fruta roja (ciruela roja y grosella) madura, con notas de cáscara de naranja, guinda en licor y unas delicadas notas especiadas, tostados y tabaco propias de su crianza con toques minerales.

En Boca: Muy buena entrada en boca, seco y sedoso, a pesar de su concentración y mezcla de frutas. Elegante al irse.

Es un gran vino con muy buena guarda, recomendable abrirlo con antelación y decantarlo para disfrutar con él cualquier momento especial.

NUESTRO COMENTARIO FINAL COMO RESUMEN

Es bien claro, y así lo hemos podido comprobar, que Bodegas Carrascas apuesta por un futuro sostenible basado en tradición y también en innovación y en una total integración en la naturaleza, a través de un proyecto basado en el máximo respeto al entorno, con una actividad que repercuta lo menos posible en el medio ambiente. Según te vas introduciendo en la finca, vas notando todo eso en cada paso que das y al acercarte a la bodega ya ves su arquitectura perfectamente adaptada al paisaje, coronada por una buena instalación solar fotovoltaica colocada en las cubiertas de la propia bodega y con una buena orientación sur. Las placas ahí instaladas les permiten cubrir un importante porcentaje de las necesidades energéticas que precisa la bodega para su buen funcionamiento, además de disminuir la emisión de CO2 a la atmósfera.

Esta es, sin duda, una de las mejores opciones para mantener el suministro energético estable, lo que proporciona una mayor independencia a la hora de conseguir la electricidad, permitiéndoles a la vez, ser más sostenibles.

Por otro lado, los conceptos que definen aquí el trabajo de todo el equipo están perfectamente diseñados y marcados con mucho criterio: la integración con la finca, la optimización de recursos con consumos razonables de agua, el ahorro energético con el uso responsable de la luz eléctrica y el mayor aprovechamiento posible de la propia luz del día, que junto a mínimas intervenciones en los suelos y al silencio, son ejemplos de la filosofía que les guía y que no es otra que “ser parte de la naturaleza para poder trabajar con ella y que esta responda en cada añada con los mejores frutos”.

¿Y qué decir de estos ‘VINOS POETICOS’ que transmiten fuertes sensaciones? Pues que nos han encantado, porque no podemos decir otra cosa. Al igual que el trato recibido, porque ya hasta por teléfono hablando con Margarita, yo tenía muy claro que esta visita sería realmente agradable y muy instructiva. MUCHAS GRACIAS POR TODO….. Eso sí, me queda pendiente una buena conversación con RAFAEL VEAS, persona a la que da gusto escuchar, primero porque sabe mucho de esto, y segundo porque aún mejor es como lo transmite. ASÍ QUE VOLVEREMOS…

 

CRDKEN – JMQ

Valoraciones

No hay valoraciones aún.

Sé el primero en valorar “Bodega PAGO CARRASCAS (El Bonillo, Albacete)”

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *