Bodega PUNTA DE FLECHA (El Álamo, Madrid)

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Descripción

“TODO UN TESORO VITIVINÍCOLA EN MADRID”

La Bodega PUNTA DE FLECHA, (nombre curioso para una bodega, pero que como luego veremos, tiene su significado), se encuentra en la localidad de El Álamo, bonito pueblo de la Comunidad de Madrid, a unos escasos 40 Km de la capital en dirección Suroeste y a tan solo 8 Km de Navalcarnero por la Carretera M-404.

Alejandro López Martín (Alex) – Propietario

Este es un ilusionante proyecto que nace en el año 2009 de la mano de un joven atrevido y soñador, Alejandro López Martín, queriendo recuperar una antigua tradición familiar instaurada en esta zona durante generaciones y que estaba olvidada. Alejandro, que había estudiado viticultura y enología en la Universidad Politécnica de Madrid, tomó en 2009 la decisión de preservar y dar continuidad a ese magnífico viñedo heredado de su abuela Mercedes, plantado con Garnacha Tinta en 1940 en su pueblo natal de Serranillos del Valle. Lo cierto es que fue ahí donde comenzó su aventura, al principio haciendo su primer vino en un garaje y después, (ya más en serio), acondicionando la casa familiar de su abuela para convertirla en improvisada y provisional bodega. Algo que tuvo que desechar poco tiempo después por unas incomprensibles razones burocráticas, ya que cuando pidió la licencia de apertura de la bodega, el Ayuntamiento se la tuvo que denegar por la existencia de una antigua reglamentación que prohíbe la actividad bodeguera en Serranillos del Valle….. (¿¿???).

Esto solo dejaba 2 caminos a Alejandro, o bien abandonaba su idea bodeguera, o se buscaba otra localidad para, al menos, intentar hacer realidad su sueño. Como él no quería irse muy lejos de sus viñedos, encontró cobijo en el vecino pueblo de El Álamo y alquiló una de las naves de la antigua Cooperativa Nuestra Señora de La Soledad para instalar ahí lo que es hoy la Bodega Punta de Flecha. Igual es bueno recordar la importancia Bodeguera que tuvo El Álamo en tiempos pasados, donde esta Cooperativa elaboraba más de siete millones de litros de vino cada año.

Estamos por tanto, ante una bodega pequeña y familiar que se erige como un baluarte de la viticultura tradicional y ancestral en la Comunidad de Madrid; por eso su corta historia está intrínsecamente ligada a la preservación del patrimonio vitivinícola local, que, según parece, se vio amenazado por el auge de la construcción tras el desarrollo urbanístico que arrasó con gran parte del patrimonio vitivinícola de esta comarca. Concretamente ese viñedo viejo de la abuela Mercedes en Serranillos del Valle, era como una ‘joya a cuidar’ por ser considerado como el último que quedaba en la localidad. Este hecho, unido después al de otros viñedos que poco a poco ha ido recuperando Alejandro en la comarca, le confiere un valor aún mayor, al tratarse de puros vestigios de la gran tradición vitivinícola de esta zona en tiempos pasados y que ahora Alejandro y su bodega quieren rememorar.

Cierto es que la bodega no dispone de grandes extensiones de viñedo porque trabajan con parcelas pequeñas que tienen ubicadas en diferentes localidades, como Batres, Cubas de la Sagra, Serranillos del Valle, Navalcarnero y El Álamo en la provincia de Madrid; y otras ya en la provincia de Toledo, (aunque igualmente cercanas), como Carranque. En total me parece que no supera las 7 hectáreas, entre viñedos propios y otros subarrendados a propietarios locales; pero que todos ellos son trabajados, (la mayoría han tenido que ser recuperados), por Alejandro y su familia.

Por destacar alguno de ellos:

Foto del Archivo de la Bodega

VIÑA DE BATRES: Con un viñedo de Garnacha plantado en secano hace más de 60 años sobre suelo arenoso.

Foto del Archivo de la Bodega

VIÑA DE SERRANILLOS DEL VALE: Viñedo de Garnacha muy antiguo, (el último de la localidad), cultivado al estilo tradicional y tratado de forma totalmente natural sin ningún tipo de agroquímico.

Foto del Archivo de la Bodega

VIÑEDO DE NAVALCARNERO: Un viñedo plantado en 1940 a pie franco, de un clon de variedad Garnacha con más de 100 años, que está ubicado en una colina solariega. Dice Alejandro que es uno de sus viñedos más significativos y del que obtienen sus mejores vinos.

Foto del Archivo de la Bodega

VIÑA DE CARRANQUE (Toledo): Viñedo de variedad Garnacha plantado en 1958 muy cerca del rio Guadarrama. Su gran suelo arenoso y muy profundo produce una uva magnífica que aporta gran complejidad en los vinos. Tal como comenta Alejandro:

“Es otra de nuestras ‘Joyas ocultas’ y con esta parcela hacemos dos de nuestros vinos: El 13 Puntas, (maceración carbónica) y el Lacarmela, (crianza en roble americano durante 12 meses)”.

Fotos del Archivo de la Bodega

Todos los viñedos son de ‘baja producción’, que suele rondar los 700 – 900 Kg como mucho por hectárea, y para su cuidado siguen una línea de trabajo bastante clara y acertada, que está centrada en el máximo respeto de la planta y del entorno que la rodea. Son tremendamente escrupulosos en dedicar una esmerada fidelidad a los ritmos del viñedo, gracias a la observación sistemática y a la experimentación en el mismo para poder cubrir, de la mejor forma posible, sus necesidades y características; y a su tratamiento a partir de fermentados y decocciones de diversas plantas obtenidas en los mismos alrededores de las parcelas, como son la ortiga, la cola de caballo, la caléndula y la manzanilla. No suelen abonar los viñedos y cuando lo hacen utilizan esas mismas plantas y en contadas ocasiones pueden emplear, como complemento, pequeñas aportaciones de estiércol animal, fundamentalmente de caballo, cabra y oveja. Lo escenifica muy bien Alejandro cuando hace estas mezclas de ‘compost’ y también cuando lo explica diciendo:

“La biodiversidad es algo muy importante que debemos proteger y conservar para que las futuras generaciones sigan disfrutando. Y para nosotros tener los viñedos libres de tóxicos, lo es aún más porque con ello contribuimos a su conservación y eso es ¡Salud para todos!”.

Por supuesto, que cada viñedo se vinifica por separado. La vendimia, a veces nocturna, es completamente manual, con una primera selección de los racimos en la propia viña. Ya en la bodega, la uva seleccionada se elabora de forma individual con las levaduras autóctonas de cada paraje, preservando de esta forma la identidad de cada viñedo; y el vino se obtiene, sin usar ningún tipo de química enológica en su proceso de elaboración en bodega. Además, apuestan por una producción artesanal, cuidando cada detalle del proceso de elaboración de los vinos y empleando diferentes técnicas, (la mayoría ancestrales), tratando de conseguir que los vinos transmitan toda la esencia del magnífico terruño del que proceden. Por eso cada proceso lleva un cuidadoso y esmerado trabajo manual, lo que garantiza la máxima calidad y también el respeto por la tradición y por supuesto cuidando en todo momento el medio ambiente. En palabras de Alejandro:

“Para las elaboraciones en bodega solo utilizamos levaduras de los propios viñedos y como hacían nuestros antepasados, seguimos los ritmos de la luna en los diferentes trabajos, aprovechando las bajas temperaturas de los fríos del invierno para clarificar de manera natural los vinos”.

Esto es algo que me encanta y me llamó mucho la atención, porque me trajo a la memoria recuerdos de mi niñez en el pueblo cuando mis abuelos, que (tanto por parte de madre como de padre) tenían viñedos para consumo propio, utilizaban para su cultivo lo que más tarde descubrí que se llamaba el ‘Calendario Cósmico’, con el que se regían, (al igual que hacen aquí), para hacer las labores del campo. Sencillamente lo hacían para ‘aprovechar las mejores influencias de la luna y las estrellas sobre la viña y el vino’.

Con todo ello, deduzco y es apreciación mía, que el OBJETIVO de Alejandro en su bodega lo tiene más que claro: Elaborar grandes vinos que gusten al que se lleve una botella a su mesa y que los disfrute copa a copa, los recuerde y vuelva a repetir. Pero siempre basado en una filosofía de trabajo que se centra en un respeto total al medio, tanto en el campo como en la bodega. Es así como seguirán haciéndonos disfrutar con sus vinos por mucho tiempo.

Como ya hemos dicho, la principal variedad de uva cultivada en Punta de Flecha es la Garnacha Tinta para sus vinos tintos y el rosado. Esta uva tinta es ampliamente cultivada en España y se adapta muy bien al clima de la región de Madrid. También tienen algo de Negral, (que es como se conoce en Madrid a la uva Garnacha Tintorera, tan abundante en la zona de Almansa, Alicante o Yecla). Y en cuanto a los blancos, cultivan la variedad Malvar, (también muy característica de la región de Madrid), con algo de Moscatel de Grano Menudo y Airén.

Ya ha quedado clara la convicción de Alejandro y sus colaboradores en cuanto a sus principios que se caracterizan por esa forma de cultivo tradicional y completamente natural, (aunque en la bodega no quieren abusar de esta expresión). Pero además este apego a las tradiciones lo extienden también a la elaboración de los vinos en bodega, con métodos como la maceración carbónica, la sobremadre, la utilización de recipientes pequeños para las fermentaciones, con depósitos de acero inoxidable y tinajas de barro con más de 200 años de antigüedad, o las barricas de roble y las propias tinajas de barro para la crianza. Esta combinación de métodos y materiales, añaden complejidad y matices diferentes capaces de aportar unas características únicas y especiales a los vinos que elaboran.

 

LOS VINOS:

Con toda nuestra buena voluntad, hemos intentado en este escrito, (nos gustaría haberlo conseguido), dejar bastante claro que la característica más destacada de esta Bodega Punta de Flecha es la elaboración tradicional y natural en todos sus vinos. Pero también la utilización, (como variedad predominante), de una uva tan autóctona de Madrid, como es la Garnacha Tinta, (Garnacha Negra como suelen llamarla por aquí). Esta variedad aporta a los vinos elegantes aromas a frutas rojas maduras (fresas, frambuesas), notas especiadas y un carácter cálido que los hace agradables y también diferentes. Además, permite elaborar, tanto vinos jóvenes y frescos, como vinos más complejos y estructurados, permitiéndoles mostrar la tipicidad y expresión del terruño del que proceden.

Igualmente destacable, es la alta graduación alcohólica en la mayoría de las referencias de los vinos tintos de Punta de Flecha, (15% vol.), pero que para nada desequilibra el conjunto, lo que sugiere vinos con muy buena maduración y una gran concentración, algo importante que les va a permitir poder tener muy buena guarda.

Pero no solo eso, porque como muy bien dicen en la bodega cuando hablan de sus vinos: “Nuestros vinos son ¡solo uva!, sin añadido alguno, siendo esta la identidad más pura de lo que hacemos. Tan solo hacemos vinos y cuanto más naturales, mejor”.

Pureza absoluta y apego a la tradición es, por eso, lo que mejor define los vinos Punta de Flecha, siendo también características distintivas de la propia bodega.

Conocemos de esta bodega hasta 9 referencias diferentes de los vinos que elaboran. Eso sí, las producciones de cada una de ellas son cortas y en alguna de sus añadas, escasas, por lo que no siempre es posible probarlos todos. La producción total, por el momento, suele rondar las 8.000 botellas/añada sumando todas las referencias. Se reparten en:

Blancos: LUBA, LAS MADRES, MANTUA y VELO DE LUBA, cuya principal variedad es Malvar, a veces con algo de Airén. Y ATEL, con uva Moscatel.

Rosado: VINOLETA, elaborado con una Garnacha especial de cepas viejas.

Tintos: PUNTA DE FLECHA, LACARMELA y 13 PUNTAS. Todos ellos con la variedad Garnacha Tinta, en diferentes tipos de elaboración.

La tendencia natural e inquieta de Alejandro le lleva a estar en continua evolución y probando cosas nuevas, como algún espumoso que tiene en fase experimental o un riquísimo ‘Vino Dulce’ de Garnacha que hemos tenido ocasión de catar.

Como siempre, de algunos de ellos daremos más detalles a continuación:

PUNTA DE FLECHA – LUBA

Variedades: Malvar y Airén.

Grado de Alcohol: 12,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 7 – 10ºC.

LUBA es un vino blanco tranquilo natural, que está elaborado por la Bodega Punta de Flecha con las variedades Malvar y Airén procedentes de viñedos con cepas viejas situados la zona suroeste de Madrid. Vendimia manual seleccionada. Maceración con las pieles y fermentación 100% con las pieles en depósito de acero inoxidable. Clarificación natural por frío sin utilización de agentes externos. Sin duda es una buena muestra de lo que significa una vinificación natural, muy representativa de esta bodega.

A la Vista: Presenta un hermoso color amarillo paja con suaves tonos verdosos y dorados. Limpio y brillante.

En Nariz: En nariz muestra aromas de fruta de hueso como albaricoque, higos verdes y toques herbáceos.

En Boca: En boca es un vino muy fresco y frutal, con una vibrante acidez. Buena amplitud y paso suave y con un final, no muy largo, pero que deja una sensación bastante agradable.

Se trata de un vino blanco tranquilo ideal para acompañar con entrantes, frutos secos, frituras, mariscos y pescados. También con arroces marineros, verduras, pates, foie, pasta y quesos suaves y cremosos, (incluso con queso azul).

PUNTA DE FLECHA – Las madres

Variedades: 100% Malvar.

Grado de Alcohol: 12,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 7 – 11ºC.

Este vino LAS MADRES, está elaborado de manera natural por la Bodega Punta de Flecha con uvas seleccionadas de la variedad Malvar, procedentes de viñedos viejos. Vendimia manual seleccionada y elaboración completamente artesanal y ancestral con una fermentación “sobremadre” (forma típica de elaborar vinos en Madrid). Una vez terminada la fermentación el vino se deja macerar con las pieles durante 180 días, clarificando por decantación mediante los fríos del invierno hasta que se produce su embotellado.

A la Vista: Presenta un bonito color dorado con tonos verdosos y bordes oscurecidos. Limpio y brillante.

En Nariz: En Nariz muestra aromas de fruta blanca y de hueso, con notas de hierba fresca y toques cítricos.

En Boca: En boca es complejo, untuoso, fresco, agradable y fácil de beber, con unos marcados sabores a pera y melocotón. Acidez moderada y final elegante, no muy largo, que deja un poso ligeramente amargo

Es un vino que armoniza bien con pescados blancos, mariscos, arroces marineros, sushi, patés, risottos, verduras, quesos suaves, carne blanca y carnes de ave.

PUNTA DE FLECHA – Velo de Luba

Variedades: Malvar y algo de Airén.

Grado de Alcohol: 12,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 8 – 11ºC.

Este VELO DE LUBA, es un vino blanco natural elaborado por la bodega Punta de Flecha con uvas seleccionadas de la variedad Malvar, con un pequeño porcentaje de Airén. Son uvas procedentes de un viñedo plantado en 1958 en suelos arenosos que proceden de la descomposición granítica de la sierra y situado en las estribaciones del Parque Regional del Guadarrama. Es una parcela de secano recuperada, con un marco de plantación de 3 x 3. Vendimia manual seleccionada y elaboración tradicional con fermentación 100% con las pieles, prensado y criado bajo un velo de flor espontáneo en tinajas de barro de más de 200 años, durante un mínimo de 9 meses.

A la Vista: Presenta un bonito e intenso color dorado con tonos verdosos y ribetes tirando a ocre. Limpio y brillante.

En Nariz: En nariz muestra aromas de fruta de blanca y de hueso con notas de frutos secos y toques herbáceos y especias.

En Boca: En boca es un vino seco, elegante y frutal. Buena acidez y paso suave y untuoso y con un final bastante largo que vuelve y deja un poso agradable y mineral.

Es un vino blanco que va bien para acompañar con entrantes, frutos secos, frituras, mariscos, pescados, arroces marineros, verduras, pates, foie, pasta, sushi, ibéricos y queso azul. Y también con los postres.

PUNTA DE FLECHA – ATEL

Variedades: 100% Moscatel de Grano Menudo.

Grado de Alcohol: 14% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 9 – 11ºC.

ATEL es un vino blanco dulce-seco elaborado por la Bodega Punta de Flecha con la variedad Moscatel de Grano Menudo, procedente de un viñedo plantado en 1970 y situado en Navalcarnero (Madrid). Vendimia manual seleccionada y elaboración artesanal que tiene una fermentación con sus pieles y crianza en tinajas de barro con más de 200 años, en las que permanece durante 1 año bajo un velo de flor espontáneo. Posteriormente se pasa a depósito de acero inoxidable dónde permanece otro año y una vez embotellado reposa 1 año más en botella. Tiene una producción limitada (600 – 700 botellas) y numerada.

A la Vista: Presenta un bonito color dorado con ribetes ámbar. Limpio y brillante.

En Nariz: En nariz muestra aromas a frutos secos (avellana), con notas florales y toques especiados.

En Boca: En boca es dulce pero seco, potente y complejo. Muestra buena acidez, aunque mantiene el equilibrio y un final muy largo y persistente que deja un retrogusto ligeramente amargo con cierto toque de pimienta.

Es un vino que va bien con tapas y entrantes, ibéricos, quesos, frutos secos, foie, fritura de pescado, mariscos a la plancha, ceviches, arroces, verduras y pasta.

PUNTA DE FLECHA – Vinoleta

Variedades: Garnacha 100%.

Grado de Alcohol: 15% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 7 – 10ºC.

VINOLETA es un vino rosado joven elaborado por la Bodega Punta de Flecha con la variedad Garnacha Negra, procedente de viñedos antiguos (de 1940 o antes), recuperado por Alejandro López en las localidades de Batres y Serranillos del Valle, al suroeste de Madrid y cultivado de manera totalmente natural. Vendimia manual seleccionada y elaboración mediante prensado directo con una fermentación en depósitos de acero inoxidable durante 30 días. Es un vino de producción limitada, (no supera las 500 botellas/añada), y numerada.

A la Vista: Presenta un hermoso color rosa-amarillento, (a veces difícil de definir), con bordes ligeramente oscuros. Limpio y brillante.

En Nariz: En nariz muestra aromas frescos de fruta roja como grosella y fresas, incluso notas de granada con suaves toques florales.

En Boca: En boca es suave y refrescante. Deja notar la fruta roja ya detectada en nariz. Es untuoso y envolvente, con buena acidez que equilibra su grado alcohólico y con un final largo y agradable, con cierto poso mineral.

Se trata de un vino bastante versátil y gastronómico que encandila solo con verlo en la copa. Va bien para tomar solo como aperitivo, pero que igualmente armoniza a la perfección con todo tipo de platos de la cocina mediterránea, (arroces, pasta, verduras, pescados, mariscos, carnes blancas, embutidos, quesos, etc..) y también asiática.

PUNTA DE FLECHA – 13 PUNTAS

Variedades: 100% Garnacha.

Grado de Alcohol: 15% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 12 – 14ºC.

Este vino 13 PUNTAS es un vino tinto joven elaborado por la Bodega Punta de Flecha con la variedad Garnacha Negra, procedente de viñedos de unos 50 años plantados a una altitud de 670m, sobre suelos arenosos en la zona de Carranque (Toledo), al suroeste de Madrid. Con una vendimia manual seleccionada cuando la uva está muy madura, (alguien lo llegó a definir como una verdadera “obra maestra de la Maceración Carbónica”). Fermenta en depósitos de acero inoxidable en los que permanecerá, una vez realizada la maloláctica, afinándose durante 6 meses, ya que no tiene paso por barrica.

A la Vista: Presenta un bonito color rojo picota con reflejos violáceos. Limpio y brillante

En Nariz: En nariz destacan aromas frutales de frambuesa y cerezas, con suaves notas cítricas y toques herbáceos, hinojo y laurel.

En Boca: En boca es suave y fresco, equilibrado y voluminoso. Buena acidez y paso frutal. Taninos suaves bien integrados y con un buen final, bastante largo y persistente con un cierto retrogusto dulce que pudiera ser regaliz.

Se trata de un vino fresco que va muy bien para acompañar con tapas y entrantes. Además, armoniza bien con todo tipo de carnes, (ternera, cerdo, ave, conejo, etc..), barbacoas, guisos, arroces, pescado azul, embutidos y quesos semicurados.

PUNTA DE FLECHA – Lacarmela

Variedades: 100% Garnacha.

Grado de Alcohol: 14,5% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 14 – 16ºC.

LACARMELA es un elegante vino tinto elaborado con la variedad Garnacha Negra proveniente de viñedos con cepas viejas recuperadas del abandono por la Bodega Punta de Flecha en la zona de Serranillos del Valle (Madrid). Vendimia manual, con una esmerada selección del producto y elaboración tradicional con fermentación durante unos 30 días en pequeños depósitos de acero inoxidable; prensado y crianza posterior durante un mínimo de 12 meses en barrica de roble americano y/o francés, con un reposo final en botella de otros 10-12 meses más. Como bien dicen en la bodega: “Es un vino que refleja la riqueza del pasado y la promesa del futuro”.

A la Vista: Presenta un hermoso color picota, con buena capa y ribetes granate. Lágrima densa. Limpio y brillante.

En Nariz: En nariz muestra aromas de fruta muy madura, con suaves notas torrefactas y especias y ligeros toques balsámicos.

En Boca: En boca es un vino complejo, donde las viejas cepas de Garnacha ofrecen una refrescante acidez, sobre un fondo balsámico con recuerdos de especias dulces y tostados de buena madera. Taninos muy bien integrados y con un final largo y persistente que deja un elegante retrogusto dulce y frutal.

Un buen tinto de crianza que deja constancia de la resiliencia de la naturaleza y el arte de la buena vinificación que realizan en la bodega. Igual por eso es un vino muy gastronómico que armoniza a la perfección con carnes rojas, de caza, asados, pescados grasos, todo tipo de guisos, ibéricos y quesos curados. También con el chocolate.

PUNTA DE FLECHA – Garnacha

Variedades: 100% Garnacha.

Grado de Alcohol: 15% vol.

Temperatura de Servicio: Recomendamos servir entre 13 – 15ºC.

PUNTA DE FLECHA-Garnacha es un vino tinto natural elaborado por la Bodega Punta de Flecha con la variedad Garnacha Negra procedente de viñedos recuperados, con cepas viejas a pie franco plantadas sobre suelo arenoso profundo. Vendimia manual seleccionada y elaboración tradicional con una fermentación de 30 días en tinaja de barro con levaduras autóctonas del propio viñedo. Crianza posterior de 11-12 meses en barrica de roble americano y otros 8-10 meses más de reposo en botella antes de salir al mercado. (Seguramente es el vino más alto de gama de la bodega).

A la vista: Presenta un bonito color rojo picota oscuro con ribetes granate y buena lágrima. De capa media-alta. Limpio y brillante.

En Nariz: En nariz destacan los aromas de fruta roja madura con notas de chicle de fresa y algunos toques florales.

En Boca: En boca es fresco y untuoso. Cuerpo medio con abundante fruta roja y ciruela madura, notas tostadas y un suave toque balsámico. Buena acidez, taninos integrados y con un final bastante largo y persistente.

Se trata de un vino tinto ideal para acompañar con todo tipo de carnes, asados, guisos, estofados de carne, legumbres, embutidos y quesos. También con verduras de temporada en guiso o parrilla.

 

NUESTRO COMENTARIO FINAL COMO RESUMEN:

Esta bodega y la trayectoria vitivinícola de su propietario, Alejando López Martín, puede tener bastante que ver, (y no solo por la herencia de su emblemática viña), con su abuela Mercedes. Seguro que una mujer de las de antes, trabajadora incansable, luchadora y con mucho temperamento. Probablemente sus recuerdos forman parte del carácter, la bondad y el conocimiento de su nieto Alejandro y en cierto modo son transmitidos ahora a sus vinos… Vinos vivos, arropados por el barro y el roble, al igual que Mercedes arropaba a los nietos mientras sesteaban junto a su cocina en la vieja casa familiar de Serranillos del Valle, donde todavía Alejandro almacena sus mejores joyas vinícolas.

En este sentido, resulta agradable y curioso oír como explica Alejandro el por qué del nombre de su bodega, PUNTA DE FLECHA, recordando la figura de la abuela, junto con sus juegos de niño en las viñas:

“Mucho en Punta de Flecha parece recordar a la abuela y el vino huele a ese sueño de nieto orgulloso y sabe a aquellas ‘puntas de flecha’ que de niño buscaba entre los terrones de arcilla y sílice cuando jugaba a ser el ‘bueno de la película’ e intentaba ser el ganador. Además, el nombre también tiene mucho que ver con la hoja de la Garnacha que cuando cae a la tierra y se dobla, se asemeja a la punta de una flecha”.

Después de visitar la bodega, conocer a Alejandro y charlar largo y tendido con él, no tengo duda de que Punta de Flecha tiene que tener necesariamente un gran futuro, porque representa un pequeño-gran tesoro en el panorama vitivinícola madrileño. Su enfoque en la tradición, el respeto por el entorno y la utilización de métodos ancestrales la convierten en una bodega con una identidad propia, donde se elaboran unos vinos diferenciadores y se puede apreciar su compromiso con la calidad, la preservación del patrimonio vitivinícola local y el respeto al medio. ESTO TIENE QUE PERDURAR…..

Es una de esas visitas que recomiendo hacer a los que nos gusta este mundo del vino y las bodegas. Por eso y para mayor información, dejo aquí los datos de contacto de la bodega para poder hacerlo directamente con ellos y concertar una visita. Su página web es: www.puntadeflecha.es

También el teléfono de contacto de Alejandro López: 645 45 65 16

CRDKEN – JMQ

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